Desperdicio
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<strong>Desperdicio</strong><br />
descubrirlo. Preferiría ser uno de los que lo trajo de fábrica. Pero él,<br />
sólo era eso, tremendo loco. Y, tomando en consideración la sencilla<br />
manera que tenía Andrea de relacionar todo, el resultado la dejaba<br />
frente a un patético que admira a un loco. Estoy pensando en callarme<br />
mientras pienso.<br />
Una noche para ver si soy convincente. Lo primero, no quiero<br />
parecer preparado. Estaré como siempre, con restos de algún trasnocho.<br />
A la hora indicada, aunque tenga que esperar, y vestido correctamente.<br />
Carlucho estaba mejor, pero no lo suficiente para ir a una fiesta,<br />
donde Kike —un amigo en condominio— iba a proyectar unas<br />
imágenes y a mezclar música. Así lo supe:<br />
—Aló, ¿señora Eva?<br />
—Aló… —carrasposo— aló.<br />
—Señora Eva cómo está usted —cariñoso.<br />
—No, la señora Eva no está ahorita no —me respondió una voz<br />
usada.<br />
—Bueno, en realidad yo quería hablar con Carlos.<br />
—Ah, Carlucho sí está, ya se lo pongo.<br />
Detrás del auricular, esperaba que buscaran al zagaletón, mientras<br />
escuchaba cómo le tocaban la puerta del cuarto, y cómo al abrirla,<br />
el sonido sucio, premeditado de la guitarra de Keith Richards<br />
aparecía de pronto.<br />
—Aló bicho —saludó, imagino que restregándose los ojos.<br />
—Epa hermano, ¿cómo te has sentido?<br />
—Mejor, lo que estoy es ladillao de estar encerrado en este<br />
hueco. Ahora está la ladilla de la vieja esta, una amiga de mi tía,<br />
que está más loca que’l coño. Imagínate que esa rolo e’ pure, estuvo<br />
empatada como diez años con un tipo que no existía —cuando<br />
dijo esto, ambos estallamos en una excelente carcajada—. Sí pana,<br />
en serio, el tipo se llamaba Federico, y nadie lo conocía. De bolas,<br />
cómo coño lo iban a conocer ¡si el bicho no existía! —lo dijo otra<br />
vez, y reímos otra vez.<br />
—¿Y por qué está ahí?<br />
—Lo que pasa es que tía Eva también tiene su casa, y tú sabes<br />
cómo son las vainas. No puede estar todo el tiempo aquí. Pero lo<br />
peor es que esta vieja se ofreció a venir, y a la tía le pareció buena