Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Por maria fernanda ceballos campos
En este capítulo se habla de cómo un hombre que ha sido asaltado cuando
iba de camino hacia jericó mientras está tirado en el suelo pasan por allá
dos figuras religiosas de la época y siguen su camino como si nada; un
tercer individuo se encuentra al hombre herido y se detiene a curar sus heridas sin
buscarle un hospedaje para su recuperación este último personaje era un habitante
de la región de Samaria, es decir, un samaritano. Después de presentar el texto el
Papa Francisco efectúa un rápido repaso por diferentes textos de La Biblia para
comenzar a reflexionar acerca de la actitud de preocuparnos por la persona que
sufre cerca o lejos de nosotros. Este repaso comienza con el asesinato de Abel a
manos de Caín y sigue mostrando diversos pasajes donde el cuidado del prójimo
se va haciendo cada vez más inclusivo para que no se trate sólo de cuidar a los
nuestros sino a todo el mundo.
El siguiente apartado se centra en la figura del hombre herido que permanece
tirado en el suelo, mientras personas importantes de la época que pasan de largo
no habían entendido el significado del amor por el bien común; por el contrario
el samaritano se detuvo y le regaló su tiempo. En ese momento el Papa Francisco
lanza una pregunta refiriéndose a los personajes de la parábola: ¿con quien te
identificas? En nuestras sociedades desarrolladas no sabemos acompañar, cuidar
y sostener a los más frágiles y débiles: asaltan a una persona en la calle y muchos
escapan como si no hubieran visto nada, sólo les importa evitar problemas, no
les interesa si un ser humano se muere por su culpa. Estos son síntomas de una
sociedad enferma que busca construirse de espaldas al dolor.
La encíclica presenta al samaritano como modelo de acción para que la sociedad
se encamine hacia la prosecución del bien común y recuerda que la vida no es
tiempo que pasa sino tiempo de encuentro.
“ S o m o s e l c o r a z ó n d e l u n i v e r s o ” 2 5