You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Proyecto Espartaco 2000 – 2002<br />
Fe<strong>de</strong>rico Nietzsche - El Ocaso <strong>de</strong> <strong>los</strong> Ído<strong>los</strong><br />
sociológicas sus propios instintos <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia Lo que en sociología actual se formula<br />
como i<strong>de</strong>al es la vida <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte, la disminución <strong>de</strong> toda fuerza organizadora, es <strong>de</strong>cir,<br />
que se pare, que cree abismos, que subordine y que superor<strong>de</strong>ne. Nuestros socialistas<br />
son <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ntes; pero también lo es Herbert Spencer al consi<strong>de</strong>rar <strong>de</strong>seable <strong>el</strong> triunfo d<strong>el</strong><br />
altruismo.<br />
38<br />
Mi concepto <strong>de</strong> libertad. Hay veces en que <strong>el</strong> valor <strong>de</strong> una cosa no consiste en lo<br />
que se obtiene al conseguirla, sino en lo que nos cuesta alcanzarla. Voy a poner un<br />
ejemplo. Las instituciones liberales <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> ser tales en cuanto se conquistan: a partir<br />
<strong>de</strong> entonces no hay nada que ocasione daños más nocivos y radicales a la libertad que<br />
dichas instituciones. Ya se sabe, en efecto, cuál es su resultado: minan la voluntad <strong>de</strong><br />
po<strong>de</strong>r, son la niv<strong>el</strong>ación <strong>de</strong> montes y valles <strong>el</strong>evada a la categoría <strong>de</strong> moral, hacen a <strong>los</strong><br />
hombres cobar<strong>de</strong>s, mezquinos y ávidos <strong>de</strong> placeres; con <strong>el</strong>las triunfa siempre <strong>el</strong> animal<br />
<strong>de</strong> rebaño. Por hablar claramente, <strong>el</strong> liberalismo equivale a convertir al hombre en<br />
animal gregario...<br />
Cuando aún no se han conquistado tales instituciones, producen efectos<br />
totalmente diferentes: fomentan intensamente la libertad. Si consi<strong>de</strong>ramos las cosas más<br />
<strong>de</strong>tenidamente, veremos que lo que produce esos efectos es la guerra por conseguir las<br />
instituciones liberales, que, como guerra, hace que perdure <strong>los</strong> instintos no liberales y<br />
educa para la libertad. Porque, ¿qué es la libertad? Tener voluntad <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r como<br />
individuo, mantener las distancias que nos separan, hacerse más indiferente ante <strong>el</strong><br />
cansancio, la dureza, las privaciones e incluso la vida. La libertad significa que <strong>los</strong><br />
instintos viriles, <strong>los</strong> instintos que disfrutan luchando y venciendo, predominan sobre<br />
otros instintos como <strong>el</strong> <strong>de</strong> la f<strong>el</strong>icidad, por ejemplo. El hombre, o, mejor aún, espíritu<br />
que ha llegado a ser libre pisotea esa forma <strong>de</strong>spreciable <strong>de</strong> bienestar con la que sueñan<br />
<strong>los</strong> ten<strong>de</strong>ros, <strong>los</strong> cristianos, las vacas, las mujeres, <strong>los</strong> ingleses y <strong>de</strong>más <strong>de</strong>mócratas. El<br />
hombre libre es guerrero.<br />
¿Cómo se mi<strong>de</strong> la libertad en <strong>los</strong> individuos y en <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong>? Por la resistencia<br />
que hay que vencer, por <strong>el</strong> esfuerzo que cuesta mantenerse arriba. Al tipo más <strong>el</strong>evado<br />
<strong>de</strong> hombre libre hay que buscarlo allí don<strong>de</strong> constantemente hay que vencer la mayor<br />
parte <strong>de</strong> las resistencias: a dos pasos <strong>de</strong> la tiranía, en <strong>el</strong> límite d<strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro <strong>de</strong> caer en la<br />
esclavitud. Esto es psicológicamente cierto si consi<strong>de</strong>ramos «tiranos» unos instintos<br />
implacables y terribles, que hacen que se alcen contra <strong>el</strong><strong>los</strong> un máximo <strong>de</strong> autoridad y<br />
<strong>de</strong> disciplina —<strong>el</strong> tipo más b<strong>el</strong>lo es Julio César—.<br />
Esto es también cierto en <strong>el</strong> terreno político, como se pue<strong>de</strong> comprobar<br />
repasando simplemente la historia. Los pueb<strong>los</strong> que han tenido algún valor, que han<br />
llegado a valer algo, no lo han conseguido con instituciones liberales: lo que les hizo<br />
merecedores <strong>de</strong> respeto fue <strong>el</strong> gran p<strong>el</strong>igro, que es <strong>el</strong> que nos hace tomar conciencia <strong>de</strong><br />
nuestros recursos, <strong>de</strong> nuestras virtu<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> nuestras armas <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa y <strong>de</strong> ataque, <strong>de</strong><br />
nuestro ingenio e int<strong>el</strong>igencia, <strong>el</strong> que nos impulsa a ser fuertes...<br />
Primer principio: hay que tener necesidad <strong>de</strong> ser fuerte; <strong>de</strong> lo contrario, nunca<br />
llegaremos a serlo. Las socieda<strong>de</strong>s aristocráticas como Roma y Venecia, esos gran<strong>de</strong>s<br />
52