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Proyecto Espartaco 2000 – 2002<br />

Fe<strong>de</strong>rico Nietzsche - El Ocaso <strong>de</strong> <strong>los</strong> Ído<strong>los</strong><br />

civilización más fuerte, más dura<strong>de</strong>ra y más antigua que la que estaba <strong>de</strong>sapareciendo y<br />

<strong>de</strong>sintegrándose en Francia, se convirtió en <strong>el</strong> único amo. Mientras que <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s<br />

hombres son necesarios, la época en la que aparecen es contingente. El hecho <strong>de</strong> que<br />

casi siempre terminen adueñándose <strong>de</strong> <strong>el</strong>la se <strong>de</strong>be sólo a que son más fuertes y más<br />

antiguos, a que se han ido acumulando energías durante un mayor período <strong>de</strong> tiempo<br />

para que se concentren en <strong>el</strong><strong>los</strong>. Entre un genio y su época se da la misma r<strong>el</strong>ación que<br />

hay entre lo fuerte y lo débil, o que entre lo joven y lo viejo: la época es siempre, en<br />

comparación, mucho más joven, más floja, menos madura, más insegura, más infantil.<br />

El que hoy en Francia (y también en Alemania, aunque esto no tiene la menor<br />

importancia) se piense <strong>de</strong> muy distinta forma respecto a esta cuestión, <strong>el</strong> que en dicho<br />

país esa teoría <strong>de</strong> neuróticos que es la d<strong>el</strong> medio ambiente haya llegado a tenerse por<br />

sacrosanta y casi científica, habiendo llegado a creer en <strong>el</strong>la hasta <strong>los</strong> fisiólogos, es algo<br />

que «hu<strong>el</strong>e mal», que suscita i<strong>de</strong>as sombrías. En Inglaterra piensan igual, pero eso es<br />

algo que no preocupa a nadie. El inglés sólo dispone <strong>de</strong> dos vías para asimilar al genio:<br />

o la <strong>de</strong>mocrática a la manera <strong>de</strong> Buckle, o a la r<strong>el</strong>igiosa, a la manera <strong>de</strong> Carlyle.<br />

El p<strong>el</strong>igro que hay en <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s hombres y en las gran<strong>de</strong>s épocas es inmenso,<br />

porque a <strong>el</strong><strong>los</strong> les sigue muy <strong>de</strong> cerca un agotamiento <strong>de</strong> todo tipo y una esterilidad. El<br />

gran hombre es un final; la gran época, como <strong>el</strong> Renacimiento, por ejemplo, es un final.<br />

El genio se <strong>de</strong>rrocha por necesidad en su obra, en su acción; su gran<strong>de</strong>za radica en<br />

entregarse enteramente... El instinto <strong>de</strong> autoconservación queda en suspenso, por así<br />

<strong>de</strong>cirlo; la arrolladora presión <strong>de</strong> las fuerzas que se <strong>de</strong>sbordan le impi<strong>de</strong> ponerse a salvo<br />

y hacer previsiones <strong>de</strong> cualquier tipo. A esto la gente le llama «holocausto», y alaba en<br />

<strong>el</strong>lo <strong>el</strong> «heroísmo» d<strong>el</strong> gran hombre, su indiferencia frente a su provecho personal, su<br />

entrega a una i<strong>de</strong>a, a una causa gran<strong>de</strong>, a una patria...; pero todo esto es fruto <strong>de</strong> un<br />

malentendido.<br />

El genio se <strong>de</strong>rrama, se <strong>de</strong>sborda, se gasta, no se ahorra, y <strong>el</strong>lo <strong>de</strong> una manera<br />

fatal, irremediable, involuntaria, al igual que un río que se <strong>de</strong>sborda y se sale <strong>de</strong> su<br />

cauce. Ahora bien, como es tanto lo que se les <strong>de</strong>be a estos seres exp<strong>los</strong>ivos, se les ha<br />

concedido también mucho a cambio: por ejemplo, una especie <strong>de</strong> moral superior. Así<br />

es como obra la gratitud humana: malentendiendo a sus benefactores.<br />

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El criminal y sus afines. El tipo d<strong>el</strong> criminal es <strong>el</strong> <strong>de</strong> un hombre fuerte situado en<br />

unas condiciones <strong>de</strong>sfavorables, un hombre fuerte que se ha puesto enfermo. Hubiera<br />

necesitado una s<strong>el</strong>va virgen, una naturaleza y un modo <strong>de</strong> vida más libres y p<strong>el</strong>igrosos,<br />

don<strong>de</strong> no hubiese habido más leyes que las armas <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa y <strong>de</strong> ataque que adornan <strong>el</strong><br />

instinto d<strong>el</strong> hombre fuerte. Sus virtu<strong>de</strong>s han sido con<strong>de</strong>nadas por la sociedad; <strong>los</strong><br />

instintos más enérgicos que son innatos a él se han mezclado pronto con las emociones<br />

<strong>de</strong>presivas, con <strong>el</strong> rec<strong>el</strong>o, <strong>el</strong> miedo, <strong>el</strong> <strong>de</strong>shonor. Ahora bien, ésta es prácticamente la<br />

receta para <strong>de</strong>generar fisiológicamente. Quien se ve obligado a hacer a escondidas, con<br />

una tensión, una previsión y una astucia mantenidas durante mucho tiempo, lo mejor<br />

que podría y que más le gustaría hacer, se vu<strong>el</strong>ve anémico. Como lo único que obtiene<br />

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