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daños humanos y que el Gobierno utilizó las
cifras para „dar lástima“ y recaudar más ayuda
internacional. Por otra parte, cuando se habla
de víctimas se manejan sólo cifras, pero los
casos personales se olvidan o ni se mencionan
porque no son rentables políticamente. Qué
pasa, por ejemplo con las mujeres solas o con
los huérfanos?
Mirando al futuro
Según el arquitecto, no se ha detectado una
mejora notable en la atención a la región por
parte del Gobierno en los años que han seguido
a los Acuerdos de Paz. Cada cuatro años
llega un nuevo equipo gubernamental que trabaja
sin continuidad con el anterior. Lo fundamental,
dice, es que hace falta una planificación
territorial que no existe. Después del huracán,
la gente se sigue instalando en lugares
de alto riesgo, en parte porque no saben a
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dónde ir y en parte porque carecen de formación
para comprender que el peligro no depende
sólo de la casualidad. De esta manera,
la repetición de semejantes catástrofes está
casi programada de antemano. La diseminación
de las viviendas sin orden ni concierto incrementa,
por otra parte, los gastos de infraestructura.
Es el Estado quien debiera planificar
dónde y cómo se ubican los asentamientos
para reducir riesgos y gastos.
Por otra parte, los donantes debieran
controlar mejor el uso y destino de los
fondos donados. Habría también que
otorgar más competencias a las Municipalidades
para que a través de los Comités
Comunitarios de Desarrollo organicen
y controlen el empleo de las ayudas.
La tarea que está por delante es el empoderamiento
de la población para que
haga uso de sus derechos. La eficaz organización
desarrollada por los vecinos
para hacer frente a los efectos del huracán
no parece haberse traducido en
una toma de conciencia de sus capacidades.
Los alcaldes comunitarios cuando
hablan de la pérdida de los cultivos dicen
„la gente aguantó“ o como conclusión:
„Si uno solicita al gobierno o municipalidad,
se tarda mucho; mejor se dirige
uno a otra parte“. Es decir a las ONGs
que atienden a las necesidades más urgentes
de la población y suplen a un
estado que ha dimitido de sus funciones
Los Comités Comunitarios de Desarrollo
son en este momento la vía disponible
para la participación y el empoderamiento.
Creados bajo el gobierno de Portillo
como parte de los Acuerdos de Paz tienen reconocimiento
legal y en esa medida pueden
constituir una fuerza política y presionar. Su
impulso y fortalecimiento parecen ser una de
las tareas prioritarias de los proyectos de desarrollo.
Siehe auch "Der erste Winter nach Hurrikan Stan"
(Anhang S. 8)