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circunstancia relevante para el asunto litigioso,
sean necesarios conocimientos científicos,
artísticos o prácticos, de los cuales carece el
órgano jurisdiccional que deba tomarlos en
consideración.
La prueba pericial, atendiendo, a su función ,
se caracteriza porque no tiene como finalidad
convencer al juzgador de la existencia o no de
unos hechos concretos, sino ilustrarle sobre
unas materias, que por su carácter especializado,
requieren conocimientos concretos de
los que él carece.
Esta prueba pericial podemos considerarla
también como la genuina prueba directa de
investigación de la paternidad- ya que es un
instrumento idóneo de convicción judicial,
siempre que se realice dentro de un procedimiento
y no sea extrajudicial- tal como manifiesta
O' Callagham. La Sentencia de la
Audiencia Provincial de Castellón de 1 de Septiembre
de 2001 en su fundamento jurídico
quinto dice que: "las pruebas de las que se
obtiene la convicción judicial, pueden ser directas-
como el reconocimiento judicial y la pericia-
en donde domina la percepción y existe
coincidencia entre el hecho a probar y el hecho
que se prueba, indicando que en las pruebas
indirectas predomina la deducción y no media
la coincidencia. "Se dice también en la citada
sentencia que la prueba pericial idónea es la
"académica", no sólo por los especiales conocimientos
científicos necesarios para esta
prueba, sino por la necesaria aplicación de la
flexibilidad en la aplicación de los periodos probatorios
tremendamente cortos para la práctica
de estas importantes pruebas".
El artículo 767.2 LEC establece que en los
juicios sobre filiación será admisible la investigación
de la paternidad y de la maternidad
mediante toda clase de pruebas, incluidas las
biológicas, por ello a tenor de lo establecido en
el citado artículo en relación con el art. 38.2 de
la Constitución, son pruebas de carácter ordinario.
, así lo reconoce la STS de 8 de julio de
1986 . El carácter ordinario que se predica de
esta prueba determina que las mismas no
resulten siempre, ni necesarias, ni exclusivas,
ni preferentes. Sólo en el caso de que el Juez
tenga el convencimiento acreditado por otros
medios probatorios de la paternidad, podrá
prescindirse de este tipo probatorio. Se intenta
que el Juez adquiera la convicción más plena
sobre la veracidad de la paternidad, en la que
los criterios objetivos proporcionados por las
pruebas biológicas puedan resultar de todo
punto fundamentales ( STC de 17 de Enero de
1994 J.F. 3°, e y 4° b). Ahora bien, no por ello
deben ser llevadas a cabo indiscriminadamente,
sólo cuando las mismas no entrañen riesgo
o quebranto para la salud del sujeto o bien no
quepa extraerse las evidencias de paternidad
mediante otros medios probatorios, la práctica
de la prueba biológica resultará obligatoria
(STC 7/ 1994, 17 de enero). Esta es la idea
acuñada por el Supremo, en atención a un
principio de economía procesal y como un
medio de salvaguardar el derecho de todo ciudadano
a no verse sometido a reconocimientos
de carácter biológico a cause de demandas frívolas
o torciteras. En este sentido la STC anteriormente
mencionada reconoce varias cautelas
a fin de evitar reconocimientos de carácter
biológico a causa de demandas frívolas
(F.J.4°), entre las que cabe señalar el acto
mismo de decidir la realización de las pruebas
biológicas. Estas sólo proceden si no son
"impertinentes o inútiles". Criterio legal, que
unido a la trascendencia de este tipo de prueba,
y a la posibilidad que tiene el órgano judicial
de decidir sobre su práctica al final del
periodo probatorio, o incluso después, mediante
diligencia para mejor proveer, conduce a
que la autoridad judicial sólo disponga la realización
de pruebas biológicas cuando, a la vista ~