año10 / n°71 / marzo1993 - caena

Foro de Consulta
Bilateral
compra —y, por tanto, de importación— de
los países postergados. El segundo, en cambio,
tenía característica ético-políticas, procedentes
de consideraciones puramente humanitarias,
de justicia social o, más frecuentemente, de las
rivalidades surgidas entre regímenes liberales
y regímenes planificados, cada uno interesado
Italia-Argentina
en demostrar su superioridad sobre los otros o
ganarse la simpatía de las naciones más pobres.
Estas consideraciones no se proponen rehacer
la historia de las políticas de
Seminario Agroalimenticio sostenimiento al desarrollo que se han alternado,
en el período de la posguerra, sino recordar
Buenos Aires, diciembre de 1992
brevemente como ha funcionado su mecanismo,
y por qué el mismo se ha trabado y lo que
habría que hacer para rcacondicionarlo.
I Parte
Paolo Savona*
Consideraciones
sobre las bases reales y
financieras de las políticas
internacionales de
sostenimiento al
desarrollo
1.- Premisa y objeto del trabajo
Después de la segunda guerra mundial, por
la tendencia de las políticas nacionales orientadas
hacia el logro de una plena ocupación a
laque tendían lodos los países industrializados,
se maduraron proyectos de sostenimiento al
desarrollo, inclusive para los países postergados.
Su contenido respondía a un doble fin:
ampliar los mercados de desemboque mundiales
para las producciones de los países
desarrollados y ayudar al progreso civil de las
poblaciones del mundo. El primero tenía carácter
meramente utilitarista o, parascrexactos,
de política económica interna; en verdad, tenía
por objeto el refuerzo de las posibilidades de
desarrollo nacional, consolidando el poder de
* Profesor ordinario de Política Económica y Financiera
en la Libre Universidad Internacional de Estudios Sociales.
Presidente del Fondo Intcrbancario de Tutela de los
Depósitos.
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2.- Cómo ha funcionado el mecanismo de
sostenimiento al desarrollo.
Si nos limitamos a considerar Tas políticas
de ayuda al desarrollo seguidas por las instituciones
nacionales c internacionales, y en
particular los recursos financieros destinados
a este fin, podríamos llegar a la conclusión de
que el mecanismo era inadecuado a su objeto.
Si se considera, en cambio, el monto de los
recursos que el mercado ha puesto a disposición
de los países postergados —impulsados
por la conveniencia o siguiendo directivas
precisas de las autoridades— se podría dar un
juicio positivo o por lo menos más cauto y se
desplazaría la atención hacia las características
de esta intervención. En particular, tendría
que explicarse el por qué la iniciativa privada
no ha incorporado en esas áreas un mecanismo
de desarrollo autopropulsivo, como ha pasado
en las economías de países que, como Italia,
Canadá y España, han hecho la experiencia de
un despegue industrial en un breve período de
tiempo, después de la segunda guerra mundial.
La evaluación del éxito o del fracaso de las
dos fuerzas en acción —las autoridades oficiales
y el mercado—a los fines del desarrollo,
debe ante todo hacerse en base a los objetivos
que las mismas han perseguido. Para las políticas
gubernamentales se han indicado ya en la
Premisa: ampliación de los mercados y supremacía
é tico-política de los sistem as riv ales.
Para el mercado o, más precisamente, para las