La Cancion de Clauda - La Leyenda de Golöel
La Cancion de Clauda - La Leyenda de Golöel
La Cancion de Clauda - La Leyenda de Golöel
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
creyendo que no podría hacerlo. Viajó entre sus<br />
pensamientos hacia algún lugar lejano, don<strong>de</strong> el olor a<br />
pescado muerto no le invadiera a cada paso y don<strong>de</strong> el<br />
mar no fuera más que una alfombra sobre la que<br />
caminar sin rumbo, hacia un horizonte lejano y<br />
confuso… De pronto, un grito le hizo <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong> nuevo:<br />
- Neya… Es hora <strong>de</strong> levantarse.- <strong>La</strong> voz <strong>de</strong> su<br />
madre resonó rompiendo el flirteo <strong>de</strong> las gaviotas con el<br />
mar.- Hija, hoy será un duro día, esta noche vendrá tu<br />
padre y hemos <strong>de</strong> tenerlo todo listo, <strong>de</strong>be partir mañana<br />
<strong>de</strong> nuevo…<br />
“Pescar, tejer… Tejer, pescar… Navegar,<br />
pescar… Dadme algo más, por favor…” <strong>La</strong> muchacha<br />
abrió los ojos <strong>de</strong> nuevo, que volvieron a lucir azules,<br />
reflejando el inmenso suave <strong>de</strong>l cielo. Se encontraba<br />
tumbada en su cama y una gruesa manta le cubría todo el<br />
cuerpo, salvo la cabeza, que <strong>de</strong>scansaba sobre una fina<br />
almohada, tan suave como ese inmenso azul… Se movió<br />
para estirarse, y su cabello resbaló sobre su cara <strong>de</strong> recién<br />
<strong>de</strong>spierta, tan bonita como cada día. Volvió a<br />
acurrucarse, pero esta vez boca a bajo, estirando todo el<br />
cuerpo y poniendo sus brazos bajo su pecho, mirando<br />
hacia el lado contrario a la ventana, por don<strong>de</strong> entraba<br />
esa luz brillante, tanto que se hacía molesta. Al sentirse<br />
otra vez tan cómoda como para volverse a dormir, se dio<br />
cuenta <strong>de</strong> que algo había oculto bajo la fina almohada,<br />
justo don<strong>de</strong> ahora reposaba su cabeza. Llevó su mano<br />
izquierda hacia ese algo misterioso que no recordaba<br />
haber guardado, esperando encontrar cualquier banalidad,<br />
pues era tan <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nada como la que más, y cuál fue su<br />
sorpresa al encontrar un sobre. Extrañada, se incorporó y<br />
22