La Cancion de Clauda - La Leyenda de Golöel
La Cancion de Clauda - La Leyenda de Golöel
La Cancion de Clauda - La Leyenda de Golöel
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
que estaba empezando a apreciar a Leire, lo mucho que<br />
se unían las personas en situaciones extremas como era<br />
ésa… Una vez dormida, no concilió el sueño <strong>de</strong>l todo,<br />
entre el frío, los olores <strong>de</strong>l establo, lo incómoda que se<br />
encontraba, las preocupaciones… De pronto, Leire la<br />
<strong>de</strong>spertó, le pareció que no había pasado nada <strong>de</strong> tiempo,<br />
tal vez habría dormido unos minutos, pero comprobó que<br />
no había sido así al ver que ahora volvía a estar lloviendo.<br />
Unas pocas gotas entraban por algunas rendijas <strong>de</strong> la<br />
pared, hecha a base <strong>de</strong> tablones ya carcomidos por el<br />
tiempo y el frío. Se intercambiaron, ahora ella <strong>de</strong>bía<br />
luchar por mantenerse <strong>de</strong>spierta, como habría estado<br />
haciendo Leire. Le cedió la manta y el sitio cómodo,<br />
sobre un montón <strong>de</strong> heno sucio y asqueroso… Ésta no<br />
tardó en dormirse, pero, pasados pocos minutos, Neya<br />
perdió su lucha al dormirse como pago <strong>de</strong> una gran y<br />
pesada <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> sueño… <strong>La</strong>s dos estaban ahora<br />
dormidas…<br />
De repente, algo <strong>de</strong>spertó a Leire. Para sí, entre<br />
sus sueños, creyó que era su novio, que la acariciaba, al<br />
principio suavemente y con cariño, pero <strong>de</strong>spués<br />
bruscamente hasta darse cuenta <strong>de</strong> que eso no pertenecía<br />
a su sueño, finalmente <strong>de</strong>spertándola. ¡Alguien estaba<br />
manoseándola, registrando sus ropas y pertenencias!<br />
Ella, exaltada, se echó para atrás cuanto pudo, viéndose<br />
arrinconada contra la pared mugrienta <strong>de</strong>l establo.<br />
Frente a sí había un hombre encapuchado, que al darse<br />
cuenta <strong>de</strong> que la había <strong>de</strong>spertado, se retiró casi hasta la<br />
puerta <strong>de</strong> la cuadra. Leire lo reconoció <strong>de</strong> inmediato.<br />
97