La Cancion de Clauda - La Leyenda de Golöel

Recommendations

Info

por ahí tirada. En la esquina de la “L”, otra puerta que también estaba abierta, y que al pasar por delante pudieron ver que conducía a lo que habría servido de cocina, parecía todo desordenado y algunos de los muros se habían derrumbado. En el fondo del comedor, tras aquella mesa ovalada, una escalinata de caracol, también de piedra, aunque ésta bien cuidada por el tiempo, que subía hasta alguna estancia superior, la torre donde Leraen había oído unas voces... Ahí se dirigieron. - Yo primero.- Dijo él presumiendo valentía. Comenzó a subir por la escalera de caracol, muy despacio y sin hacer una pizca de ruido, hasta girar y perderse, ya en el piso superior. Tras él fueron Leire y Neya. Llegaron hasta donde una puerta cerrada les impedía el paso, escucharon como Leraen hubo hecho anteriormente, pero esta vez nada oyeron... Se encogió de hombros mirándolas.- Aquí hay alguien más, estoy seguro... - ¿Quién?- Dijo Neya. - No lo sé, no lo sé... Pero seguro. - Pero... ¿Cuántos eran? ¿Qué voces tenían?- Continuó murmurando Leire. - No lo sé, yo he oído sólo a uno, pero podrían haber más... - ¿Y por qué hablamos en susurros? Tenemos tanto derecho de estar aquí como cualquier otro, esta casa lleva abandonada mucho tiempo... - ¿Quién anda ahí...?- La voz desde el interior interrumpió a Leire. Ellos quedaron callados, asustados, tres escalofríos les recorrieron el cuerpo al unísono...- Seas quién seas, muéstrate...- Parecía la voz de un 64
anciano, aunque era firme y amenazante, como si el paso de los años la hubiera enriquecido en lugar de haberla estropeado. Ninguno de los tres supo qué responder, cuando ya por fin Leraen iba a decir algo, la voz desde el interior volvió a interrumpirles.- Déjame verte o tendré que salir a buscarte... El tío de Leire abrió la puerta muy despacio, con una sola mano, y ésta chirrió a lo largo de todo su recorrido hasta golpear contra la pared. Frente a ellos ahora quedaba la entrada a la estancia, que torcía hacia la izquierda, de modo que ellos no veían más que una pared blanca y el principio de un viejo escritorio de madera. Más allá debía continuar la habitación del interior de la torre, y debía estar aquel anciano que los esperaba, al parecer, impaciente... Leraen fue el primero en entrar, tras él las dos chicas, que al fin pudieron ver al viejo. Se encontraba apoyado sobre el escritorio con su mano izquierda, bajo la cual parecía estar guardando unas hojas arrancadas de algún sitio con algo escrito. Estaba de pie, apoyándose con su otra mano en un gran báculo de hechicero, constaba de una gran vara retorcida adoptando la forma del cuerpo de un fiero dragón, con las alas y la cola enrolladas, y que en su extremo superior terminaba en la gran cabeza de la bestia, con la boca abierta hacia arriba, donde apresaba fuertemente con sus colmillos una calavera humana. Parecía estar incluso disfrutando... El viejo vestía una túnica granate con algunos ribetes morados que le ocultaba desde los pies hasta el cuello, donde terminaba en un dobladillo extraño, también de color morado. Tras él había una gran puerta, medio derruida, que llevaba a una gran terraza exterior. 65
Page 1 and 2:
LA CANCIÓN DE CLAUDA Memorias Olvi
Page 3 and 4:
LA CANCIÓN DE CLAUDA Memorias Olvi
Page 5:
ser escrita. Este gran cuento, con
Page 9:
Prólogo a La Canción de Clauda 9
Page 12 and 13:
* * * S e escucharon unas campanada
Page 14 and 15: Una vieja costumbre o tradición, o
Page 16 and 17: Cuentan que una vez Clauda se enamo
Page 19: Escena I Notas en la Oscuridad… 1
Page 22 and 23: creyendo que no podría hacerlo. Vi
Page 24 and 25: Tan sólo tú podrías ayudarlo a s
Page 26 and 27: tratando de consolarse a sí misma
Page 28 and 29: Esa mañana la pasaron trabajando d
Page 30 and 31: Toma esto, mantenlo cerrado hasta q
Page 32 and 33: hasta que cayó la noche, cuando ya
Page 34 and 35: la lengua élfica común con un ext
Page 36 and 37: llegaron al Puerto de Aliglane, sit
Page 38 and 39: incluso sin poder llegarla a imagin
Page 40 and 41: por dos escalinatas opuestas. Toda
Page 42 and 43: convertir en credo para la Orden de
Page 44 and 45: cuatro hojas en el interior de un c
Page 46 and 47: una espera tan larga para un hecho
Page 48 and 49: había sido arrancada hacía tiempo
Page 50 and 51: de vuelta la partitura de la canci
Page 52 and 53: concilio para poder darle explicaci
Page 54 and 55: extrañas formas hacían alusión a
Page 57: Escena II Las Ruinas del Pasado 57
Page 60 and 61: años, vivieron dos amantes felizme
Page 62 and 63: sin esperar éxito alguno, pero se
Page 66 and 67: - ¿Quiénes sois?- Habló con voz
Page 68 and 69: donde ellos se encontraran, justo d
Page 70 and 71: movilidad de sus brazos y piernas,
Page 73: Escena III La melodía de la noche.
Page 76 and 77: como siempre, tan hermosa y llena d
Page 78 and 79: Así, las dos bonitas muchachas se
Page 80 and 81: una plaza redonda no muy grande. Mi
Page 82 and 83: ignorando la lluvia que no había d
Page 84 and 85: unas jarras al son de las voces que
Page 86 and 87: que se encuentra bajo su responsabi
Page 88 and 89: Al final bajaron, hambrientas, en b
Page 90 and 91: estancia. Junto a ellas había una
Page 92 and 93: - Muy gustosamente, si así he de c
Page 94 and 95: apresurado, y salió cerrando tras
Page 96 and 97: el exterior. Cuando llegaron a la p
Page 98 and 99: - ¡Quieto! ?Qué quieres? ?Qué an
Page 100 and 101: marcharnos. ¿Era ésa la Canción
Page 102 and 103: esa punzada y el frío acero de aqu
Page 104 and 105: 104
Page 106 and 107: un impulso incontrolable de darle u
Page 108 and 109: continuaron a pie, llevándolos cas
Page 110 and 111: pero después con más fuerza, lo q
Page 112 and 113: instantes que se hicieron larguísi
Page 114 and 115:
- ¿Era esa melodía la canción de
Page 116 and 117:
dirección contraria al acantilado
Page 118 and 119:
que con bellísimos ribetes negros
Page 120 and 121:
- ¿Es por ese estúpido Dios vuest
Page 122 and 123:
Leire permanecía a solas junto a l
Page 124 and 125:
mantenía una expresión de triunfo
Page 126 and 127:
126
Page 128 and 129:
Neya se levantó como pudo, con un
Page 130 and 131:
devastarlo, antes de que Neya y Lei
Page 132 and 133:
eúnen tras la muerte, y éstas al
Page 134 and 135:
* * * Un buen día Leire se despert
Page 136 and 137:
paz y tranquilas, juntas, aunque se
Page 138 and 139:
138
Page 140 and 141:
el gigante comenzó a sentir más h
Page 142:
del combate el gigante se marchó y
Page 147:
Recién ahora me doy cuenta de que
show all

La Cancion de Clauda - La Leyenda de Golöel

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

Delete template?

Save as template?