La Cancion de Clauda - La Leyenda de Golöel
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Así, las dos bonitas muchachas se pusieron en<br />
camino, dirigiéndose a Kraag-Ana<strong>de</strong>, para lo que<br />
tuvieron que andar mucho y con gran esfuerzo. Tras un<br />
rato siguiendo las indicaciones <strong>de</strong> unos buhoneros con los<br />
que se cruzaron, pues venían <strong>de</strong> allí, llegaron al camino<br />
que llevaba hacia la al<strong>de</strong>a, un largo sen<strong>de</strong>ro, al principio<br />
<strong>de</strong> tierra, para más tar<strong>de</strong> convertirse en una buena<br />
calzada <strong>de</strong> piedra que subía, perdiéndose en la espesa<br />
niebla... Ya <strong>de</strong> noche, por fin, cuando estaban agotadas,<br />
serias, y llevaban un rato sin hablar, una sumida en la<br />
tristeza <strong>de</strong> la perdida y la otra en el cansancio, llegaron<br />
ante una gran muralla, que <strong>de</strong> pronto apareció entre la<br />
niebla y la oscuridad <strong>de</strong> la noche. Dos soldados enanos la<br />
vigilaban en la entrada, ataviados con pesadas armaduras<br />
y resistentes yelmos con los que se cubrían el rostro, salvo<br />
la barba, que caía sobre su gran barriga casi hasta<br />
llegarle, a uno <strong>de</strong> ellos, al cinto. Ambos tenían una gran<br />
hacha cuyo mango era más largo <strong>de</strong> lo normal, como una<br />
alabarda corta, pero mucho más pesada y, seguro, difícil<br />
<strong>de</strong> usar en combate, aun así, los dos guerreros enanos<br />
parecían robustos y fuertes como para po<strong>de</strong>r hacerlo.<br />
Cuando ellas llegaron ante la puerta <strong>de</strong> la muralla,<br />
moribundas, los dos enanos cruzaron sus hachas frente a<br />
ellas impidiéndoles el paso. Uno <strong>de</strong> ellos habló con voz<br />
ronca:<br />
- Éstas no son horas para andar vagabun<strong>de</strong>ando<br />
por ahí, mujeres...- Aunque mantenía oculto su rostro<br />
tras el yelmo, en su voz se apreció cuan serio estaba,<br />
seguro cansado <strong>de</strong> estar ahí sin hacer nada. A pesar <strong>de</strong><br />
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