08.05.2013 Views

POESÍAS COMPLETAS - andes

POESÍAS COMPLETAS - andes

POESÍAS COMPLETAS - andes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¡Cuán lejos, ay lejos todos los que lo llaman,<br />

todos los que en la angustia y en el dolor lo esperan!<br />

Que apague a un tiempo mismo sus sueños y su vida<br />

el casco polvoroso de tu corcel de guerra,<br />

bajo el pendón insigne que al viento de la tarde<br />

en la alegría heroica de la victoria ondea…<br />

Y calló la Injusticia.<br />

Y habló el Error: —Escucha<br />

la historia del suplicio de una hermosa hechicera:<br />

—Señor —dijo el verdugo— yo vi sus blancas manos<br />

retorcerse y crisparse sobre mis puños, y eran<br />

un haz de blancas víboras aquellas mano blancas<br />

que mordían mis puños como víboras negras.<br />

Temblaban sus dos senos como dos gr<strong>andes</strong> flores<br />

y sus piernas crujían como dos ramas secas…<br />

cuando sintió en sus hombros el roce de mi barba<br />

cayó como si un hacha le hendiera la cabeza.<br />

Entonces vi sus ojos fríos como puñales,<br />

claváronse en mis ojos sus miradas serenas<br />

como dos largos rayos de luna, y vi sus labios<br />

iluminar riendo su palidez de muerta.<br />

Se arrastró por el suelo como un gusano roto<br />

y sus crispados dedos se hundieron en la tierra;<br />

pero sus labios rojos reían… y reían<br />

sus ojos, bajo la áspera contracción de las cejas.<br />

Ajusté las dos cuñas al borceguí; los huesos<br />

de su pie rechinaron sordamente. Las cuerda<br />

mordieron en la carne de sus brazos malditos<br />

y contrajo sus músculos como acosada fiera.<br />

Entonces vi sus labios y sus labios reían,<br />

y sus ojos estaban abiertos como estrellas…<br />

cayó sobre su boca mi puño, y en la sangre<br />

la risa de su boca parecía una mueca.<br />

Apliqué en sus espaldas el hierro enrojecido,<br />

chirrió el cuerpo y torciese como una gran culebra,<br />

y estalló en convulsivos sollozos su garganta<br />

y el humo la ocultaba tras una nube densa.<br />

Y ví tras de la nube los ojo que reían<br />

burlonamente. Entonces aplasté las risueñas<br />

pupilas con dos golpes de mi talón… y entonces<br />

rieron locamente los labios de la ciega.<br />

Y puse el rojo hierro sobre su boca roja<br />

y pisoteé sus senos, su cuello y su cabeza…<br />

Por eso, Señor, visteis como un montón de carne<br />

el maldito y hermoso cuerpo de la hechicera…<br />

Y juntos la Injusticia y el Error prosiguieron<br />

asidos de la mano por la anchurosa senda.<br />

Cerraban a lo lejos el pálido horizonte<br />

los muros y las cúpulas de la ciudad soberbia.<br />

Los últimos destellos del sol desfallecían<br />

en sus torres doradas y en sus agujas negras;<br />

y envuelto en el crepúsculo bajaba desde el cielo<br />

un leve rumor de alas a la angustiada tierra.<br />

Y apareció una larga fila de sombras. Iban<br />

caminando en silencio, bajo la luz postrera<br />

de la tarde que huía, mientras sus anchos brazos<br />

en torno de los muros ceñían las tinieblas.<br />

48

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!