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distinto, y entre una y otra existe siempre cierto número de sílabas. Para descubrir la ley<br />
fundamental del ritmo deberé concretamente a examinar cuáles son las vocales y cuántas sílabas<br />
hay o puede haber entre dos de ellas. Por lo tanto, la unidad métrica será la sílaba y la unidad<br />
rítmica el acento.<br />
Analizando todos los versos conocidos hasta el presente, se observa desde el primer<br />
momento, que pueden dividirse en dos gr<strong>andes</strong> grupos: el de los que sólo necesitan un acento<br />
intenso y el de los que necesitan dos o más. Los primeros están formados por una o más sílabas,<br />
hasta ocho y aun hasta nueve, incluyendo el llamando octosílabo esdrújulo en la métrica vulgar;<br />
los segundos por nueve o mas sílabas. Examinados aquéllos, se observa que el acento necesario<br />
en ningún caso está colocado más allá de la séptima sílaba, y en cuanto a los últimos se ve que el<br />
mayor grupo silábico con un sol acento necesario está compuesto también por siete sílabas. En<br />
unos y en otros, ese acento cae unas veces en la primera, otras en la segunda, en la tercera, en la<br />
cuarta, en la quinta, en la sexta o en la séptima sílabas, haya deje de haber otros acentos<br />
prosódicos en las demás. Se puede afirmar, en consecuencia, que los versos están constituidos<br />
por una sílaba o por grupos de dos a siete sílabas, la última de las cuales es la única que lleva<br />
acento necesario, estén o no acentuadas las otras.<br />
Doy a estos grupos el nombre de períodos prosódicos. El acento necesario se llama<br />
acento rítmico.<br />
Ejemplo:<br />
Ven, muerte, tan escondida…<br />
Este verso está compuesto de ocho sílabas; tienen acento la primera, la segunda y la<br />
séptima, pero el único necesario es el de la séptima; sin él no habría verso, y sí lo habría<br />
suprimiendo los demás o llevándolos a otras sílabas. Está formado, por lo tanto, por un solo<br />
período prosódico, cuyo acento rítmico es el de la séptima sílaba; un período prosódico<br />
heptasilabico.<br />
Viste el furor de animoso viento.<br />
Este verso está compuesto de once sílabas, de las cuales tienen acento primera, cuarta,<br />
octava y décima; pero el de la primera es innecesario; se le suprimiría sin modificar el ritmo; se<br />
podría decir:<br />
Veré el furor del animoso viento<br />
esto es, pasar el acento de la primera sílaba a la segunda, sin que la marcha musical del verso<br />
varíe fundamentalmente. En cambio, no pude alterarse la situación de los otros tres acentos sin<br />
grave daño. Así, pues, el primer período prosódico comprende hasta la cuarta sílaba, donde se<br />
encuentra el primer acento necesario y es un períodos tetrasílabo; el segundo comprende las<br />
sílabas siguientes hasta la octava, donde está el segundo acento necesario y es otro período<br />
tetrasílabo, y el tercero hasta la décima, donde está el tercer acento necesario y es un período<br />
disílabo. El verso citado está compuesto por dos períodos prosódicos tetrasílabos y uno disílabo.<br />
Aplicando igual procedimiento de análisis a todos los versos castellanos se obtendrá el<br />
mismo resultado: todos están formados por uno o más períodos prosódicos, compuestos de<br />
sílabas cuyo número varía entre una y siete, acentuadas o no excepto la última que tiene<br />
siempre un acento rítmico.<br />
Para distinguir o formar los períodos prosódicos de los versos debe tenerse en cuenta las<br />
siguientes reglas:<br />
1ª En todo grupo hasta de siete sílabas, en que no hay más que un acento prosódico, la<br />
sílaba que lo lleva, con todas las que la preceden, constituyen un período. Ejemplo:<br />
Las declaraciones<br />
De sus caballeros<br />
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