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LEYES DE LA<br />
VERSIFICACIÓN CASTELLANA<br />
PRÓLOGO<br />
Las teorías que expongo en este libro no son teorías revolucionarias; son simplemente<br />
teorías nuevas, pero lo son en absoluto. Mediante el examen de los versos de nuestra literatura,<br />
desde los primitivos del Poema del Cid hasta los novísimos de los poetas hispano-americanos,<br />
pasando por los venerables monumentos del mester de clerecía, por las habilidades trovadorescas<br />
del siglo XV, por la magnífica poesía de la edad de oro, por el neoclasicismo estéril del siglo XVIII y<br />
por la desordenada y brillante producción romántica, he alcanzado a formular lo que considero la<br />
verdadera ley del ritmo castellano. La enuncie hace algunos años, en estudios fragmentarios que<br />
aparecieron en la Revista de Letras y Ciencias Sociales (1) y la completo hoy, procurando darle<br />
carácter definitivo.<br />
Si es un hecho evidente la existencia de la música de los versos —de su melodía y de su<br />
harmonía (2)— ¿es razonable suponer que no exista también una ley a la cual referirla?<br />
Y si existe ¿cuál es esa ley y por qué no ha sido formulada hasta hoy?<br />
En qué se diferencia el verso de la prosa?<br />
Era natural y lógico que a estas tres preguntas respondieron, desde el primer momento, los<br />
tratados de versificación que se ha escrito en castellano, a partir el que compuso en el siglo XIV<br />
don Juan Manuel, que no ha llegado hasta nosotros y el de don Enrique de Aragón, en el siglo<br />
siguiente —que sólo conocemos por fragmentos— hasta los de Juan del Enzina, Nebrija y otros<br />
antepasados de Don Andrés Bello, Don Eduardo Benot y Coll y Vehí.<br />
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(1) Revista de Letras y Ciencias Sociales, Tucumán; números 15 y 16, correspondientes a los meses de<br />
septiembre y octubre de 1906.<br />
(2) Se ha respetado la ortografía del autor cuando escribe “Harmonía” . N. de la E.<br />
56<br />
Ego abs te in arte universales canones<br />
et dogmata ad omnen dicendi<br />
ractionen apta e natura ipsa observata<br />
ac deducía expectabam et<br />
requirebam: nam ea demum artem<br />
efficiunt Pro formulis vero trajere<br />
exempla ispa non esta arficis, sed<br />
experti tantum.<br />
(Luis Vives, De ratione dicendi.)<br />
La poetrya e gaya sciencia... es avida<br />
e rrecebida e alcanzada por gracia<br />
infusa del Señor Dios que la da e<br />
enbya e influye en aquel o aquellos<br />
que byen e sabya e sotyl e<br />
derechamente la saben fazer e<br />
ordenar e componer e limar e escandir<br />
a medir por sus pies e pausas e por<br />
sus consonantes e syllabas e acentos<br />
e por antes sotyles e muy diversas e<br />
singulares nombranzas.<br />
(Juan Alfonso de Baena, Prólogo de<br />
su Cancionero.)