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nuestro propio mundo, creamos una realidad virtual, y allí nos sumergimos
para experimentar.
Esta es una faceta más de las posibilidades de nuestro
pensamiento, de nuestra mente, en definitiva. Imaginaros también que a través
de esa inmersión en ese mundo subatómico llegáis a comprender el
funcionamiento de vuestro mundo de realidad y creáis un mundo paralelo al
vuestro, que os permita experimentar, entonces entenderéis y comprenderéis la
relatividad del mundo de la manifestación.
Os daréis cuenta de que todo es relativo, y que todo gira en
función de vuestro pensamiento, de vuestra mente. Por eso digo que lo más
importante en este mundo de manifestación es el pensamiento, es la mente.
Y ya llegados a este punto podremos, como digo, podremos crear
todo un mundo, y también afirmo que si podemos crear todo un mundo
también podemos crear una nave que nos englobe a todos, para experimentar
juntos en ese mismo mundo.
Y si podemos llegar a esa conjunción de pensamiento, a esa
sincronicidad, en definitiva a esa amorosa hermandad, habremos
conseguido poner el primer ladrillo de lo que van a ser las nuevas
sociedades armónicas.
Y justo en ese punto habremos dado ya un gran salto, porque lo
que pretendemos es que entendáis que debemos ir por delante de los
acontecimientos, y no por una cuestión egoica, sino por una necesidad
imperiosa de ir en lomos, o en los lomos de esa mente prodigiosa que tenemos.
Porque esa mente prodigiosa debe estar a nuestro lado para
ayudarnos, para facilitar la labor tridimensional. Pero nunca jamás esa mente
estará disparada, alborotada y dispersa, por cuanto no podremos controlar
nunca un caballo desbocado de esa naturaleza, y más cuando ese caballo, y
hablo metafóricamente, contenga particularidades tan importantes y energías
tan importantes como las que vamos a recibir en un futuro muy próximo.
Por lo tanto, digo, deberemos ir por delante de los
acontecimientos, y nada mejor que conocerlos con anticipación. Y si somos
capaces de sumergirnos mentalmente en ese mundo
subatómico, y crear esos parámetros o bases para reconocer in situ la
cocreación propia del mundo de manifestación, podremos conocer a través de
dichos parámetros el futuro.
El futuro que está reservado únicamente a aquellos que saben
contemplarlo con objetividad. Y podremos saber, por tanto, a ciencia cierta, qué
nos reserva nuestro futuro, pero no por una cuestión de deseo, sino de hecho
por la propia capacidad del individuo en conocerlo, que es muy diferente.
Y entonces sí, amigos, hermanos, entonces se crea lo que todos
entendemos por libre albedrío. El libre albedrío es, pues, únicamente conocer y
saber perfectamente aquello que debemos hacer en todo momento, pero no lo
sabremos si no nos reservamos muy especialmente en esa capacidad única que
tenemos de dominar ese medio a través del pensamiento, de la mente universal,
nuestra propia mente.
Castaño
Quería preguntar si el fractal lo programa la mente, o es la mente
la que programa el fractal.
Aumnor
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