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a las estrellas, y fundirse en el Gran Cosmos. Que a la vez nos
entretiene pausadamente, tranquilamente, y fluidamente, en un mundo dual.
En un mundo adimensional compuesto de infinitas vibraciones.
Elementos cósmicos divinos somos todos nosotros por ese don
que el propio Absoluto en su proceso retroalimentario ha previsto que así sea.
Nosotros aún no conocemos a ese Absoluto en su profundidad.
Sabiendo como sabemos que procedemos de él. Es incuestionable que para
llegar a saber en profundidad lo que es el Absoluto tendremos que llegar a serlo
en nuestro pensamiento.
Pero sí conocemos sus manifestaciones, y eso nos indica
sobradamente que existe este ser Absoluto, que es omnipresente.
Que está omnipresente en todos nosotros, y en todo lo que nos rodea. En todo
lo visible e invisible.
Así que ahora, amigos, hermanos, el cosmos por su manifestación entendemos
que nos está pidiendo un gran cambio, una gran transformació n.
Es evidente que las conductas psicológicas deben modificarse. Es evidente
también que nuestra mente, en este caso la vuestra, debe ocupar el sitio que le
corresponde. Aún no es posible esta situación.
Aún no está del todo ultimado el proceso, pero creemos que el camino que nos
conduce hacia él está ya próximo. Todos los indicios nos los indican así.
Para vosotros, un indicio ha de ser el darse cuenta de que en este
planeta Tierra, esta dulce joya que gira en el espacio con gran armonía, en este
planeta como digo, está ya presente casi la totalidad de los seres humanos que
deben dar ese gran salto cuántico.
Fijaros que el planeta a lo largo de su historia, como nunca jamás,
a esa historia contemporánea de miles de millones de años me refiero, está ya
en su apogeo total.
Muchas almas conscientes están aquí presentes. Muchas han
desencarnado millones de veces. Otras muchas han venido de otros planetas del
cosmos holográfico para estar presentes en este gran acto cósmico.
Así que ahora podréis daros cuenta de que algo tiene que suceder, muy
importante y trascendente, como para que el planeta esté poblado de seres que
esperan ansiosos ese tránsito trascendente hacia la
comprensión absoluta en su propio nivel de consciencia.
Ahora es pues el momento de darse cuenta de los muchos fallos
que habremos recogido a lo largo de nuestra existencia pasada. Fallos que sin
duda alguna nos habrán enseñado a todos lo que en realidad nos interesa saber
y conocer.
Ahora pues, lo pasado es pasado, y lo que importa es el presente.
Y lo que importa en este presente es darse cuenta del gran momento, de ese
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