09.05.2013 Views

www.elortiba.org LAS COSMICOMICAS (1965) Italo Calvino La ...

www.elortiba.org LAS COSMICOMICAS (1965) Italo Calvino La ...

www.elortiba.org LAS COSMICOMICAS (1965) Italo Calvino La ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¿Qué podía hacer, llegado a ese punto? Seguir ocupándome del pasado era inútil;<br />

hasta ese momento las cosas habían marchado como habían marchado; tenía que<br />

arreglármelas para que marcharan mejor en el futuro. Lo imponante era que, de todo lo que<br />

hiciese, resultaba claro lo esencial, dónde se ponía el acento, qué era lo que se debía<br />

observar y qué no. Conseguí un enorme cartel con un signo indicador de dirección, de los<br />

que tienen una mano con el índice extendido. Cuando cumplía una acción sobre la cual<br />

quería llamar la atención, no tenía más que levantar el cartel, tratando de que el índice<br />

apuntara al detalle más importante de la escena. Para los momentos en que, en cambio,<br />

prefería pasar inadvertido, me hice otro cartel con una mano que tendía el pulgar en la<br />

dirección opuesta a aquella a la que yo me dirigía, para desviar la atención.<br />

Bastaba que llevara conmigo aquellos carteles donde quiera que fuese y levantara<br />

uno u otro según las ocasiones. Era una operación a largo plazo, naturalmente: los<br />

observadores situados a cientos de miles de milenios–luz tardarían cientos de miles de<br />

milenios en percibir lo que yo hacía ahora, y yo tardaría otros cientos de miles de milenios<br />

en leer sus reacciones. Pero éste era un retardo inevitable; había además otro<br />

inconveniente que no había previsto: ¿qué debía hacer cuando notaba que había levantado<br />

el cartel equivocado?<br />

Por ejemplo, en cierto momento estaba seguro de que iba a realizar algo que me<br />

daría dignidad y prestigio; me apresuraba a enarbolar el cartel con el índice apuntándome a<br />

mí, y justo en aquel momentó me metía en un berenjenal, cometía una gaffe imperdonable,<br />

una manifestación de miseria humana como para hundirse bajo tierra de vergüenza. Pero la<br />

partida estaba jugada: aquella imagen con su buen cartel indicador apuntando allí navegaba<br />

por el espacio, nadie podía detenerla ya, devoraba los años–luz, se propagaba por las<br />

galaxias, suscitaba en los millones de siglos venideros comentarios y risas y fruncimientos<br />

de nariz, que desde el fondo de los milenios volverían a mí y me obligarían a justificaciones<br />

todavía más torpes, a desmañadas tentativas de rectificación...<br />

Otro día, en cambio, debía enfrentarme a una situación desagradable, uno de esos<br />

azares de la vida por los que estamos obligados a pasar sabiendo ya que, cualquier giro que<br />

tomen, no hay modo de salir bien parado. Me escudé en el cartel con el pulgar señalando<br />

hacia el lado opuesto, y seguí. Inesperadamente, en aquella situación tan delicada y<br />

espinosa di pruebas de una prontitud de espíritu, un equilibrio, un donaire, una resolución en<br />

las decisiones que nadie –y mucho menos yo mismo– habría sospechado jamás en mí:<br />

prodigué de improviso una reserva de dones que presuponen la larga maduración de un<br />

carácter; y entretanto el cartel distraía las miradas de los observadores haciéndolas<br />

converger en un vaso de peonías que había al lado.<br />

Casos como éstos, que al principio consideraba sólo como excepciones y frutos de la<br />

inexperiencia, me sucedían cada vez con mayor frecuencia. Demasiado tarde comprendía<br />

que hubiera debido señalar lo que no quería hacer ver, y esconder lo que había señalado:<br />

no había manera de llegar antes que la imagen y advertir que no se debía tomar en cuenta<br />

el cartel.<br />

Probé hacerme un tercer cartel con la inscripción: NO VALE para levantarlo cuando<br />

quería desmentir el cartel anterior, pero en cada galaxia esta imagen sería vista sólo<br />

después de la que hubiera debido corregir, y el mal ya estaba hecho y no podía sino añadir<br />

una figura ridícula más para neutralizar la cual un nuevo cartel EL NO VALE NO VALE sería<br />

igualmente inútil.<br />

Seguía viviendo a la espera del momento remoto en que desde las galaxias llegarían<br />

comentarios a los nuevos episodios cargados para mí de incomodidad y desazón, y yo<br />

podría contraatacar lanzándoles mis mensajes de respuesta, que ya estudiaba, graduados<br />

según los casos. Entretanto las galaxias con las cuales estaba más comprometido giraban<br />

ya atravesando el umbral de los miles de millones de años–luz, a tal velocidad que, para<br />

alcanzarlas, mis mensajes tendrían que afanarse a través del espacio aferrándose a su<br />

aceleración de fuga: una por una desaparecerían entonces del último horizonte de los diez<br />

mil millones de años–luz más allá del cual ningún objeto visible puede ser visto, y se<br />

llevarían consigo un juicio en adelante irrevocable.<br />

54

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!