Artaud antonin - heliogabalo o el anarquista coronado
Artaud antonin - heliogabalo o el anarquista coronado
Artaud antonin - heliogabalo o el anarquista coronado
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Librodot H<strong>el</strong>iogábalo o <strong>el</strong> <strong>anarquista</strong> <strong>coronado</strong> Antonin <strong>Artaud</strong><br />
El caso es que a partir de ese momento, Julia Domna, <strong>el</strong>iminada durante algún tiempo de<br />
los consejo d<strong>el</strong> Imperio, retoma las riendas d<strong>el</strong> gobierno.<br />
Y <strong>el</strong> ascendiente que ejerce sobre <strong>el</strong> espíritu de Caracalla no se desmiente ni por un<br />
minuto. Ella lo conserva hasta su muerte (la muerte de Caracalla).<br />
Caracalla termina en plena sangre. Cae en una emboscada, preparada por los militares, en<br />
algún sitio ceca d<strong>el</strong> Eufrates, cerca de un templo d<strong>el</strong> dios Lunus, al que iba a sacrificar.<br />
Macrino, que durante algún tiempo comandó su guardia pretoriana, es <strong>el</strong> instigador de esa<br />
emboscada, y <strong>el</strong> que se aprovecha de la muerte de Caracalla.<br />
Las cosas tienen que andar muy mal en <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong> imperio romano, para que un<br />
individuo que no sobresale en nada, que sólo posee capricho, malignidad, y una audacia que no<br />
es otra cosa que miedo pueda, gracias a este miedo, convertirse en <strong>el</strong> amo de Roma. Pues no hay<br />
duda que si Macrino hizo asesinar a Caracalla, si pudo tejer la intriga que culminó en <strong>el</strong> asesinato<br />
de Caracalla, fue tan sólo llevado por <strong>el</strong> miedo, y porque, como jefe de su guardia pretoriana, por<br />
un momento debe haber temido por su pi<strong>el</strong>; y luego para protegerse, manda matar al oficial de la<br />
guardia que suprimió a Caracalla de un cuchillazo en la espalda.<br />
F<strong>el</strong>iz cuchillazo, que engendra la idea de la sangre, que comienza la serie de crímenes y<br />
abre a H<strong>el</strong>iogábalo <strong>el</strong> camino de la realeza. Ya que <strong>el</strong> crimen de caracalla que asesina a su<br />
hermano Geta es un arreglo de cuentas en familia; y ese crimen no comienza nada.<br />
Domna muere por ese cuchillazo, pero no se pierde para su hermana Mesa, que se lo<br />
traga como un verdadero guerrero.<br />
Ella se vengará de Macrino, lavará en la sangre <strong>el</strong> golpe dado al honor de los Basianos.<br />
Ella restablecerá a los Basianos sobre <strong>el</strong> trono de los Antoninos.<br />
Y es en ese momento cuando decide que su nieto, Elagabalus, será rey.<br />
Primero posee la b<strong>el</strong>leza de un rey, <strong>el</strong> exterior físico de un rey, pero, sobre todo, posee la<br />
ascendencia espiritual de un verdadero rey. Está en <strong>el</strong> linaje de los reyes-sacerdotes de Emesa.<br />
Por más alto que se remonte en la genealogía de los reyes solares, de madre e hijo se encuentra<br />
una gran cantidad de Elagabalus; su filiación es indiscutible: ésta continúa sin detenerse un<br />
instante. H<strong>el</strong>iogábalo tiene derecho a reinar.<br />
Puede decirse que <strong>el</strong> trono está vacante, puesto que Macrino, <strong>el</strong> usurpador se instaló en<br />
Antioquía, y que allí lleva la vida abandonada y fácil de un sátrapa oriental.<br />
Los historiadores de la época hablan de él como de una especie de payaso sombrío, de<br />
idiota vestido de rey.<br />
Ellos pretenden que su origen era plebeyo, y para disimular su baja extracción, hacía lo<br />
imposible para mostrarse con <strong>el</strong> aspecto físico de un rey. Recorría su palacio cubierto con<br />
grandes vestidos muy largos, cambiando de tono, modificando en todo momento <strong>el</strong> diapasón de<br />
su voz. Si no tenía la int<strong>el</strong>igencia y la penetración de un Marco Aur<strong>el</strong>io, hablaba como Marco<br />
Aur<strong>el</strong>io, en un tono siempre muy bajo, en <strong>el</strong> cual parecía hundirse su voz ronca.<br />
Este es <strong>el</strong> títere que encuentra Mesa, en <strong>el</strong> momento en que se decide a actuar; y actúa,<br />
segura de que la audacia que por primera vez llevó al trono a ese títere no se renovará dos veces,<br />
que él no podrá reunir la energía necesaria para defender un trono, después de haber tenido <strong>el</strong><br />
capricho de adueñarse de él una primera vez.<br />
Por otra parte, toda la administración de Macrino es un milagro de imprevisión, de<br />
impotencia, de fatuidad. Mesa, bao sus mismos ojos, puede operar la reunión de sus tesoros, los<br />
que vienen de Roma, y los que dormían en Antioquía; y amontonarlos en los subterráneos d<strong>el</strong><br />
templo de Emesa, que nadie se atrevería a violar.<br />
Una vez seguro <strong>el</strong> tesoro de guerra, hay que ocuparse de cultivar las conciencias y <strong>el</strong> terreno.<br />
Aquí es donde aparece Gannys.<br />
Si en los preparativos de la conspiración, Julia Mesa es <strong>el</strong> cerebro que concibe, Julia<br />
Semia es la atmósfera, <strong>el</strong> espacio, <strong>el</strong> aire, <strong>el</strong> fondo genésico, la envoltura voluptuosa; y Gannys <strong>el</strong><br />
ejecutante audaz.<br />
31<br />
Librodot<br />
31