03.10.2012 Views

Artaud antonin - heliogabalo o el anarquista coronado

Artaud antonin - heliogabalo o el anarquista coronado

Artaud antonin - heliogabalo o el anarquista coronado

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Librodot H<strong>el</strong>iogábalo o <strong>el</strong> <strong>anarquista</strong> <strong>coronado</strong> Antonin <strong>Artaud</strong><br />

Orden, Desorden,<br />

Unidad Anarquía,<br />

Poesía, Disonancia,<br />

Ritmo, Discordancia,<br />

Grandeza, Puerilidad,<br />

Generosidad, Cru<strong>el</strong>dad.<br />

Desde lo alto de las torres recién erigidas de su templo al dios pítico, arroja trigo y miembros de<br />

hombres.<br />

Nutre a un pueblo castrado.<br />

Indudablemente, no hay tiorbas, ni tubas, ni orquestas de asores, en medio de las castraciones<br />

que impone, pero que impone cada vez como otras tantas castraciones personales, y como si<br />

fuera él mismo, Elagabalus, <strong>el</strong> que había de ser castrado. Desde lo alto de las torres se arrojan<br />

bolsas de sexos con la más cru<strong>el</strong> abundancia, <strong>el</strong> día de las fiestas d<strong>el</strong> dios Pitio.<br />

Yo no juraría que una orquesta de asores, o de neb<strong>el</strong>es de cuerdas rechinantes, de vientres duros,<br />

no esté oculta en algún sitio en los bajos fondos de las torres en espiral, para cubrir los gritos de<br />

los parásitos a quienes castran; pero a esos gritos de hombres martirizados responden casi al<br />

unísono las aclamaciones de un pueblo alborozado, al que H<strong>el</strong>iogábalo reparte <strong>el</strong> valor de varios<br />

campos de trigo.<br />

El bien, <strong>el</strong> mal, la sangre, <strong>el</strong> esperma, los vinos rosados, los aceites balsámicos, los perfumes más<br />

caros crean, en torno a la generosidad de H<strong>el</strong>iogábalo, incontables irrigaciones.<br />

Y la música que surge de esto va más allá d<strong>el</strong> oído para alcanzar <strong>el</strong> espíritu sin instrumentos y sin<br />

orquesta. Quiero decir que los estribillos, las evoluciones de las débiles orquestas no son nada al<br />

lado de ese flujo y reflujo, de esta marea que va y viene con extrañas disonancias, de su<br />

generosidad a su cru<strong>el</strong>dad, de su pasión por <strong>el</strong> desorden a la búsqueda de un orden inaplicable al<br />

mundo latino.<br />

Por lo demás repito que fuera d<strong>el</strong> asesinato de Gannys que es <strong>el</strong> único crimen que se le puede<br />

imputar, H<strong>el</strong>iogábalo sólo mandó matar a las criaturas de Macrino, que era un traidor y un<br />

asesino, y en toda ocasión economizó bastante sangre humana. En todo su reinado hay una<br />

desproporción flagrante entre la sangre derramada y los hombres realmente matados.<br />

No se conoce la fecha exacta de su coronación, pero se conoce <strong>el</strong> precio que sus generosidades le<br />

costaron aqu<strong>el</strong> día al tesoro imperial. Y fueron capaces de comprometer su propia seguridad<br />

material, y de endeudar sus finanzas por todo <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> tiempo que reinó.<br />

H<strong>el</strong>iogábalo no deja de querer igualar la magnificencia de sus generosidades con la idea que se<br />

hace de un rey.<br />

Pone un <strong>el</strong>efante en lugar de un asno, un caballo en lugar de un perro, un león donde no se<br />

pondría más que un oc<strong>el</strong>ote, <strong>el</strong> colegio entero de las bailarinas sacerdotales donde no ha sido<br />

previsto más que un cortejo de niños auxiliares.<br />

En todas partes la abundancia, <strong>el</strong> exceso, la profusión, la exuberancia. La generosidad y la piedad<br />

más pura que vienen a equilibrar una espasmódica cru<strong>el</strong>dad.<br />

Al atravesar los mercados llora por la miseria de la plebe.<br />

Pero al mismo tiempo, manda buscar por todo <strong>el</strong> imperio a marineros con miembros atractivos, a<br />

quienes llama Nobles, a prisioneros, a ex asesinos, para que lo traten exactamente de la misma<br />

manera que él a <strong>el</strong>los en <strong>el</strong> transcurso de sus ataques genésicos, y que vigoricen la turbulencia de<br />

sus festines por medio de sus espantosas groserías.<br />

¡Con Zoticus inaugura <strong>el</strong> nepotismo de la verga!<br />

Librodot<br />

49<br />

49

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!