estructura de vida de la mujer adulta joven que labora en la ...

Mujer Militar 43
Cuando se habla de desempleo llama la atención que en ningún caso es evocado
como una oportunidad para trasformarse en padres o cónyuges más presentes.
De acuerdo a la información recogida se evidencia que el espacio laboral y el espacio
familiar están regidos por lógicas bien distintas entre sí que pueden llegar incluso a ser
contradictorias. Mientras en el trabajo se les exige competitividad, rendimiento y
disciplina, la lógica familiar está organizada en torno al afecto, la solidaridad y las
relaciones personalizadas. Para muchos entrevistados, el significado y valor atribuido a
su actividad laboral prima sobre su función al interior de su núcleo familiar.
En cuanto a la relación con las mujeres ellos las perciben como compañía o
complemento del varón, y no al contrario. Se encontró que en muchos casos las
expectativas masculinas en relación con las mujeres que buscan constituir pareja y
familia se refieren a la posibilidad de encontrar mujeres que realicen las tareas que ellos
no pueden o no quieren realizar (como las tareas domésticas) y que tengan la
sensibilidad y las habilidades necesarias para desenvolverse en los contextos en los que
ellos no saben hacerlo.
Para la gran mayoría, las tareas domésticas corresponden naturalmente a las mujeres,
y su participación en ellas es entendida como un apoyo que se brinda a las mujeres en
caso de necesidad o porque las circunstancias lo imponen como en el caso de una
coyuntura económica o de la vinculación a la mujer en el mercado de trabajo. La
división de tareas en el hogar es uno de los puntos álgidos en la construcción de las
representaciones de la masculinidad.
A pesar que es plausible el hecho de que estos hombres asuman algunas de las
labores domésticas, vale la pena recalcar cómo siguen considerando que es una