Descarga Manual del Curso (PDF) - Acción Juvenil
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“Introducción a la JODCA”<br />
LECTURAS DE APOYO<br />
LAS PALABRAS QUE HAN CAMBIADO LA HISTORIA<br />
“NO ME PREGUNTE QUE ES LO QUE AMERICA PUEDE HACER POR USTEDES...”<br />
John F. Kennedy al asumir la presidencia de los Estados Unidos de América<br />
Washington, 20 de febrero de 1961<br />
CONTEXTO<br />
Durante la preparación de este discurso de toma de posesión Kennedy dio a sus asistentes<br />
las líneas fundamentales: no estaba de acuerdo con la retórica bélica ni las alusiones a la<br />
amenaza comunista y a su vez sentía que debía hacer referencia a la política exterior. Revisó<br />
los discursos de los treinta y cuatro presidentes que lo precedieron.<br />
Una semana antes comenzó el proceso de redacción. En el último momento decidió cambiar<br />
el uso <strong>del</strong> “yo” por el de “nosotros”. Muchas de sus frases provienen de sus propios discursos<br />
y el encabezamiento de la frase que después pasaría a la posteridad –“no me pregunten...”-<br />
fue tomada de un discurso de Cicerón.<br />
Vicepresidente Johnson, señor presidente; ministro de Justicia, presidente Eisenhower,<br />
vicepresidente Nixon, presidente Truman, ilustre clerecía, compatriotas asistimos hoy, no a<br />
una victoria <strong>del</strong> partido sino a una celebración de la libertad –que simboliza un final, al mismo<br />
tiempo que un comienzo- que significa no sólo un cambio sino un renacimiento. Ya que he<br />
jurado <strong>del</strong>ante de ustedes y de Dios Poderoso el mismo solemne juramento que nuestros<br />
antepasados prescribieron hace cerca de ciento setenta y cinco años.<br />
El mundo es muy diferente ahora. Ya que el hombre posee en sus manos el poder de abolir<br />
todas las formas de pobreza humana y todas las formas de la vida humana. Y, sin embargo,<br />
las mismas creencias revolucionarias por las cuales pelearon nuestros antepasados están<br />
vigentes alrededor <strong>del</strong> globo: la creencia de que los derechos <strong>del</strong> hombre no provienen de la<br />
generosidad <strong>del</strong> estado sino de la mano de Dios.<br />
No osemos olvidar hoy que nosotros somos los herederos de esa primera revolución. Que a<br />
partir de este momento y en este lugar se propague la palabra, lo mismo para el amigo que<br />
para el enemigo, de que la antorcha ha pasado a una nueva generación de americanos –<br />
nacidos este siglo, templados por la guerra, disciplinados por una difícil y amarga paz,<br />
orgullosos de su antiguo patrimonio- y que no desean presenciar o permitir el lento deterioro<br />
de esos derechos humanos a los cuales esta nación ha estado siempre comprometida, y a<br />
los cuales hoy estamos comprometidos dentro <strong>del</strong> país y alrededor <strong>del</strong> mundo.<br />
Que lo sepan todas las naciones, ya sea que nos deseen el bien o el mal, nosotros<br />
pagaremos cualquier precio, soportaremos cualquier carga, enfrentaremos cualquier<br />
dificultad, apoyaremos a cualquier amigo, nos opondremos a cualquier enemigo, para<br />
asegurar la supervivencia y el logro de la libertad.<br />
Tanto prometemos, y más.<br />
A aquellos viejos aliados, cuyos orígenes espirituales y culturales compartimos, les<br />
prometemos la lealtad de los amigos incondicionales. Unidos, hay poco que no podamos<br />
hacer en una gran cantidad de emprendimientos cooperativos. Divididos, hay poco que<br />
nosotros podemos hacer, ya que no osamos enfrentar un poderoso desafío estando<br />
enfrentados y partidos por la mitad.<br />
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