Descarga Manual del Curso (PDF) - Acción Juvenil
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“Introducción a la JODCA”<br />
Una perspectiva individualista entenderá la democracia como una forma restringida a la<br />
relación entre el ciudadano y el Estado. Los democratacristianos, en cambio, postulamos<br />
una democracia pluralista, en la que interactúen ciudadanos, Estado y una múltiple gama<br />
de formas sociales (cuerpos intermedios), o comunidades, en que las personas se<br />
asocian libremente de acuerdo a sus intereses las legitimas demandas reivindicativas en<br />
el marco <strong>del</strong> sistema democrático. Toda asociación existente en una sociedad<br />
democrática, debe partir de su compromiso esencial con la democracia, con su defensa,<br />
con su perfeccionamiento y con la practica irrestricta de dicha concepción en el<br />
funcionamiento interno de su propia organización.<br />
Esta valoración de los cuerpos intermedios está fundada, en la solidaridad y no en el<br />
egoísmo; en la justicia social y no en el individualismo; en la búsqueda <strong>del</strong> bien común, de<br />
modo que al mismo tiempo salvaguarde los derechos de la persona humana. Este es uno<br />
de los signos distintivos <strong>del</strong> pensamiento democratacristiano.<br />
En efecto, los demócrata cristianos valorizamos en todo tiempo y lugar el sentido de lo<br />
comunitario. Validamos la necesidad de la asociatividad, la necesidad de construir con<br />
otros, la urgencia de abandonar el estilo de vida individualista -que es un signo de estos<br />
tiempos -, para dar paso a un estilo de participación con los demás. Las comunidades<br />
son, por esencia, espacios de manifestación de solidaridad, de encuentro y reencuentro,<br />
de crecimiento, de fraternidad y de realización personal. El concepto de la democracia<br />
pluralista envuelve la idea de la diversidad en todos los ámbitos. Así, somos decididos<br />
defensores <strong>del</strong> pluralismo ideológico. Sostenemos el derecho a expresión de todas las<br />
ideas y a la libre confrontación de éstas, a fin de que el pueblo se pronuncie por sus<br />
preferencias. Creemos, por ende, que las ideas ni se imponen, ni se excluyen por la<br />
fuerza. Por las mismas razones, asumimos el pluralismo en las formas económicas,<br />
concepción a la cual, el tiempo y los últimos procesos mundiales han dado tanta validez<br />
PALABRAS FINALES<br />
Nuestros partidos están fundados en ideas y principios muy sólidos. Para reflexionar<br />
sobre el futuro y los nuevos desafíos, debemos conocer antes que nada lo que somos.<br />
Así se construyen los mejores aportes y es posible lograr las debidas adecuaciones a los<br />
nuevos tiempos. Tenemos la percepción que por sobre todos los desafíos que debemos<br />
enfrentar como demócrata cristianos, existe uno que es mayor y que reside en dar a<br />
conocer con claridad nuestra alternativa doctrinaria e ideológica “a tiempo y a destiempo”,<br />
como decía San Pablo. El mundo vive un individualismo exacerbado, el que con sus<br />
elementos el egoísmo y el consumismo- penetra los ambientes de la sociedad. Hay un<br />
materialismo que quiere reinar y que, en versiones liberales de derecha o de izquierda,<br />
pretende adueñarse de la política contemporánea.<br />
Pensamos que los valores esenciales son permanentes, que los principios son siempre la<br />
fuente de inspiración. El desafío es que estos no se transformen, por nuestras<br />
incapacidades en meros conceptos sin motivación, o en fórmulas que se vayan quedando<br />
en lo meramente conservador. Los principios deben iluminar nuestra acción, los desafíos<br />
deber hacernos crecer.<br />
La política demócrata cristiana también es ilusión, es sana utopía. Pascal decía que el<br />
corazón tiene razones que ni la propia razón puede explicar. Y en tal sentido tenemos la<br />
percepción de que para nuestros fundadores, la ilusión fue vital.<br />
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