10.05.2013 Views

Descarga Manual del Curso (PDF) - Acción Juvenil

Descarga Manual del Curso (PDF) - Acción Juvenil

Descarga Manual del Curso (PDF) - Acción Juvenil

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

“Introducción a la JODCA”<br />

asumiría una cierta corresponsabilidad. Esto no lo puedo hacer por los motivos<br />

expresados más arriba. Sé que actuando de esta suerte no escojo una vía fácil y me<br />

arriesgo a no ser comprendido por un buen número de conciudadanos. Pero es el único<br />

camino que en conciencia puedo seguir. A quienes se extrañarían de mi decisión les pido:<br />

“¿Sería normal que yo fuera el único ciudadano belga que se viera forzado a actuar contra<br />

su conciencia en un terreno tan esencial? ¿La libertad de conciencia vale para todos salvo<br />

para el rey?”. En cambio, comprendo muy bien que no sería aceptable que, por mi<br />

decisión, yo bloquee el funcionamiento de nuestras instituciones democráticas. Por eso,<br />

invito al Gobierno y al Parlamento a que busquen una solución jurídica que concilie el<br />

derecho <strong>del</strong> rey a no verse forzado a actuar contra su conciencia y la necesidad <strong>del</strong> bueno<br />

funcionamiento de la democracia parlamentaria.”<br />

Basándose en un artículo de la Constitución, el Consejo de Ministros consideró que por<br />

este motivo a partir de ese momento Balduino I se encontraba en la imposibilidad de<br />

reinar. En ese caso, el Consejo de Ministros asume las prerrogativas constitucionales <strong>del</strong><br />

rey. El 3 de abril el Consejo sancionó y promulgó la ley de liberalización <strong>del</strong> aborto. La<br />

mañana <strong>del</strong> 4 de abril de 1990, Bélgica se despierta como aturdida. Bélgica ya no tiene<br />

rey; Balduino, negándose a firmar la ley que autoriza el aborto, acaba de ser declarado<br />

por el Gobierno “en la imposibilidad de reinar”. El 5 de abril las Cámaras reunidas<br />

constataron el fin de la imposibilidad de reinar <strong>del</strong> rey, de manera que a partir de ese<br />

momento volvió a ejercer sus prerrogativas constitucionales.<br />

Balduino corrió un verdadero riesgo, pues no estaba totalmente seguro de volver al poder<br />

después de que el Gobierno declarara su imposibilidad. Bien sabía que solo el voto <strong>del</strong><br />

Parlamento podía borrar la imposibilidad de reinar. Su suerte, pues, dependía de los<br />

parlamentarios. También sabía que su actitud iba a hacer correr mucha tinta, que las<br />

reacciones políticas serían numerosas y no iban a dejarle indemne. ¿Y la opinión pública?<br />

¿Se podía saber de antemano cómo reaccionaría? Ese país en el que la división entre<br />

católicos y masones no es una cuestión de folclore, ¿no le reprocharía que manifestara<br />

demasiado abiertamente sus convicciones religiosas y haber faltado a su obligación de<br />

reserva? Muchas incógnitas había para que el rey estuviese seguro de su acción.<br />

“Me embarqué solo, con mi conciencia...” Esta reflexión que Balduino escribió en su diario<br />

íntimo dice más que un largo discurso. Sabía que su elección daría lugar a numerosos<br />

comentarios, a innumerables críticas, pero su conciencia le impedía obrar de otra manera.<br />

Para él, hay circunstancias excepcionales en las que la referencia a los principios<br />

prevalece sobre todo lo demás, incluso sobre su futuro personal, incluso sobre el futuro de<br />

la dinastía.<br />

Debemos repetirlo: nada ni nadie habría podido hacer que se volviera atrás de su<br />

decisión. Nada. Nadie. Su convicción estaba definitivamente anclada. No databa de ayer.<br />

En 1961, en un discurso oficial en su primera visita de Estado a Francia, había invitado a<br />

los demócratas a “ser los promotores de los principios sagrados y universales sin los que<br />

ninguna comunidad humana puede vivir”. Y añadía: “Quienes han optado por las arenas<br />

movedizas <strong>del</strong> relativismo no pueden ofrecer una respuesta válida a esas cuestiones<br />

vitales”. Para él, “los hombres, para vivir, necesitan saber por qué”.<br />

El 31 de julio de 1993 el rey falleció en Motril, en el sur de España, donde se encontraba<br />

la residencia de vacaciones de la pareja real.<br />

94

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!