Heroes del Minimomundo_Manuel Jose Sierra Hernandez
Heroes del Minimomundo_Manuel Jose Sierra Hernandez
Heroes del Minimomundo_Manuel Jose Sierra Hernandez
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
04. El juego <strong>del</strong> Poids.<br />
Nada más regresar al dormitorio los compañeros de Oliver le asaetaron a preguntas acerca de su<br />
reunión en el despacho <strong>del</strong> subdirector. Por su parte, Esteban, al que por mucho que se lavase la cara la<br />
marca no desaparecía, se burló de él inquiriéndole que dónde le había pintado a él el cero el<br />
subdirector.<br />
Aunque tampoco es que Oliver pudiera contarles mucho. Respecto de la pregunta 19<br />
Willyman ya había dejado bien claro en la presentación que quien cometiese una falta no regresaría.<br />
Sobre la diecisiete… primero tendría él que aclarar qué era lo que sentía o sabía al respecto. Hasta ese<br />
momento había creído u opinado que el Hombre de cobre era ante todo un producto de su<br />
imaginación. Pero después de la entrevista con el subdirector no sabía qué pensar.<br />
Pero pronto todos tuvieron otras cosas en las que pensar cuando contemplaron ante sí el criminal<br />
calendario de estudios. Éste se componía de varias asignaturas obligatorias: matemáticas, biología,<br />
química, física, literatura, ciencias sociales, educación física y ética, así como obligaba al alumno a<br />
tomar por lo menos dos asignaturas optativas: música, diseño, tecnología, informática, artes marciales,<br />
… Oliver eligió en primer lugar informática, y después, a instancias de Alan, artes marciales. Sin<br />
embargo, y todos lo corroboraron, en ninguna de ellas se explicaba al alumno cómo usar sus<br />
respectivas habilidades. Esto trastocaba la idea que se habían hecho de la Academia Blixen. ¿Acaso no<br />
habían ido allí para aprender a controlar la nanomateria?<br />
Al parecer no, y las conversaciones con alumnos de cursos superiores tampoco les dieron<br />
mucha esperanza. El único contacto que durante los primeros tres meses mantuvieron con la<br />
nanorrealidad fue en el comedor, donde observaron que tras una mampara de cristal que dividía en dos<br />
el edificio, se sentaban a las mesas chicos y chicas que aparentemente nada tenían que ver con las seis<br />
Residencias. Normalmente eran mayores que ellos, y vestían como les daba la gana sin tener que<br />
llevar aquellos atuendos de piloto de caza. Le preguntaron a Sanjuanero y efectivamente éste les<br />
respondió que aquel sector estaba reservado a aquellas personas que ya habían dejado la Academia.<br />
- ¿Y dónde viven?- Preguntó Giancarlo.<br />
- ¿Quién sabe? Supongo que si salís de los límites de la Academia y camináis unos cuantos<br />
cientos de metros en la oscuridad, encontraréis sus casas.- Explicó el puertorriqueño, aunque ninguno<br />
de ellos quiso probar.<br />
Otro acontecimiento que les informó que a pesar de las clases seguían en el Mínimomundo, sucedió a<br />
la hora de matemáticas mientras la profesora de turno les explicaba un complicado ejercicio de sumas<br />
y multiplicaciones. Habían transcurrido dos meses y todos empezaban a estar bastante agotados <strong>del</strong><br />
asunto. Entonces, un miembro de la Debussy gritó:<br />
- Mirad. ¡Es Spiderman!<br />
- ¿Cómo? ¿Dónde?- Contestaron varios.<br />
- ¡Fuera!<br />
Todos se dirigieron al ventanal, y mientras la profesora les gritaba para que volvieran a sus<br />
asientos, contemplaron cómo Spiderman, aunque se le veía algo más entrado en carnes de como se le<br />
dibujaba en los comics, extendía su telaraña y saltaba de pared en pared.<br />
- ¡Spiderman, Spiderman, Spiderman!<br />
Hasta que de repente un rayo lo tiró al suelo. Incluso allí, a pesar que la escena se desarrollaba<br />
al menos a doscientos metros, se escuchó la famosa prebenda: “¡Tienes un cero!” Tras lo cual apareció<br />
Willyman, y con él dos alumnos de los últimos cursos que se llevaron a Spiderman a rastras. La<br />
mayoría gritaron e insultaron al subdirector por haber hecho aquello, algunos incluso se pusieron a<br />
llorar porque Spiderman siempre había sido su superhéroe favorito. En general, todos estaban bastante<br />
apenados, excepto uno que entre el tumulto se atrevió a decir: “Willyman es Dididios”.<br />
Aparte de las clases, en la Academia Blixen destacaban las competiciones deportivas. De fútbol, de<br />
baloncesto, rugby, hockey sobre patines y balonmano. Competían residencia contra residencia, pero<br />
como no se diferenciaba entre edades, los alumnos de los cursos superiores copaban todos los puestos.<br />
24