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Heroes del Minimomundo_Manuel Jose Sierra Hernandez

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Oliver pulsó el botón rojo. Al momento en la pantalla <strong>del</strong> ordenador apareció un mensaje:<br />

“Closing the Wormhole” (“Cerrando el agujero de gusano”), seguido de una cuenta atrás de diez<br />

segundos. Cuando llegó a cero la persona tras el aparato dijo:<br />

- Felicidades. Seas quien seas acabas de salvar la Tierra.<br />

Pero Oliver no estaba para celebraciones. Con los nervios metidos en el cuerpo, entre a punto<br />

de desplomarse o de ponerse a llorar, corrió de vuelta hacia dónde estaban sus padres. Estos se<br />

encontraban todavía junto a la estancia donde habían cenado. Pero al verlos pensó que se enfadarían<br />

mucho al ver que había salido <strong>del</strong> cuarto así que se metió de nuevo en el servicio y por la cornisa<br />

regresó a la habitación. Abajo la batalla había finalizado, el hombre de la voz y sus esbirros habían<br />

desaparecido, y los soldados registraban el campo en busca de compañeros heridos o fallecidos.<br />

Poco más tarde regresó la electricidad y la puerta de la estancia se abrió.<br />

- Oliver. Gracias a Dios, estás bien.- Dijo Frank Rousseau- ¿Por qué no has contestado?- El<br />

muchacho no quiso decir nada.- Da igual. El caso es que estás bien.<br />

Un grupo de soldados pasó por el pasillo informando a todo el mundo de que se dirigieran a<br />

los subterráneos. Durante el camino todos se mantuvieron en silencio, excepto la señora Dobb que no<br />

paró de perorar <strong>del</strong> miedo que había pasado, de lo terrible que era toda aquella situación, así como que<br />

por mucho que Frank dijese ella no volvería a pisar aquel lugar. Ni Julie tampoco. La niña quiso<br />

protestar pero la madre la acalló de un bofetón.<br />

- Pues de acuerdo- objetó Frank-, haz lo que quieras, pero yo seguiré viniendo Nochebuena<br />

tras Nochebuena- y dirigiéndose a Oliver en un aparte- ¿Sabes qué ha sucedido aquí hoy?<br />

- Ni idea. No sabía que este tipo de cosas ocurrieran en el Mínimomundo.- Frank asintió.<br />

- Quiero que me prometas una cosa, y esta vez espero que no se te olvide. Busca a David,<br />

busca a mi sobrino. Quiero saber si está bien, aunque tenga que esperar a las próximas navidades para<br />

saberlo. Pero búscale. ¿Me lo prometes?<br />

Oliver dijo que sí. Más a<strong>del</strong>ante había un puesto de control. Los alumnos iban por un lado y<br />

los parientes y amigos por otro. Algunos padres protestaban, argumentaban que aquel lugar era<br />

demasiado peligroso y querían llevarse a sus hijos de vuelta a la Tierra. Pero los encargados <strong>del</strong> puesto<br />

les dijeron que eso de momento era imposible y que la ley les amparaba. Oliver, ante aquello, se<br />

despidió de su padre adoptivo con un abrazo, a Julie le dio dos besos en las mejillas y a la señora Dobb<br />

estrechó la mano. Ésta seguía fría pero a su pesar la mujer no pudo disimular dos lágrimas que<br />

resbalaron por su rostro.<br />

Apesadumbrado, el muchacho se dejó guiar por los guardias. Le llevaron hasta a un andén donde el<br />

tren esperaba para recogerlos. Nada más entrar alguien le llamó. Se trataba de Pierre.<br />

- Lo siento. Venía para pedirte disculpas. Me pasé. Y lo siento mucho, no tendría que haberle<br />

dicho esas cosas a tu amigo, a Al…<br />

- Alan, Alan Sillitoe.<br />

- ¿Y dónde está? Me gustaría pedirle perdón en persona.<br />

- Abandonó la Academia hace un mes.<br />

- Ah.- Pierre se quedó sin palabra.<br />

- Pero no te preocupes, si alguna vez vuelvo a verle se lo diré.- Oliver le tendió la mano y<br />

Pierre la aceptó gustoso.<br />

- Por cierto- dijo Pierre cambiando de tema-, me dijeron que habías fundado un equipo de<br />

Poids, y que incluso habíais ganado a unos chicos de los últimos cursos.- Oliver asintió.- Increíble.<br />

Algún día iré a veros, lo prometo. Bueno, me tengo que ir, me están esperando. Mucha suerte.<br />

- Gracias, igualmente.<br />

- Ah,- dijo Pierre cuando ya se hubo alejado unos pasos- y ya me contarás algún día en la<br />

Academia qué hacías afuera caminando por la cornisa.<br />

Oliver sonrió, vio cómo Pierre se metía entre la muchedumbre y a continuación buscó un<br />

asiento en el tren. Por lo menos algo le había dejado un buen sabor de boca aquel día.<br />

Dentro no conocía a nadie, pero todos tenían en común que elucubraban acerca de lo que había<br />

sucedido en el edificio junto al túnel. El francés intentó conciliar el sueño a sabiendas de que sólo él<br />

podría dar una explicación mínimamente verídica.<br />

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