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2 <strong>T21</strong> I MAYO 2009<br />
P<br />
ocas son las terminales portuarias<br />
en México que se han construido de<br />
cabo a rabo por inversión totalmente<br />
privada. La gran mayoría fueron<br />
creadas con recursos propiedad del<br />
gobierno federal, y después concesionadas a empresas<br />
privadas para su operación y explotación.<br />
En el puerto de Altamira, Tamaulipas, el mes<br />
pasado se presentó uno de esos pocos ejemplos<br />
donde la iniciativa privada vio una oportunidad de<br />
negocio, invirtió y se arriesgó en la construcción de<br />
una moderna terminal, seguramente la más moderna<br />
del país, especializada en el manejo de acero y<br />
carga general.<br />
El incierto y calamitoso (a veces) destino quiso<br />
que en plena tormenta económica global le llegara el<br />
momento de entrar en operaciones, pero a pesar de esta<br />
coyuntura, los emprendedores que están detrás de este<br />
proyecto, la familia Hess, controladora de la compañía<br />
Transunisa, y sus socios externos, saben que este tipo de<br />
inversiones son de mediano y largo plazo, por eso, no<br />
se amilanan ni pierden el optimismo, sabedores de que<br />
los mejores tiempos están porvenir para sus principales<br />
usuarios, la industria automotriz y siderúrgica.<br />
Por eso, doblemente plausible es que en momentos<br />
en que la suerte no ha sonreído a nuestros puertos<br />
en materia de inversión, lo cual se ha manifestado con<br />
la declaración de desiertas de varias licitaciones o su<br />
posposición, esta inversión se haya concretado y generado<br />
fuentes de trabajo en el sur de Tamaulipas, uno de<br />
los estados más pujantes de nuestra República, y desde<br />
donde esta nueva infraestructura está buscando inyectarle<br />
mayor competitividad a la cadena logística que<br />
utiliza nuestra industria.<br />
OPINIÓN<br />
Duro como<br />
el acero<br />
Es precisamente la rama productiva nacional<br />
la principal beneficiaria de esta infraestructura, ya<br />
que los puertos que atendían a este sector antes de la<br />
apertura de Steel Terminal eran el de Tampico, con<br />
su limitado calado que no permite aprovechar economías<br />
de escala que abaraten el costo logísticos, y<br />
el puerto de Brownsville, Texas, que adiciona para<br />
los productores nacionales el problema de un cruce<br />
de frontera.<br />
Ahora, gracias a los 13.5 metros de calado que<br />
Steel Terminal tendrá próximamente, y gracias al equipamiento<br />
del que se ha provisto a esta empresa por<br />
parte de sus accionistas, se podrán descargar embarcaciones<br />
con mayor capacidad, mejorando el costo logístico<br />
al aprovecharse las economías de escala por una<br />
parte, y por otra, un menor tiempo de carga y descarga,<br />
lo cual se traduce en ahorros en términos de la<br />
estadía del barco en puerto.<br />
Estos beneficios ya se vieron reflejados en las primeras<br />
operaciones que tuvo Steel Terminal en la primera<br />
quincena de abril, por lo que, aunado a la integración<br />
de servicios que Transunisa puede hacer a sus<br />
clientes, significa grandes ventajas logísticas para los<br />
usuarios, quienes sin duda sabrán aquilatar estos valores<br />
añadidos en sus operaciones.<br />
El prietito en el arroz, que en nuestro país<br />
nunca suele faltar, lo son los ferrocarriles Ferromex y<br />
Kansas City Southern México, que sacan de mercado<br />
el servicio desde Altamira al centro del país por los<br />
altos costos de interconexión que se siguen cobrando,<br />
pero esto, desde luego, no es responsabilidad de Steel<br />
Terminal, la cual, de la mano del autotransporte se<br />
las ha arreglado para ser competitiva en ciudades<br />
como San Luis Potosí y otras.