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toda su plenitud un derecho, cuyo libre egerci-
cio es el estímulo del trabajo , el móvil del ín­
teres individual, y el principio que asegura so­
bre el interés común la permanencia del orden
y bien estar de la sociedad ; sucediendo por el
contrario que todas las disposiciones, que mas ó
menos atacan este derecho, destruyen en otro tan­
to el beneficio del propietario , extinguen su
anhelo por aumentar y mejorar las produccio­
nes de su industria , y de consiguiente se oponen
á la riqueza de los pueblos, y los imposibilitan
de contribuir al Estado con lo que necesita pa­
ra su mantenimiento y decoro. Por una con­
secuencia de estas verdades ha venido S. M. en
declarar; que la compra y venta de vinos, de
cuilquier clase que sean , por mayor y por me­
nor, pagándose los derechos legítimamente es­
tablecidos , debe ser enteramente libre en cuan­
to al tiempo, al precio , al modo y demás cir­
cunstancias, cualesquiera que sean los usos, cos­
tumbres ú ordenanzas municipales que hubie­
se en contrario; pero quedando á las ciudades y
villas el recurso al Consejo de hacienda si cre­
yesen tener algún derecho que reclamar , y en­
tendiéndose esta declaración por ahora , hasta
que el mismo Consejo en Junta de comercio y
moneda, reuniendo los datos necesarios, con­
sulte con la brevedad que le está encargada, una
regla que haga desaparecer todas Jas disposicio­
nes perjudiciales al cultivo y comercio de este
ramo, (i) De Real orden lo comunico á V. para
(i) Partiéndose de estos mismos principios
se acordó por S. M. el libre comercio del vino
en Valladolid: véase en la pág. 42 que precede