El Avisador Malagueño REVISTA HISTÓRICO-CULTURAL ONLINE
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FL A M ENQUERÍAS<br />
MANOLILLO<br />
“EL HERRAOR”<br />
A Manuel Soto Fernández, “Manolillo el Herraor”, lo conocí<br />
siendo yo muy pequeño, creo que por los años cuarenta y tantos<br />
o cincuenta del siglo pasado.<br />
Vivía yo en Ciudad Jardín y solía frecuentar una zapatería<br />
y una barbería. Allí compartía mis horas de libertad charlando<br />
con Manolo, zapatero de los que antes se conocían como “remendones”;<br />
también utilizaba los servicios y pasaba ratos de<br />
charla con dos hermanos barberos, Chico y Gonzalo.<br />
Por aquél entonces “Manolillo el Herraor” hacía sus faenas<br />
propias del oficio a la entrada de un callejón llamado Martín<br />
Aldehuela. Allí, en medio de la tierra, extendía los propios de<br />
su oficio: cuchillas, clavos, martillos …<br />
En los ratos libres nos reuníamos Manolillo, mayor que nosotros,<br />
Chico, Gonzalo, Manolo y yo, para jugar a las “pencas”<br />
o a las “cañasdurces”. <strong>El</strong> primer juego consistía en atravesar<br />
una penca con una “perra gorda” desde una distancia de unos<br />
cinco metros. <strong>El</strong> segundo juego, más peligroso y utilizando las<br />
herramientas de Manolillo, consistía en sostener con la mano<br />
izquierda una “cañadú”, comprada entre todos, alzando la<br />
mano hasta donde se podía; en la mano derecha se mantenía<br />
una “faca” muy cortante que se subía con fuerza dejando caer<br />
la caña. Hasta dónde llegaba el corte, se partía la caña y ese<br />
trozo era tuyo. Si acaso rajaba la caña completa, desde abajo<br />
hasta arriba, la caña era tuya y los demás tenían que satisfacer<br />
su importe.<br />
Manolillo solía canturrear a menudo algo que a mí me sonaba<br />
bien, aunque yo no era, ni tenía idea de que pudiera llegar<br />
a serlo, aficionado al flamenco. De ese arte sólo sabía que se<br />
practicaba la mayoría de las veces en sitios cerrados y muy mis-<br />
Luis A. Utrera Madroñero<br />
E L A V I S A D O R M A L A G U E Ñ O | 4 5