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El Avisador Malagueño REVISTA HISTÓRICO-CULTURAL ONLINE

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5 8 | E L A V I S A D O R M A L A G U E Ñ O<br />

la Catedral de Málaga y hay quien afirma que también la<br />

Catedral de Cádiz, pudiese estar construida con piedra labrada<br />

del Torcal.<br />

En 1772 Juan Peyron, de su viaje por España, escribiría: “al<br />

dejar Antequera por la parte del medio día, se escalan montañas<br />

escarpadísimas y que nada agradable tiene que ofrecer a la vista,<br />

más que precipicios y rocas estériles. Después de haber hecho de<br />

ese modo cuatro leguas a lomos de mulo, porque no hay allí camino<br />

para los coches, se llega a una venta o posada cuyos alrededores<br />

son alegres: el camino se hace entonces menos rudo, menos<br />

montuoso, y la campiña está más cultivada”.<br />

En el tramo que hoy hablamos, se han producido hechos<br />

diversos. Bandolerismo y el pillaje en la edad moderna, el apresamiento<br />

de las tropas de Napoleón, del capitán antequerano<br />

“<strong>El</strong> Capitán Moreno”, la muerte de la comedianta, el trasporte<br />

en camillas a hombros, de enfermos de la zona sur del Torcal<br />

al hospital de Antequera. <strong>El</strong> tránsito continuo de personas de<br />

Antequera a la zona sur de su término a Almogía y Málaga<br />

y es que estamos hablando de una vía de comunicación muy<br />

importante.<br />

Me contaba un vecino de la zona sur del Torcal, que cuando<br />

fue a acompañar andando a su hermano a la estación del tren<br />

de Antequera para que éste se incorporase al servicio militar, a<br />

su vuelta y cumpliendo el encargo de una vecina, llevaba dos<br />

kilos de cal en la mano, en ese momento dos hombres salieron<br />

a su encuentro llegando al paraje de las Escaleruelas, al parecer<br />

con la intención de robarle, fue un vendedor ambulante,<br />

un recovero llamado de apodo “Camuña” de Antequera, quien<br />

conociendo a los asaltantes y a la persona a la que pretendían<br />

asaltar, desde lejos lo evitó vociferando: —“sinvergüenzas, que<br />

vais a robar al muchacho, granujas ¿no os da vergüenza?”—.En<br />

ese momento los hombres esquivaron al chiquillo y continuaron<br />

el camino corriendo al verse sorprendidos. Aquel joven<br />

hoy ya jubilado al recordar lo relatado, comenta, “me hicieron<br />

pasar mucho miedo, yo sólo tenía dos kilos de cal, no tenía nada<br />

más.”<br />

Hay una piedra de grandes dimensiones, que le llaman “la<br />

piedra de la comedianta”, cuenta la leyenda que una mujer, que<br />

trabajaba haciendo comedia en Málaga, a su paso hacia a Antequera,<br />

resbaló y cayó por un precipicio muriendo en aquel<br />

lugar.

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