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artesanal en sus domicilios podrían obtener oro. Esto claramente demuestra una
desinformación de la población. La falta de comunicación con la comunidad y la
ausencia de la implementación del principio de prevención, en la mayoría de las
empresas, es un problema repetitivo.
Según Aste (2004): Actualmente las empresas mineras abarcan más de 13
millones de hectáreas, comprometiendo las tierras de unas 3200 comunidades
campesinas y nativas, así como de un número creciente de poblaciones, que en muchos
casos, desconocen sus derechos a la propiedad, la libre negociación para obtener
compensaciones por el uso de sus tierras y la protección de sus recursos naturales.
Una importante expectativa de las comunidades aledañas respecto a los proyectos
mineros es la generación de empleo, que puede generarse con la llegada de las empresas
transnacionales. A principios del siglo XX, la empresa Cerro de Pasco Corporation creó
por primera vez un mercado de trabajo asalariado, de este modo en la gran minería, se
rompió la circulación de las actividades mineras y las actividades campesinas, tanto de
agricultura como pesca.
La empresa Cerro de Pasco Corporation desarrolló una gran operación ganadera
(la sociedad minera ganadera del centro), de ubicación geográfica muy cercana al área
minera, para poder lograr mantener un contingente importante de mano de obra
campesina a su disposición, para que trabajen en las minas durante las diferentes etapas
de expansión en el siglo XX (MMSD, 2002).
La realidad peruana actual, respecto a la generación de empleo, es marcadamente
diferente, a la de inicios del siglo XX, la mano de obra es abundante y la posibilidad de
empleo directo en las empresas transnacionales es mínima, esto genera una falsa
expectativa en las comunidades aledañas.
Es importante recalcar, que la actividad predominante en las comunidades
adyacentes a las empresas mineras, es la agricultura. Por ende, las comunidades valoran
el agua como recurso natural. El uso del recurso agua, tan importante para la sociedad
en general, es también de importancia para los proyectos mineros. Un cálculo preliminar
del volumen de agua que requieren los proyectos mineros como Southern, Quellaveco,
Antamina, y Tintaya acarrean un consumo de 5.700 l/s equivalente al 50% del agua
potable que consume la ciudad de Lima, donde se encuentra la mayor población del
Perú (MMDS, 2002).
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