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Con la creciente complejidad de la vida social y, la importancia cada vez mayor
de los grupos de presión como los monopolios, las corporaciones, las empresas
trasnacionales, etc., se debe dar mayor importancia al estudio de las valoraciones
subyacentes a las acciones de organizaciones sociales. Se debe llevar en cuenta, en los
problemas mineros, la probable aplicación de nuevas teorías y de sus repercusiones
sociales.
Por otro lado, la inversión minera podría ayudar al desarrollo económico de las
comunidades donde se desarrolla la minería. La generación de empleo indirecto y la
posible formación de cluster para cubrir la demanda de insumos de estas empresas debe
ser prioridad en las políticas públicas.
Debe crearse políticas decididas y conscientes, en promocionar más la región sur
como receptora de inversión extranjera de subsidiarias de empresas extranjeras
productoras de equipos, bienes e insumos mineros, que actualmente sólo mantienen
funciones de comercialización y, prefieren instalar sus plantas en otros países. Las
debilidades de los cluster en la región sur, se pueden explicar por los siguientes
factores:
Las limitaciones de las capacidades tecnológicas existentes en la región.
Las limitaciones actuales para financiar nueva inversión directa extranjera, o
alianzas estratégicas con proveedores o inversionistas extranjeros.
Es necesario analizar la incidencia que tiene las comunidades aledañas en torno
a las decisiones sobre el futuro de su territorio y su modo de vida, es fundamental
respetar estas comunidades para una convivencia pacifica. Es necesario, fortalecer la
gestión ambiental pública en las localidades donde las empresas transnacionales se
desenvuelven.
Con respecto a los pasivos ambientales tenemos variados ejemplo en el
mundo, como la transformación de estos pasivos en lugares turísticos que puede ser
incluido en la Promoción de Inversión Extranjera. Por ejemplo, el proyecto Montaña de
la Sal Cardona (5.800 habitantes), es una apuesta municipal que ha permitido
reconvertir unas minas de sal que habían dejado de ser rentable, tras ser explotadas
industrialmente durante más de 70 años, en un atractivo turístico para potenciar un
desarrollo sostenible en el territorio. Después de un proceso de rehabilitación y
recuperación que ha durado más de siete años, las instalaciones mineras de Cardona
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