relatos mÃticos y prácticas rituales en pachacamac - Instituto Francés ...
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RELATOS MÍTICOS Y PRÁCTICAS RITUALES EN PACHACAMAC<br />
13<br />
4. LAS PRÁCTICAS RITUALES<br />
Resultaría erróneo creer que las prácticas descritas por los cronistas de los siglos<br />
XVI y XVII fueron todas observadas de igual manera y para los mismos motivos <strong>en</strong> el<br />
conjunto de los Andes C<strong>en</strong>trales. Sería a la vez negar la diversidad cultural de las<br />
sociedades andinas y los cambios y transformaciones de todo tipo que experim<strong>en</strong>taron<br />
a lo largo de su desarrollo. Es por eso que me interesé aquí por las fu<strong>en</strong>tes que relatan<br />
las “idolatrías” <strong>en</strong> el mismo Pachacamac y el área cercana, es decir, la costa c<strong>en</strong>tral del<br />
Perú y la llanura andina directam<strong>en</strong>te adyac<strong>en</strong>te. Tales m<strong>en</strong>ciones específicas se<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> las crónicas de carácter g<strong>en</strong>eral que tratan de todo el Perú (por ejemplo<br />
Alborñoz, Garcilaso de la Vega, Cobo, Cieza de León y otros) así como <strong>en</strong> <strong>relatos</strong> de<br />
las visitas realizadas <strong>en</strong> la zona de estudio (Fig. 1), sea Arriaga (1999[1621]), Avila<br />
(1980[1608?]), Duviols (1983), Hernández Príncipe (1919[1622]) y Polia (1999).<br />
Además de esto, creo que se debe repetir que las fu<strong>en</strong>tes etnohistóricas atestiguan, por<br />
naturaleza, prácticas <strong>en</strong> uso durante las g<strong>en</strong>eraciones que siguieron a la conquista, y<br />
por esto más o m<strong>en</strong>os alejadas <strong>en</strong> el tiempo de las prácticas prehispánicas; por más que<br />
los restos materiales de dichas prácticas puedan ser comparables, hasta idénticos, resulta<br />
sumam<strong>en</strong>te difícil saber <strong>en</strong> qué medida su s<strong>en</strong>tido, su justificación <strong>en</strong> la época colonial,<br />
corresponde al s<strong>en</strong>tido y las motivaciones de la época Inca y pre-Inca. En efecto, son<br />
los mismos restos materiales los que nos servirán de guías y de puntos de refer<strong>en</strong>cia,<br />
pues constituy<strong>en</strong> por supuesto la principal base de datos para los periodos prehispánicos.<br />
Así pues, he llevado a cabo una selección <strong>en</strong>tre los <strong>rituales</strong> descritos por los cronistas,<br />
privilegiando los susceptibles de dejar alguna huella <strong>en</strong> el registro arqueológico. Sólo<br />
así puede t<strong>en</strong>er s<strong>en</strong>tido el cotejo de datos.<br />
4. 1. Sacrificios<br />
4. 1. 1. Sacrificios humanos<br />
“(…) y cuando hacían los sacrificios delante de la multitud del pueblo, iban los rostros<br />
hacia las puertas del templo y las espaldas a la figura del ídolo, llevando los ojos bajos y<br />
ll<strong>en</strong>os de gran temblor (…)” (Cieza de León, 1995[1551]: cap. XLII).<br />
Pachacamac parecía gozar de una reputación tan temible como ext<strong>en</strong>dida.<br />
Temible y sanguinaria porque, al parecer, se hicieron <strong>en</strong> su honor “numerosos<br />
sacrificios de animales y de sangre humana de personas que mataban” (Cieza de<br />
León, 1995[1551]: cap. XLII.) Cobo (1964[1653], L.13, cap. 36), inspirándose<br />
directam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Cieza de León, confirma la exist<strong>en</strong>cia de sacrificios y precisa que<br />
tales prácticas solam<strong>en</strong>te se producían <strong>en</strong> casos graves y excepcionales “(...) como<br />
cuando se sospechaba que alguna provincia quería rebelarse o que se preparaba una<br />
traición contra el Inca, y que eso no se podía verificar por testigos, torturas, o de<br />
otra manera”. Cobo agrega, líneas después, que <strong>en</strong> estos casos se sacrificaban niños,<br />
a los que se <strong>en</strong>terraban vivos (Cobo 1964[1653], L.13, cap. 36), lo que podría<br />
confirmar el aspecto terrestre de Pachacamac. Santillán (1879[1551]: 32) señala<br />
que eran ofrecidas al dios chicas jóv<strong>en</strong>es, <strong>en</strong>terrándolas vivas.<br />
“The most valuable sacrifice was of human beings, who were offered to the most important<br />
divinities and huacas on the most solemn occasions, such as pestil<strong>en</strong>ce, famine, and war<br />
reverses, at the coronation of a new Emperor (wh<strong>en</strong> 200 childr<strong>en</strong> were sacrificed), wh<strong>en</strong><br />
the Emperor w<strong>en</strong>t to war in person, or wh<strong>en</strong> he was sick (...)” (Rowe, 1946: 305-306).