relatos mÃticos y prácticas rituales en pachacamac - Instituto Francés ...
relatos mÃticos y prácticas rituales en pachacamac - Instituto Francés ...
relatos mÃticos y prácticas rituales en pachacamac - Instituto Francés ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
RELATOS MÍTICOS Y PRÁCTICAS RITUALES EN PACHACAMAC<br />
7<br />
a ningún ser particular, sino que resulta simplem<strong>en</strong>te del producto de tres huevos (si<strong>en</strong>do<br />
uno de oro y otro de plata) que “caieron del cielo” ( Duviols, 1983: 389-390; Polia,<br />
1999: 393-394) (7).<br />
Inicialm<strong>en</strong>te el rol de dios creador fue atribuido a Con. Es interesante señalar<br />
que, alrededor del año 1608, Avila nos habla de Coniraya Viracocha a través de<br />
numerosos <strong>relatos</strong> breves <strong>en</strong> los que el personaje aparece justam<strong>en</strong>te como dios creador<br />
(por ejemplo, Avila 1980[1608?], cap. 15). El hecho de que la raíz Con (8) aparezca<br />
tan estrecham<strong>en</strong>te asociada a la vez a Viracocha y al antiguo nombre de Pachacamac<br />
es llamativo.<br />
En una de sus primeras av<strong>en</strong>turas, Coniraya Viracocha, vestido de hombre pobre,<br />
fecunda a una virg<strong>en</strong> —la bella Cauillaca— por medio de una fruta que esta come.<br />
Cauillaca quiere conocer el nombre del padre de su hijo y con este fin reúne a todos los<br />
dioses —huacas— de la Tierra (9). Finalm<strong>en</strong>te, compr<strong>en</strong>de que el responsable de su<br />
estado es el m<strong>en</strong>digo feo y sucio. Avergonzada y desesperada, se tira al mar, a la altura<br />
del templo de Pachacamac, donde, junto con su hijo, se transforma <strong>en</strong> un conjunto de<br />
rocas que todavía pued<strong>en</strong> ser observadas hoy <strong>en</strong> día (Avila, 1980[1608?]: cap. 2) (10).<br />
Finalm<strong>en</strong>te, Villar Córdova (1933) relata un mito muy interesante, recopilado a inicios<br />
del siglo pasado <strong>en</strong> la provincia de Canta (alto Chillón), el cual resumiré aquí muy<br />
brevem<strong>en</strong>te. Pachamama se pres<strong>en</strong>ta como la esposa viuda de Pachacamac después de<br />
que se había tirado al mar. De él ti<strong>en</strong>e dos hijos gemelos de sexo difer<strong>en</strong>te, los willkas<br />
(“sol” <strong>en</strong> aymara; o “recién nacido” <strong>en</strong> quechua). Los dos huérfanos y su madre vagan<br />
de noche, perdidos, y son acogidos por el demonio caníbal Wa-Kon. Él int<strong>en</strong>ta seducir<br />
a Pachamama, y fr<strong>en</strong>te a su rechazo la mata y se la come (11). Los gemelos willkas<br />
huy<strong>en</strong> y les acoge un zorrillo que les alim<strong>en</strong>ta con su propia sangre y les ayuda a<br />
v<strong>en</strong>garse de Wa-Kon haci<strong>en</strong>do caer al demonio <strong>en</strong> una trampa mortal. Luego sub<strong>en</strong> los<br />
willkas al cielo gracias a su padre que les esperaba allí. La hija se transforma <strong>en</strong> luna y<br />
el hijo <strong>en</strong> sol; Pachamama resucita y es recomp<strong>en</strong>sada por su fidelidad a Pachacamac<br />
que le confiere la facultad g<strong>en</strong>eradora.<br />
Cuando uno se aproxima un poco más a los episodios significativos de cada uno<br />
de estos mitos, se observa con prontitud que numerosas preguntas pued<strong>en</strong> ser despejadas.<br />
Al parecer, bajo apari<strong>en</strong>cias difer<strong>en</strong>tes, sólo habría dos historias. Estas, a las que<br />
llamaremos A y B, se pres<strong>en</strong>tan a continuación:<br />
(7) La última creación a partir de huevos de difer<strong>en</strong>tes calidades que justifican míticam<strong>en</strong>te<br />
la exist<strong>en</strong>cia de clases sociales jerarquizadas es un tema que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra igualm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el Cuzco<br />
(Gisbert, 1993: 185; Pease, 1973: 37) y la zona de Huacho y Vegueta <strong>en</strong> el norte de la costa c<strong>en</strong>tral<br />
(Arriaga, 1920[1621]: 69). Polia (1999: 98, 385) remarca que <strong>en</strong> ciertas versiones no se trata de tres<br />
huveos sino de tres huesos. Este detalle le da a los osami<strong>en</strong>tos una importancia simbólica específica<br />
que desarrollé <strong>en</strong> otro texto (Eeckhout, 1993: 143).<br />
(8) De k’oni: calor solar (Krickeberg, 1971: 247), pero también el adjetivo q’oni: cali<strong>en</strong>te,<br />
tibio (Lara, 1978: 196).<br />
(9) El término huaca debe <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse aquí como “dios local”, según el traductor de Avila.<br />
(10) Según Molina (1943[1552]: 6-7) estas rocas son hombres petrificados por el Creador<br />
Tecsi Viracocha por causa de su desobedi<strong>en</strong>cia.<br />
(11) Esta parte del relato es muy semejante al mito de Koniraya Viracocha y Urpi Wachak<br />
relatado por Avila (1980[1608?]: cap. II).