Lenka21Mag 2014/03/21 - Lenka21

ACTUALIDAD
propio para tal evento juvenil.
Paseamos por ver el río Piedra, que como paraje
a conservar, tiene sus horarios y sus precios para
recorrer, y de lo primero andábamos ya escasos,
tras una comida donde aun siendo sobre
cincuenta comensales no hubo gritos, ni de
niños, porque los que vienen son críos que se
portan siempre bien. Pudieron jugar a fútbol en
un campo cercano al restaurante, así que ni en la
sobremesa dieron guerra. Los dos bebés
estuvieron muy tranquilos y sociables, así que
paseamos como postre y colofón de un día
espectacular, de gremio-tribu-agitanos.
No nos decimos adiós, porque el año que viene
hallaremos la excusa para vernos nuevamente.
Si no todos, los que podamos, y si podemos, se
añadirán de otras zonas, donde otros primos de
la parte paterna, nos producen la misma
sensación de cercanía a pesar de la distancia.
La torre del Monasterio es de entrada y de salida,
porque nada nos ata a estar juntos. Ninguna
cancela cierra la entrada de los afectos más
sinceros, aquellos que nos traspasaron, entre
cuentos y vasos de Cola-Cao unos padres que
deseaban que sus hijos no olvidasen que la
sangre fluye, como las palabras, por las venas de
quienes amamos, desde la cuna, hasta la
eternidad.
Tal vez por esa visita me resultó má chocante la
noticia.
Me llamó la atención ESA noticia sobre Suecia,
país que uno, en su torpeza, ve como un dechado
de virtudes. Literalmente leí Esterilización de
personas, toma de custodia de niños romaníes y
prohibición de la entrada a Suecia bajo la excusa
de que eran ciudadanos “indeseables”. Estos son
algunos de los múltiples tratos vejatorios que los
gitanos romaníes padecieron durante más de un
siglo en Suecia. Ahora ha sido el propio Gobierno
sueco quien ha reconocido esta semana estas
persecuciones y las ha plasmado en un
documento denominado ‘Libro Blanco’. “La
situación de los gitanos hoy en día está ligada a la
historia y la discriminación a la que muchos
fueron sometidos”, indica el texto en su
introducción.
En España, la discriminación legal hacia los
gitanos se observa en los artículos 4 y 5 del
Reglamento de la Guardia Civil de 1943.
En ellos, se hace explícito que los gitanos debían
ser vigilados de forma especial. Hacia 1960 la
Iglesia católica anunciaba comprometerse con la
mejora de las condiciones de vida de la población
gitana, poniendo en marcha iniciativas, como el
Secretariado Gitano de Barcelona, que
GITANOS
posteriormente, y ya en la democracia, serían
continuadas por movimientos asociativos
gitanos.
Por razones que no vienen a cuento, tuve que
conocer un campamento tocando a la ribera de
un río canalizado. Allí se instalaron dos puntos de
agua, porque se llegaron a censar 600 gitanos.
Un niño fue mordido por una rata. Vi erosiones de
sarna, mugre con solera, y otras lindezas, pero
por eso me alegré en el alma por todos ellos,
cuando se les designaron unos pisos de nueva
edificación. Hechos con módulos de hormigón, y
dotados, por supuesto con grifería para el agua
corriente. Subieron a un burro a un tercero, e
hicieron una hoguera en el comedor del mismo
piso. Esta anécdota, ni quita ni pone a que, a
pesar de que haya mucha gente que no pueden
aceptarles, a mí me caen bien. Me viene a la
memoria un cuadro.
Y un poemario de Lorca, que, sin duda, ya saben
que difícilmente se me pasaría de largo.
Con mi repulsa a la xenofobia, venga de donde
venga, y dirigida a cualquier colectivo, les dejo
con unos versos de Romancero gitano (1924-
1927).
GARCÍA LORCA - ROMANCERO GITANO (1924-
1927)-11
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.
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