Escena <strong>de</strong> «Proyecto fuera <strong>de</strong> foco» Escena <strong>de</strong> «Proyecto fuera <strong>de</strong> foco tad, no tan solo para irse o quedarse, sino para incitar al actor a buscar su mirada. En la calle, el principio <strong>de</strong> seducción entre sujeto que mira y sujeto que es mirado se evi<strong>de</strong>ncia, en grado máximo, como matriz <strong>de</strong> la teatralidad. La lógica <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lirio -con la que trabajamos-, lleva al actor a un estado <strong>de</strong> éxtasis en don<strong>de</strong> el personaje no es la representación <strong>de</strong> una psicología ni <strong>de</strong> una historia, sino que es un estado <strong>de</strong>l cuerpo mismo <strong>de</strong>l actor en esa situación; situación que plantea un grado <strong>de</strong> ficción pero también un enorme grado <strong>de</strong> verdad. Para obtener este resultado hemos organizado ciertos principios teórico-prácticos, en los que nos entrenamos cotidianamente: superposición <strong>de</strong>l plano <strong>de</strong>l actor y el personaje, y su permanente oscilación en el plano <strong>de</strong> la acción ficción; superposición <strong>de</strong> planos <strong>de</strong>l personaje o estructura esquizofrénica <strong>de</strong>l personaje (un mismo personaje trasladado a otras obras o a otro contexto); actuación performática (el personaje concebido como máscara social es lanzado a la improvisación a partir <strong>de</strong> una mínima estructura situacional); espectador como artista capaz <strong>de</strong> hacer su propia obra: la obra como cuerpo heterogéneo, contradiciendo los principios <strong>de</strong> la pieza bien hecha y los <strong>de</strong> la lógica <strong>de</strong>l relato. El trabajo <strong>de</strong>l actor conjuga varias técnicas tendientes a <strong>de</strong>stapar y poner en crisis permanente el cuerpo, la voz, la afectividad y el pensamiento <strong>de</strong>l actor en forma integrada y con todas sus posibilida<strong>de</strong>s. Posteriormente hemos intensificado las técnicas <strong>de</strong> para <strong>de</strong>sbordarlo en el caos <strong>de</strong> la calle. Acentuamos la estructura <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lirio, porque se pier<strong>de</strong>n los límites entre el cuerpo <strong>de</strong>l actor y el <strong>de</strong>l personaje, y el público interviene más directamente en la acción y cambia su curso: se vuelve entonces autor y actor. Para dar cuenta <strong>de</strong> esta estructura <strong>de</strong>lirante, hemos creado el concepto <strong>de</strong> «espectactor», que implica tanto la situación <strong>de</strong>l actor fuera <strong>de</strong> foco, como <strong>de</strong>l espectador fuera <strong>de</strong> foco. En esa situación, verás, ya no hay control alguno <strong>de</strong>l signo, la obra ya no tiene cuerpo y el texto se vuelve texto emergente, el que se crea ahí y ahora; el teatro se vuelve teatralidad colectiva; irrumpir en el espacio social y movilizar las relaciones preestablecidas. Quiero aclarar que no es en la participación física <strong>de</strong>l espectador don<strong>de</strong> está puesto el énfasis <strong>de</strong>l planteo, sino en ese punto cero <strong>de</strong> la representación que hace aflorar, en cada función, relaciones diferentes entre los cuerpos <strong>de</strong> los actores entre sí y con el espectador. La interioridad <strong>de</strong>l actor se <strong>de</strong>snuda ante la interioridad <strong>de</strong> un espectador, se genera un espacio sensible <strong>de</strong> encuentro en esta bacanal que hace que los límites <strong>de</strong>l que hace teatro y <strong>de</strong>l que va a ver, se pierdan en una construcción subjetiva <strong>de</strong> afinida<strong>de</strong>s y rechazos. —Podés ampliar esta <strong>de</strong>scripción acerca <strong>de</strong>l trabajo con el actor. —Queremos <strong>de</strong>sarrollar al máximo su capacidad <strong>de</strong> impronta, su capacidad <strong>de</strong> oscilar entre ficción y realidad permanentemente. El actor multiplica sus recursos creando a cada momento; el público tiene total liberimprovisación alcanzando un dominio en la actuación performática —Uste<strong>de</strong>s hablan <strong>de</strong> teatro y <strong>de</strong> antiteatro... —En realidad, para nosotros el teatro no es ficción ni realidad; es más bien un tercer espacio en el que el actor y el espectador oscilan constantemente entre la construcción <strong>de</strong> la ficción y la realidad <strong>de</strong> sus sensaciones, afectos y pensamientos puestos en juego durante la presentación <strong>de</strong> la obra. —Hablaste, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>l texto emergente. —Sí, porque es el texto que va reescribiéndose en cada puesta hasta llegar a un anclaje, ya muy avanzado el trabajo <strong>de</strong> la puesta: o sea, el texto y la puesta surgen en íntima relación. —¿»Manojo <strong>de</strong> calles» es una marca —Me interesa que no resulte que la marca <strong>de</strong> la intervención urbana pase a enten<strong>de</strong>rse como una forma consagrada; esto es lo que estamos haciendo ahora con todo el impulso <strong>de</strong> lo lúdico y lo festivo, es puro goce. Pero si algo ha caracterizado hasta ahora a «Manojo <strong>de</strong> calle» es estar siempre perdidos, pero sabiendo muy bien lo que <strong>de</strong>seamos y lo que nos causa placer; somos hedonistas, si eso muere, y a veces pasa, buscamos recuperar el goce por otro lado, y el goce tiene mucho que ver con el dolor y la ausencia... En realidad, no sabemos adón<strong>de</strong> vamos... 38 CUADERNOS DE PICADERO
Espacio, escrituras dramáticas contemporáneas y nuevas tecnologías por Soledad González EL ESPACIO ESCÉNICO 39