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CONSUMO, CULTURA E IDENTIDAD - Cholonautas

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http://www.cholonautas.edu.pe - Biblioteca Virtual<br />

Es su mera presencia la que marca el cambio, el hecho de que la gente come<br />

más en restaurantes que antes. Comer fuera de la casa, que en Ayacucho ha<br />

reemplazado en cierta medida las reuniones familiares alrededor de un menú<br />

con platos típicos, es una costumbre que tiene sus orígenes en la revolución<br />

industrial europea. Al comienzo una “perversión” (Fox s.f.) de las clases altas,<br />

con el tiempo se fue democratizando y, con la excepción de los más pobres,<br />

ahora forma parte de los hábitos en todos los estratos sociales.<br />

Poca gente come afuera por necesidad, como por ejemplo los viajeros; lo que<br />

les atrae es más bien el aspecto lúdico: el aura de “evento” que acompaña a la<br />

comida, su “valor de entretenimiento” (Ibíd.). Es una ocasión especial que<br />

requiere de atavío adecuado y conducta apropiada. La atracción no es tanto la<br />

comida misma – al fin y al cabo, en Huamanga por lo general no pasa del pollo<br />

– sino dónde se come. O sea, hay pollerías para toda condición social, lo que<br />

no necesariamente se expresa en la sazón y ni siquiera en el precio, sino en el<br />

ambiente. Claro que la comida tiene que ser buena, pero cuando está de por<br />

medio el esparcimiento, el evento, ésta pasa al segundo lugar. Comer fuera del<br />

hogar es una manera de marcar distinciones sociales (Tomlinson y Warde<br />

1993) y – mucho más allá de la necesidad biológica – construye y reafirma<br />

identidades a través de sus simbolismos y significados sociales:<br />

“Una comida puede ser aceptada porque puede cumplir un rol: puede<br />

satisfacer no solamente apetitos corporales y deseos de gourmet, sino<br />

también necesidades sociales” (Visser 1999: 121; véase también<br />

Weismantel 1988, 1989).<br />

Si un acto supuestamente trivial y cotidiano como comer puede formar parte de<br />

una “cultura del evento”, cuánto más la “construcción del cuerpo” a través del<br />

fisicoculturismo. Uno de los fenómenos más característicos relacionados con la<br />

cultura del consumo, que desde los años ochenta se ha expandido en todo el<br />

mundo, es el culto al cuerpo, el afán de estar lo más cercano posible a un<br />

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