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santiago de compostela, febreiro 2009 - Museo do Pobo Galego

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46 INSTITUTO DE ESTUDOS DAS IDENTIDADES<br />

redistributiva <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s hombres que los<br />

antropólogos conocemos bien, suele funcionar en<br />

estos casos, no necesariamente con un carácter<br />

económico. To<strong>do</strong>s conocemos, con seguridad,<br />

forasteros que han labra<strong>do</strong> su prestigio en la<br />

comunidad local mediante la generosa inversión <strong>de</strong><br />

su tiempo en reivindicaciones vecinales, o<br />

trabajan<strong>do</strong> más que nadie y altruistamente en<br />

activida<strong>de</strong>s culturales o asociativas en general.<br />

Yo, mi familia-grupo <strong>de</strong> allega<strong>do</strong>s, mi pueblo y mi<br />

país son, por nacimiento o a<strong>do</strong>pción, los referentes<br />

i<strong>de</strong>ntitarios básicos en que se <strong>de</strong>sarrollan nuestras<br />

vidas, los reductos que no pue<strong>de</strong>n fallarnos sin<br />

efectos <strong>de</strong>sestructurantes. Estos referentes, aparte<br />

<strong>de</strong> sostenerse en la voluntad <strong>de</strong> ser o <strong>de</strong><br />

adscribirse a ellos y en los criterios <strong>de</strong> inscripción<br />

en su caso, tienen una serie <strong>de</strong> manifestaciones<br />

–casi ritos– en las que se expresan públicamente.<br />

Gran parte <strong>de</strong> esas manifestaciones son <strong>de</strong><br />

carácter patrimonial: Ya se trate <strong>de</strong> la<br />

conservación, puesta en valor y activación <strong>de</strong><br />

bienes muebles e inmuebles: museos y<br />

colecciones, edificios y monumentos, espacios<br />

naturales y urbaniza<strong>do</strong>s emblemáticos, yacimientos<br />

arqueológicos, casas <strong>de</strong> personajes célebres,…<br />

ya se trate <strong>de</strong> manifestaciones públicas <strong>de</strong> carácter<br />

igualmente patrimonial: fiestas, merca<strong>do</strong>s y<br />

romerías, producción artesanal… To<strong>do</strong> ello es<br />

celebra<strong>do</strong> por quienes lo consi<strong>de</strong>ran como propio,<br />

como anclajes <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad. Realmente, estos<br />

elementos no constituyen nuestra i<strong>de</strong>ntidad: <strong>de</strong> un<br />

pueblo, <strong>de</strong> un país, pero tienen un carácter<br />

totémico y –lo que resulta especialmente relevante<br />

a efectos <strong>de</strong> este foro– es lo que espera encontrar<br />

el turismo.<br />

El turismo es un fenómeno extremadamente<br />

complejo a pesar <strong>de</strong> su corta trayectoria<br />

en el tiempo en los términos en que lo<br />

conocemos actualmente. En tanto que actividad<br />

estrictamente económica, el turismo podría<br />

<strong>de</strong>finirse –en palabras <strong>de</strong> un conoci<strong>do</strong> empresario<br />

catalán– como el mal necesario que <strong>de</strong>be<br />

asumirse para llenar los hoteles. Si aceptamos,<br />

siguien<strong>do</strong> el razonamiento <strong>de</strong> este mismo<br />

empresario, que los hoteles generan un beneficio<br />

induci<strong>do</strong> en muchos otros sectores <strong>de</strong> la actividad<br />

económica –<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el ocio hasta la industria<br />

alimentaria–, la argumentación no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> tener<br />

su fundamento. Al fin y al cabo, no se separa<br />

tanto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> turismo dada por la<br />

propia OMT 2 . Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l<br />

científico social, el turismo, sin per<strong>de</strong>r en absoluto<br />

su centralidad como fenómeno económico, tiene<br />

que ver con la forma <strong>de</strong> ocupar el tiempo <strong>de</strong> ocio<br />

<strong>de</strong> la población mediante <strong>de</strong>splazamiento más o<br />

menos lejos <strong>de</strong> su <strong>do</strong>micilio habitual.<br />

¿En qué se pue<strong>de</strong> invertir este tiempo <strong>de</strong> ocio en<br />

<strong>de</strong>splazamiento? Las motivaciones y, por en<strong>de</strong>, las<br />

activida<strong>de</strong>s turísticas, pue<strong>de</strong>n ser muy variadas: se<br />

hace turismo para tumbarse en la playa, para<br />

conocer países lejanos, para ronronear en un<br />

apartamento, para visitar lugares históricos, para<br />

someterse a experiencias inauditas en un medio<br />

natural… Da igual. Lo más interesante para<br />

nosotros –<strong>de</strong>spués veremos por qué– es que el<br />

comportamiento <strong>de</strong>l turista es, con frecuencia<br />

creciente, altamente híbri<strong>do</strong>. Ciertamente existe el<br />

turista <strong>de</strong> sol y playa que se <strong>de</strong>splaza a un resort<br />

–o a un hotel mediante vuelo chárter y con to<strong>do</strong><br />

inclui<strong>do</strong>– y, durante una semana, no se mueve <strong>de</strong><br />

allí ni hace otra cosa que tomar el sol, comer,<br />

beber y alguna otra actividad lúdica in situ.<br />

Como también existe el turista cultural <strong>de</strong> viaje<br />

organiza<strong>do</strong> que vive entre el autocar y las visitas<br />

guiadas que registra religiosamente mediante su<br />

cámara <strong>de</strong> vi<strong>de</strong>o o fotos para atestiguar que los<br />

lugares mil veces vistos en reproducciones<br />

efectivamente existen y que él o ella ha esta<strong>do</strong> allí<br />

(MacCannell: 2003; Mancinelli: <strong>2009</strong>; Urry: 1990).<br />

Pero el turista –y ahí cabe citar la influencia <strong>de</strong> los<br />

viajes low cost y <strong>de</strong> Internet, entre otros factores–<br />

cada vez se organiza más por su cuenta y tien<strong>de</strong> a<br />

diversificar sus intereses en <strong>de</strong>stino. Un turista en<br />

Barcelona –<strong>do</strong>n<strong>de</strong>, por cierto, abundan– no es<br />

únicamente un turista cultural, tiene un<br />

comportamiento más generalista: visita<br />

monumentos –casi exclusivamente mo<strong>de</strong>rnistas<br />

y muy mayoritariamente <strong>de</strong> Gaudí–, tal vez algún<br />

museo –especialmente el museo Picasso–,<br />

el estadio <strong>de</strong>l F.C. Barcelona, la Rambla,…<br />

pero invierte parte <strong>de</strong> su tiempo en <strong>de</strong>gustar<br />

la gastronomía autóctona –paella y sangría,

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