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Arosemena logró sobrevivir otro intento de acusación por incapacidad. Lo logró en gran parte
porque los Conservadores se alejaron de la acusación y porque Varea está muy desacreditado
para reemplazarlo.
Me reuní con el Subsecretario de Gobierno, Manuel Córdova Galarza, con el propósito de llevar
a cabo el trabajo planteado por Pablo Maldonado, Director de Inmigración. Córdova es el Jefe
inmediato superior de Maldonado y con ellos queremos impedir y demorar los viajes que hacen
los ecuatorianos a Cuba, como también revisarles el equipaje cuidadosamente cuando
regresen.
Córdova quiere cooperar en esta operación y dijo que Jaime del Hierro, Ministro de Gobierno,
también tiene deseos de ver controles efectivos con respecto a los viajes a Cuba. Me dijo que
lo llamara cuando quisiera a él o al Ministro, para proponer nuevas ideas.
Noland no tiene interés en trabajar con Córdova o del Hierro porque cree que Arosemena no
dejará que actúen en forma efectiva. Como están fuera de explicación al ser Ministro y
Subsecretario de Seguridad Publica del Gobierno, Noland cree que sólo tienen una apariencia
de colaboradores. De acuerdo a Noland, son iguales a los otros Liberales que ocupan cargos
en el Gobierno de Arosemena: oportunistas deshonrosos. Por ahora, trabajaré con Maldonado
y evitaré el contacto con Córdova y del Hierro.
Córdova fue hoy día a Cuenca para investigar un incidente macabro que ocurrió en un pueblo
indígena a 20 kilómetros de Cuenca. Un equipo médico de la Misión Andina que mantiene las
Naciones Unidas enfrentó una extraña hostilidad en las afueras de una comunidad que habían
visitado ya varias veces. Esta Misión se dedica a enseñar el progreso social y la auto-ayuda a
los indígenas rurales de varios países. Cuando llegaron a la comunidad, se bajó del jeep el
doctor y los asistentes sociales para seguir a pie hasta el pueblo, dejando al chofer y a la
enfermera en el vehículo. En el pueblo encontraron a los indígenas reunidos en una ceremonia
religiosa, pero cuando entraron a la iglesia se les recibió con una hostilidad espantosa y los
indios comenzaron a empujarlos. Después de un rato, como no volvían, la enfermera abandonó
el jeep y fue hasta el pueblo siendo amenazada también en la iglesia cuando se unía a los
otros. Luego los indios cayeron en un estado de indignación terrible, instigados por sus
dirigentes que piensan que la Misión Andina es de los comunistas. Como la situación se
empeoró, la Misión corrió hacia la sacristía para protegerse pero fueron perseguidos por los
indios que no los dejaban irse. Apareció el cura que lleva 38 años en la parroquia y el equipo
médico le rogó que le aclarara a los indios que no eran comunistas y que sólo estaban en el
pueblo para ayudarlos. Aun cuando el equipo se arrodillara frente a él, el cura se negó a
intervenir y simplemente les dio la bendición y luego desapareció. Entonces fue salvajemente
golpeado el equipo médico y mientras el doctor y los asistentes sociales eran arrastrados a las
calles, la enfermera quedó inconsciente en la sacristía. Luego la enfermera logró escapar hasta
el jeep y consiguió una patrulla policial de Cuenca. Cuando llegaron al pueblo, el doctor y los
asistentes sociales habían sido muertos a pedradas, palos y machetazos. Un profesor de la
escuela del sector trató de intervenir y fue atacado también, y los indios lo iban a quemar
pensando que estaba muerto cuando llegó la policía y la enfermera.
Las primeras investigaciones revelan que el cura había previamente instruido a los indios para
que se resistieran al censo agrícola y ganadero, alegando que era un complot comunista. El