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otra denuncia de corrupción de la administración de Ponce. Araujo acusó todavía a los
cuarenta y ocho oficiales militares purgados por traición. Debido al ensordecedor rugir de las
galerías y el loco griterío por Araujo, los diputados conservadores, social-cristianos, liberales y
socialistas (quienes habían planeado interrogarlo), se vieron obligados a abandonar la sesión.
La nueva acusación de traición de Araujo causó gran revuelo en los servicios militares y el
Ministro de Defensa con Velasco mismo negaron que cualquier oficial fuese culpable de
traición.
Desde aquellos sucesos de principios de octubre, los velasquistas han continuado impulsando
el patriotismo sobre la cuestión peruana con apoyo del gobierno. Miles salieron el dieciocho de
octubre en Guayaquil a una manifestación callejera en apoyo a Velasco y Araujo y otra
manifestación similar se llevó a efecto en Quito al día siguiente.
El 20 de octubre la FEUE auspició la que fue descrita como la más grande manifestación
masiva en la historia de Quito, Estudiantes, trabajadores gubernamentales y gente de toda
clase se juntaron en la marcha y reunión en el estadio futbolístico de Quito, donde Velasco y
otros denunciaron el Protocolo de Río.
A principios de noviembre nuevamente se llamó a Araujo al Congreso para ser interpelado.
Hizo el viaje desde el Ministerio hasta el Palacio Legislativo cabalgando un decrépito y viejo
caballo que él decía había sido vendido por el Ministro de Gobierno de Ponce (un socialcristiano
y cercano colaborado de la estación), a la Policía Nacional por treinta mil sucre -como
dos mil quinientos dólares-. Dijo que el ministro anterior había hecho aparecer a su hermano
como el vendedor y que el inútil jamelgo debía ser embalsamado y puerto en un museo como
monumento a la administración de Ponce.
Durante su cabalgata del Ministerio al Congreso, Araujo congregó una gran multitud de
seguidores. El espectáculo de este hombre físicamente deforme, de menos de cinco pies de
estatura, con una barba a la Van Dike, ridiculizando a la élite poncista era exactamente el tipo
de conducta que le hace tan popular entre las masas pobres.
Nuevamente los velasquistas coparon las 'galerías para aclamar salvajemente a Araujo durante
su interpelación, mientras abucheaban cualquier intento de los legisladores conservadores o
social-cristianos para criticarlos. Más tarde, el mismo día, un grupo de velasquistas atacó una
manifestación de un grupo de estudiantes conservadores y la policía -controlada por Araujo
como Ministro de gobierno primero atacó a los estudiantes y luego persuadió a la turba
velasquista a dispersarse.
Al día siguiente de la "cabalgata" de Araujo casi se descubre nuestro equipo de distribución de
propaganda ECJOB. Cuatro de los del equipo estaban distribuyendo hojas volantes contra el
comunismo y Castro cuando por casualidad fueron vistos por el mismo Araujo. El
personalmente hizo los arrestos, y nuestros agentes fueron culpados de distribuir hojas
volantes sin pie de imprenta -la imprenta ECELDER erró al usar uno de los símbolos falsos que
toma más tiempo calcar. El jefe del grupo de distribución no pudo comprar su libertad esta vez,
de manera que Noland tuvo que conseguir que Aurelio Dávila usase sus palancas en el
Congreso para sacarlos.