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pensaba que me esperaban. El sargento de reclutamiento lógicamente me miró como si<br />

pensara que yo pensaba que iba a salvar a la Fuerza Aérea.<br />

Me dio unos formularios para completar y me preguntó si quería ingresar en treinta, sesenta o<br />

noventa días. Le dije de buen modo que estaba listo para ingresar inmediatamente, cosa que le<br />

hizo torcer la boca y medio cerrar los ojos en una expresión de esas "otro caso". Me indicó una<br />

mesa del otro lado del cuarto donde llené los formularios pensando todo el tiempo si el<br />

sargento no estaría conectado con la oficina JOT y que me estaba probando para ver si podía<br />

mantener mi secreto. Le devolví los formularios, los miró y desapareció hacia otra oficina.<br />

Después de unos minutos regresó con otro sargento de reclutamiento y ambos expresaron<br />

considerables dudas. Pasamos la siguiente media hora discutiendo porqué un graduado de<br />

filosofía quería pasar cinco años en la Fuerza Aérea para aprender mecánica de radar. Por<br />

último admití que en verdad era un poco extraño, acepté su sugerencia de pensarlo por unos<br />

días. Cargando mi bolsita de cosas indispensables, salí de la oficina de reclutamiento,<br />

esperando encontrar un lugar para esconderme.<br />

Desde un teléfono público le llamé a Ferguson para avisarle que aparentemente la Fuerza<br />

Aérea no me quería -por lo menos no ese día-. El se alteró y balbuceando me dijo que lo<br />

volviera a llamar en dos horas. Me quedé pensando ¿quien habrá sido el payaso que olvidó<br />

avisar a la oficina de reclutamiento? Al mismo tiempo temía volver a enfrentarme con el<br />

sargento. Cuando llamé a Ferguson me dijo que volviera a la oficina de reclutamiento, que todo<br />

estaba solucionado ahora. Cuando le pedí una explicación se volvió tajante y me previno de no<br />

discutir asuntos secretos por teléfono. De vuelta en la oficina de reclutamiento encontré un<br />

nuevo sargento que simplemente me dio un pase para el bus a Baltimore, donde se me haría el<br />

examen médico y prestaría juramento,<br />

Fui asignado al Fuerte Holabird. Esta noche vuelo a San Antonio y comienzo dos años fuera de<br />

la CÍA. Ferguson son dijo que debía considerar este tiempo como parte entrenamiento JOT,<br />

creo que él dijo "un tiempo para madurar”.<br />

SAN ANTONIO, TEXAS<br />

NAVIDAD 1957<br />

Tony y yo compartimos la cena de Navidad, lo peor de un día ya miserable. La próxima<br />

semana, víspera de año nuevo para ser exactos, nos presentamos a la escuela. En el interim<br />

vamos a tratar de divertirnos, el problema es que ninguno de los dos tiene dinero.<br />

Somos solamente tres los que ingresamos en este curso; Tony, que viene de la Universidad de<br />

Princeton, Boby que viene de Wüliams y yo. Hace un par de noches nos reunimos en el hotel<br />

del centro con seis JOT que empezaron en el curso anterior de entrenamiento de oficiales.<br />

Ellos ya están iniciados, como nosotros somos principiantes, seguramente nos van a molestar.<br />

Eso es normal y necesario por razones de cobertura.<br />

Para la reunión tomamos medidas de seguridad, tal como nos indicó Ferguson cuando nos<br />

visitó en octubre. No podemos arriesgamos mediante una demostración de camaradería<br />

especial entre nosotros (denominada triple X).

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