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Microdanzas que se Deshacen
Gilsamara Moura
El objetivo de este artículo es ofrecerle al lector fricciones analíticas sobre una obra en
constante proceso de construcción y en permanente diálogo entre el ambiente artístico y
académico. “Microdanzas que se deshacen” (2010), inspirada en la obra “O olho e o
cérebro - Biofilosofia da percepção visual” “El ojo y el cerebro – Biofilosofía de la percepción
visual” (MEYER, 2002), es una presentación de danza teórico-práctica, que elabora
proposiciones en escena de forma transdisciplinaria (SOUZA SANTOS, 2010), se comparten
algunas experiencias propias del texto científico que se ven en el cuerpo de la artista. En un
breve tiempo (de cada microdanza que se presenta) cada célula y cada microdanza se
construye y se deshace. El tiempo se deshace en la danza. Y la danza se deshace en el tiempo.
El cuerpo y el pensamiento se enredan en este texto.
Microdanzas, percepción, teoría, práctica
A lo largo de la historia de la humanidad, áreas
del conocimiento como la neurociencia, la
neurobiología, la literatura y la filosofía se han
relacionado con el arte de forma particular. En
medicina hay avances impresionantes. Algunos
estudios sobre el cerebro sorprendieron a
investigadores de distintos campos del saber. La
función y el funcionamiento de los sentidos son
desafíos permanentes de los estudiosos. Existen
muchas publicaciones sobre la percepción, el
sentido, el sentimiento, la emoción y el lenguaje,
porque son temas de relevancia científicoacadémica.
Destacamos el libro del farmacólogo y profesor
de Filosofía e Historia de las Ciencias Philippe
Meyer, que inspiró nuestra obra coreográfica
homónima, mencionada en este artículo. En la
publicación “O Olho e o Cérebro: biofilosofia da
percepção visual” (2002), el autor propone un
diálogo entre las ciencias biológicas, exactas
y humanas, relaciona el cerebro con la materia,
la visión inconsciente y la subconsciente,
el fenotipo de la percepción sensible, la fenomenología
de la percepción de los colores, la
alquimia neuronal, la plasticidad de los sistemas
cerebrales y la unicidad del pensamiento.
En este artículo presentamos siete microdanzas,
siete partes de la coreografía que se relacionan
de forma interdependiente, en un panorama
más descriptivo de las escenas.
Antes de desarrollar este tema, vale la pena
hacer una aclaración: estas danzas de ámbito
micro comienzan cuando el cuerpo de la artista,
visualmente, parece detenido. El cuerpo
carga micromovimientos internos, inherentes
a la vida, que se hacen visibles y obtienen dimensión.
Los micromovimientos, leves fricciones
musculares y movimientos mínimos, se organizan
y surgen porque los movimientos preliminares se
deshicieron, o sea, en cada nueva búsqueda y
estructuración motoras, el movimiento anterior
muere y aparece otro. La artista, a lo largo de
algunos minutos, parte del conocimiento de los
huesos del cuerpo, sus articulaciones y surcos,
desarrolla el pasaje del micro invisible al macro
visible, y se traslada lentamente por el espacio.
Luego de esta secuencia improvisada de audición,
estímulo, creación y muerte, la artista llega
al proscenio1 y le dice al público:
“Voy a controlar mis huesos. Luego me voy a
mover.”
De esta forma, surgen dos interrogantes, que
son:
“¿Ustedes imaginan que sólo mis huesos pueden
hacer esto?” Luego de un intervalo de tiempo
en el que el público observa el gesto de la
artista, que indica el trayecto espacial realizado
antes, recuerda el movimiento realizado y pregunta:
“¿Vivimos en el cuerpo?”
La artista invita a reflexionar sobre los mecanismos
de la memoria, el proceso de percepción
y de tiempo-espacio.
Luego, se enumeran las microdanzas (del uno
al siete), relacionando cuerpo textual verbal
con cuerpo textual coreográfico, para compartir
reflexiones y percepciones con el público.
1. Microdanza número uno
La materia cerebral – hoy está comprobado –
elabora el conjunto de actividades del cérebro,
no solo los controles que el cerebro-máquina
ejerce sobre la vida visceral, sino también las
funciones más nobles, que son la consciencia,
el pensamiento, la emoción y la percepción.
Las pruebas sobre esta materialidad se deben
al descubrimiento de la topografía cerebral, al
conocer mecanismos físico-químicos de la ac-
1Ante el público del teatro.