Inquieta 9.pdf
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Videodanza<br />
escribe Ariel Gauna<br />
La extensión tecnológica de los cuerpos<br />
Pensar en un objeto en movimiento, un cuerpo,<br />
una danza, quizás el viento empujando unas<br />
hojas secas, o simplemente una bolsa plástica<br />
en la calle moviéndose en círculos como en la<br />
película American Beauty (Sam Mendes, 1999).<br />
Ahora pensemos en los principios del siglo XX y<br />
también, en nuestros días.<br />
Puedo imaginar las miradas desorbitadas de los<br />
espectadores en esa primera ceremonia que fue<br />
el cine. Por primera vez en la historia del arte van<br />
a oficiar como testigos de una invención que<br />
revolucionará al mundo tal como lo percibían<br />
en esos días. En un telón de color blanco enclavado<br />
en el frente, al fondo de una sala repleta<br />
de público en la oscuridad del recinto,<br />
una locomotora emerge como por<br />
arte de magia a toda velocidad.<br />
Los enfrenta. Los primeros espectadores,<br />
las primeras filas entran<br />
en pánico, se asustan, algunos<br />
se retiran de la sala corriendo.<br />
Esta será la primera experiencia<br />
de expresión técnica visual<br />
sobre la percepción del hombre:<br />
“El cine”<br />
Decía Vasili Kandinsky: Cualquier<br />
creación artística es hija de su tiempo<br />
y, la mayoría de las veces, madre<br />
de nuestros propios sentimientos.<br />
Igualmente, cada periodo cultural produce un<br />
arte que le es propio y que no puede repetirse.<br />
Pretender revivir principios artísticos del pasado<br />
puede dar como resultado, en el mejor de los<br />
casos, obras de arte que sean como un niño<br />
muerto antes de nacer. Por ejemplo, es totalmente<br />
imposible sentir y vivir interiormente como<br />
lo hacían los antiguos griegos. Los intentos por<br />
reactualizar los principios griegos de la escultura,<br />
únicamente darán como fruto formas semejantes<br />
a las griegas, pero la obra estará muerta<br />
eternamente. Una reproducción tal es igual a<br />
En la vida<br />
cotidiana el arte ha<br />
podido iniciar una<br />
relación de aprovechamiento<br />
para reflejar la obra, así<br />
como en la danza se ha producido<br />
ese quiebre o movimiento<br />
para poder pensarse<br />
no solo en el espacio<br />
escénico.<br />
las imitaciones de un mono<br />
Así es como los artistas siempre estuvieron en<br />
la búsqueda para poder nutrirse de nuevas formas<br />
de expresión que brindaran sus tiempos. A<br />
lo largo de la historia del arte es innegable la<br />
intervención tecnológica en la relación cotidiana<br />
del cuerpo/soporte técnico. Ya sea desde<br />
la concepción de herramientas externas en la<br />
pintura rupestre como en la construcción de<br />
producciones artísticas ligadas a la informática<br />
y el internet en nuestros días. Cada vez más<br />
y desde un hecho antropológico, hemos ido<br />
mutando hacia nuevos rumbos corporales en<br />
la sociedad. Ya sean situaciones de posturas<br />
físicas o nuevos movimientos que se vienen<br />
desarrollando desde la incorporación<br />
de la invención mecánica<br />
industrial en el trabajo, devenida<br />
en sus distintas variantes incorporadas<br />
a la sociedad. La representación<br />
del cuerpo en el<br />
arte no es más que el reflejo fiel<br />
de una construcción social. De<br />
esta forma, ésta idealiza y personaliza<br />
ese entorno social para<br />
dar explicación a esa relación.<br />
Así, dentro de las artes han surgido<br />
nuevos paradigmas y movimientos<br />
que vinculan experiencias nunca antes<br />
atravesadas. Tal es el caso de la música compuesta<br />
electrónicamente o el teatro, que ya no<br />
solo cuenta con la iluminación eléctrica como<br />
aporte tecnológico y la mutación de la danza<br />
en sus distintas variantes.<br />
Con la invención de las nuevas formas de comunicaciones<br />
tecnológicas se comienza a indagar<br />
en nuevas formas expresivas del arte. En este<br />
sentido, solo el cine y el video pueden expresar<br />
esa discontinuidad que las máquinas modernas<br />
introducen en nuestra vida cotidiana.<br />
A diferencia del cine, el video ha logrado brin-