YOUKALI, 1 página 22 Filosofía y políticacho no me siento reconocido. Es <strong>ver</strong>dad. A lo mejor esculpa mía. Vamos a <strong>ver</strong>: yo lo que mantendría –y noestoy muy seguro de nada de esto- es que <strong>el</strong> socialismoes, en efecto, una consistencia estructural, una “física”como tú dices, un “paisaje estructural” o como queramosdecir, que permite a la instancia política intervenirmucho más sobre la vida de los hombres que <strong>el</strong> capitalismo.El capitalismo es una cárc<strong>el</strong> estructural quedeja muy poco espacio a la instancia política: la instanciapolítica está siempre teniendo que ir a rastras de lasnecesidades <strong>ver</strong>tiginosas, de los retos y desafíos, de lasnecesidades estructurales, d<strong>el</strong> ritmo imparable de laeconomía. La instancia política va siempre a remolquey prácticamente no tiene ni tiempo de d<strong>el</strong>iberar ni tieneespacio de movimiento suficiente para intervenir en<strong>el</strong> espacio económico, por lo que si <strong>el</strong> capitalismo es unsistema económico políticamente nefasto es porque lapolítica tiene muy pocas posibilidades en él. Esto es loque yo su<strong>el</strong>o mantener. El socialismo, lo que tiene debueno es que en él la política tiene muchas posibilidades,pero, claro, <strong>el</strong> que la política tenga muchasposibilidades, que tenga un gran margen de actuación,no quiere decir que la política resultante tenga la garantíade ser buena. El socialismo es una gran esperanzapara una política buena, pero, en tanto que dejagran margen a la política, puede poner en práctica políticasabsolutamente abyectas, con efectos estremecedoramenteabyectos… como de hecho ha ocurrido enmuchos países d<strong>el</strong> socialismo real, y eso no hay porqué disimularlo.Toda la potencialidad política que da una economía estatalizada,como entiendo yo que es <strong>el</strong> socialismo almenos en alguna de sus fases, pude ser rein<strong>ver</strong>tida enun fenómeno de culto a la personalidad, de dirigismopolítico, de autoritarismo bestial, que no vaya ademásacompañado de ninguna voluntad de superar los problemasde género, de ninguna voluntad de combatir <strong>el</strong>racismo, de ninguna voluntad política de… ¡por supuestoque sí! Y eso sería, en efecto, una política abyectaque en <strong>el</strong> socialismo debería ser posible combatirpor medios políticos. Es decir, que no por tener socialismoestamos en <strong>el</strong> paraíso. Por tener socialismotenemos la posibilidad de hacer bien las cosas políticasy también de hacerlas mal. Es lo que yo su<strong>el</strong>o decir. Seme su<strong>el</strong>e contestar que deberíamos reservar <strong>el</strong> nombrede socialismo a algo que tuviera que <strong>ver</strong> con una políticacon control democrático, una política con libertad…No sé si esto no es sólo una cuestión terminológica.Podríamos convenir en llamar socialismo a eso, y alo otro economía no-capitalista, estatalizada… O sea:¿qué es lo que hay en Corea d<strong>el</strong> norte? ¿Qué es lo quehay en China? En caso de que todavía quedara algo alo que podríamos llamar socialismo ¿no sería más biendespotismo oriental? Pues es posible que sí.ISSN: 1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comPrimero habría que aclararse terminológicamente sobrequé queremos hacer con <strong>el</strong> término socialismo, paraqué lo reservamos. Yo me he inclinado a entenderque <strong>el</strong> socialismo sea una consistencia económica, unaconsistencia “física”, distinta al capitalismo, capaz dedejar un gran margen de actuación a la política. Y que,precisamente por eso, <strong>el</strong> socialismo permite políticasque oscilan en un abanico muy amplio. Es cierto que,en ese sentido, se puede llegar a decir incluso que <strong>el</strong>nacionalsocialismo es socialismo o tiene algo de socialismo,en tanto que, en efecto, sí dejaba un margen deactuación a la política… bueno… <strong>el</strong> nacionalsocialismofue precisamente un intento de salvar <strong>el</strong> capitalismopor la vía política. El capitalismo había llegado a unpunto cercano al suicidio, en <strong>el</strong> cual, había que recurrirmasivamente a la política para sacarlo ad<strong>el</strong>ante. Pero<strong>el</strong> “capitalismo a secas” no se podía permitir tanto protagonismode la política, tanto control estatal...Pregunta: ...pero no hubo ninguna modificación d<strong>el</strong>a “física” económica en…Carlos Fernández-Liria: Porque era <strong>el</strong> último recursod<strong>el</strong> capitalismo para salvar <strong>el</strong> capitalismo. El últimorecurso d<strong>el</strong> capitalismo para salvar <strong>el</strong> capitalismoresulta ser la política y, por tanto, un cierto socialismo.Es decir, que incluso <strong>el</strong> capitalismo sabe que <strong>el</strong> capitalismono deja margen de acción a la política y, cuandotiene que salvar <strong>el</strong> capitalismo por medios políticos recurreal socialismo. Ese es <strong>el</strong> problema. De tal maneraque nos encontramos que la política más abyecta quehaya existido jamás en la historia de la humanidad enrealidad tenía algo de socialista a mi entender, en tantoque sí que es cierto que Hitler y Mussolini estatalizaronen cierta forma grandes sectores de la economía.Eso supone una tremenda paradoja terminológica y,naturalmente, da mucho miedo reservar la palabra socialismopara algo que resulta que puede definir tantoa Stalin como a Hitler como a Cuba o a Venezu<strong>el</strong>a o alsocialismo que todos pretendemos… Esto parece entoncesuna gran confusión terminológica y parece que<strong>el</strong> término no sirve para nada. No: sí vale. Vale para explicarque hay una determinada “física” económicaque no deja margen de acción a la política y otra que sí.Y que precisamente lo bueno que tiene eso de que hayaun margen de acción para la política es que, a partir deese momento, los crímenes son imputables. A partir deese momento, las políticas abyectas son realmente políticasabyectas y no necesidades económicas enmascaradas.El reino de la política comienza con <strong>el</strong> socialismo. Y apartir de ahí hay que luchar por una política que, enefecto, se comprometa en la resolución de los problemasde género, en la resolución de los problemas deracismo, en la resolución de… Bueno, habrá que discutirparlamentariamente o democráticamente cuál es <strong>el</strong>régimen de libertades individuales que hace falta instituir,<strong>el</strong> régimen de ciudadanía que se quiere defender.Pero esto es también una manera de decir que <strong>el</strong> socialismono es la solución. El socialismo es, sencillamente,una condición sine qua non para que haya solucionesen este mundo. Porque <strong>el</strong> problema es que <strong>el</strong> capitalismoes, al contrario, ese estado de la humanidad en<strong>el</strong> que <strong>el</strong> problema y la solución son la misma cosa, eseestado en <strong>el</strong> que la única solución es <strong>el</strong> problemamismo, y <strong>el</strong> problema siempre se soluciona con una soluciónque agrava <strong>el</strong> problema en lugar de solucionarlo.Esa cárc<strong>el</strong> estructural que es la permanente crisiseconómica en la que consiste <strong>el</strong> capitalismo, hace qu<strong>el</strong>a política no pueda distinguir siquiera entre lo que sonproblemas y lo que son soluciones. Y por tanto, nisiquiera se sabe, en condiciones capitalistas de producción,si <strong>el</strong> racismo es un problema o una solución, si <strong>el</strong>machismo es un problema o es una solución, y eso eslo que <strong>ver</strong>daderamente hace que haya la necesidad d<strong>el</strong>uchar contra <strong>el</strong> capitalismo.No se puede vivir en un mundo en <strong>el</strong> que no se puededistinguir entre los problemas y las soluciones.Pero, una vez salvado ese mundo de esa consistenciacapitalista… eso no significa que deje de haber problemas.No, lo que pasa es que los problemas empiezan aser problemas y tienen su solución. Pero no por eso dejade haberlos. Hay problemas y no pueden dejar de tomarsemuy en serio.Otra cosa distinta es otra cosa que he repetido muy amenudo y que también ha generado malentendidos, yes que la “física” d<strong>el</strong> capitalismo no es la física d<strong>el</strong> machismoni es la física d<strong>el</strong> racismo. La consistencia estructuralen la que consiste <strong>el</strong> capital no es la mismaque la consistencia estructural en la que consiste <strong>el</strong>machismo, o <strong>el</strong> patriarcado. El patriarcado, probablemente,es una consistencia estructural que viene desde<strong>el</strong> neolítico, que <strong>el</strong> ser humano arrastra desde <strong>el</strong> neolítico…y habrá que luchar contra esa consistencia estructuralluchando contra dispositivos que probablementese remonten al neolítico. Otra cosa es que probablementehaya pactos estructurales entre la consistenciaestructural d<strong>el</strong> capital y la consistencia estructurald<strong>el</strong> machismo, pero es una tontería pensar que porluchar contra <strong>el</strong> capitalismo estás luchando contra <strong>el</strong>machismo. No. Son dos cosas completamente distintasque a veces es <strong>ver</strong>dad que van unidas y hay alianzasy rupturas y eso hay que distinguirlo. De tal maneraque, por supuesto, en Cuba, yo creo que sí que pusieronfuera de juego la consistencia estructural d<strong>el</strong> capitalismo(a costa de un aislamiento económico impresionante),pero no por eso solucionaron en absoluto ni<strong>el</strong> problema insólito de machismo que hay en Cuba ni<strong>el</strong> problema insólito de racismo que hay en Cuba. Porsupuesto son dos problemas colosales. Que conste quehay una voluntad de la clase política muy decidida asolucionarlos… pero probablemente luchar contra lasconsistencias estructurales d<strong>el</strong> machismo y d<strong>el</strong> racismoes una tarea mucho más difícil de lo que parece,por lo menos en realidades como la cubana.Pregunta: Bueno, avanzando un poco más en los temasque quería plantearte en la entrevista…Carlos Fernández-Liria: Me estoy extendiendomucho…Pregunta: No, no. Se está siguiendo <strong>el</strong> hilo perfectamente,con lo cual, creo que es preferible. Una cuestiónque quería plantearte, haciendo referencia a laobra de Paul Nizan a la que ya no le queda mucho paratener un siglo… Me refiero a unas frases al principiode Los perros guardianes, donde decía algo así como“preguntadle a los filósofos qué opinan de la guerra,preguntadles qué opinan de la tortura… que digansu opinión sobre la policía…exigidles que os respondana esas preguntas”. De alguna manera, parece–o me parece a mí- que los filósofos o los int<strong>el</strong>ectualesno están muy acostumbrados a que se les preguntesu opinión sobre la guerra, sobre la tortura, sobr<strong>el</strong>a policía…, y a este respecto quería plantearte doscuestiones… porque tú sí que manifiestas tu opinión.Primera, por qué no hay manifestación de los int<strong>el</strong>ectualesen general sobre estas cuestiones –si es quecompartes esta apreciación mía- y en segundo lugar,si hubiera que plantearles hoy a esos int<strong>el</strong>ectuales…“te exijo que me respondas a esta pregunta…” ¿quépreguntas habría que obligarles a contestar?ISSN:1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comYOUKALI, 1 página 23 Filosofía y política
YOUKALI, 1 página 24 Filosofía y políticaCarlos Fernández-Liria: Eso de que yo sí me manifiesto…me manifiesto exactamente igual que tú: enningún sitio y para nadie. Ni tú ni yo tenemos acceso alespacio público. Se dice a veces que los int<strong>el</strong>ectualesguardan silencio sobre esas cuestiones políticamentetan graves, pero no es cierto. Lo que pasa es que losque lo hacen no tienen acceso a los medios masivos deexpresión. Ahora tenemos acceso a Internet… peroclaro… las páginas de Internet tienen <strong>el</strong> problema quetodos sabemos, y es que acaban leyéndolas nuestrosamigos. Como tenemos 500 o 1500 amigos, pues siemprenos leen 1500 personas. Pero de alguna forma siempresomos los mismos leyéndonos justamente a nosotrosmismos.Mientras tanto, los que pueden hablar en los periódicosy la t<strong>el</strong>evisión, no es que se hayan puesto misteriosamentede acuerdo en callar, es que se les contratóprecisamente porque callaban. O sea: Rosa Montero,por ejemplo, ¿qué méritos ha hecho para escribir unacolumna todos los días en El País… a excepción de sersiempre la voz de su amo? Pero ¡hay tantas RosasMontero en este mundo!Dicen que no hay censura en los medios de comunicación…pero es que nadie necesita que la haya. No hacefalta la censura en la t<strong>el</strong>evisión o los periódicos. O eresla voz de tu amo, o te despiden. Realmente, la <strong>ver</strong>daderacensura d<strong>el</strong> mundo periodístico es <strong>el</strong> paro: todos losperiodistas que están en paro, <strong>el</strong>los representan lo auténticamentecensurado. Y la <strong>ver</strong>dadera censura de losint<strong>el</strong>ectuales es la falta de medios para hacer llegar suvoz al espacio público. En un mundo en <strong>el</strong> que para hacerteoír hace falta tener un millón de euros, realmenteno hace falta censura de ningún tipo.Claro que hay millares y millares de int<strong>el</strong>ectuales clamandoal ci<strong>el</strong>o. Y hay millares y millares de científicosestudiando muy bien lo que tienen que estudiar: economistasde izquierdas, historiadores de izquierdas,ISSN: 1885-477Xwww.tierradenadieediciones.commarxistas, los hay y muy buenos. Lo que pasa es queno se oye hablar de <strong>el</strong>los. Están, claro, publicando suscosas en Internet para que sus amigos los lean ¿no?Aún así, más o menos se consigue montar una red alternativaen la que, cada vez más, vamos leyéndonosmás unos a otros. A eso es a lo que podemos aspirar.Lo que no ocurre, lo que no su<strong>el</strong>e ocurrir, son imprevistosmilagrosos como <strong>el</strong> de Vattimo, por ejemplo,una persona que está consagrada mediáticamente yque de pronto sale por peteneras y se pone a defendera Chávez... o un milagro como <strong>el</strong> de Chomsky o Saramago...gente a la que por su prestigio no se les puedecerrar la boca.Hay un tema muy interesante en lo que planteas, unasunto que debería servir para acusar con <strong>el</strong> dedo a todoslos catedráticos de ética de este planeta, a todos losRorty, a todos los Fernando Savater, a todos los Habermas,a todos los que han escrito alguna línea de éticasin haber reparado en su gravedad. El fenómenomás inquietante d<strong>el</strong> siglo XX , desde Auschwitz al díade hoy, es la tranquilidad de conciencia occidental.Se trata de un <strong>ver</strong>dadero enigma ético, cómo es posiblevivir en un mundo como éste con la concienciatranquila. Es lo que Hannah Arendt llamó <strong>el</strong> colapsomoral de Alemania. Toda Alemania sabía que existíancampos de concentración y sin embargo toda Alemanialo consideró pura rutina. Todo un pueblo había colapsadomoralmente. Desde entonces vivimos en <strong>el</strong> colapsomoral de los int<strong>el</strong>ectuales europeos, <strong>el</strong> colapsomoral de los int<strong>el</strong>ectuales occidentales o mundiales,como quieras llamarlos. Es auténticamente insólitoque en un mundo como éste los int<strong>el</strong>ectuales no se rasguenconstantemente las vestiduras. Incluso extrañaque no se quemen a lo bonzo en la plaza pública parallamar la atención. Porque no se entiende esta situación.No se entiende que nueve millones de votantesd<strong>el</strong> PP, por ejemplo, hayan votado a un partido queapoyó invadir Irak porque tenía armas de destrucciónmasiva y que, ahora que se sabe que no las tenía y queademás se sabe que siempre se supo que no las tenía yque, por lo tanto, se mintió, esos nueve millones de votantesvayan a seguir votando al PP. Esa guerra ha causadomás de 100.000 muertes civiles. Todo por unpretexto que ahora se sabe que era un pretexto. ¿Quéjustificación tiene eso? ¿Cómo es posible que los votantesd<strong>el</strong> PP vayan a seguir votando al PP? ¿Cómo esposible que la gente no se rasgue todos los días las vestidurasante la ignominia que está ocurriendo en Irak,si no es menor que la que ocurrió en Auschwitz… Figúrateque actualmente es incluso un d<strong>el</strong>ito <strong>el</strong> negacionismod<strong>el</strong> holocausto, es un d<strong>el</strong>ito no rasgarte las vestidurascon lo que entonces ocurrió. Y realmente lo queocurrió fue atroz, pero <strong>el</strong> caso es que está ocurriendotodos los días a nuestro alrededor.Hace un par de años salió una noticia en El País. Undomingo por la mañana. Era en El País de los colorines,me parece –lo digo porque es significativo que lagente debió de leerlo mientras lavaba su coche, con sufamilia, una mañana cualquiera de domingo. Quizássintieron que su conciencia caía en un abismo ético... oquizás no sintieron nada. No era un panfleto de extremaizquierda, de esos que se leen con escepticismo.Era El País, un reportaje por cierto que muy bueno, deesos que se cu<strong>el</strong>an de vez en cuando en los medios. Eltitular de la noticia decía algo así como que “El comerciod<strong>el</strong> coltán, un mineral vital para la t<strong>el</strong>efonía móvil,es la principal causa de la guerra civil en <strong>el</strong> Congo, unaguerra en la que han muerto ya un millón de personas”.La escasez de ese mineral había provocado tambiénun efecto dramático: la videoconsola Nintendo 2o no sé qué puñetas tendría que salir al mercado conun año de retraso. Es insólito que eso salga un día enEl País y al día siguiente todo siga igual. Es inclusoenigmático. Actualmente han muerto cuatro millonesde personas se decía, también en El País, <strong>el</strong> otro día.Cuatro millones han muerto ya en la guerra de ElCongo. Cuatro millones. Tiene eso que <strong>ver</strong> con <strong>el</strong> tráficode armas, tiene eso que <strong>ver</strong> con <strong>el</strong> tráfico de diamantes,tiene eso que <strong>ver</strong> con <strong>el</strong> tráfico de Coltán. Estamosmetidos hasta las cejas en <strong>el</strong> entramado estructuralque genera esas guerras. Tenemos las manos manchadasde sangre cuando llamamos por <strong>el</strong> móvil, cuandonuestro hijo juega con la videoconsola.Con todo, llamar por <strong>el</strong> móvil es llamar por <strong>el</strong> móvil, yno matar a nadie. Aquí habría que inventar algún buenconcepto que aclarara la cuestión de nuestra responsabilidad.Me has preguntado ¿qué se podría esperar d<strong>el</strong>os int<strong>el</strong>ectuales? Yo diría… bueno, lo de menos es quese pronuncien en contra… porque no se les va a dejarpronunciarse en contra en los grandes medios. Entonces,¿qué se puede esperar de los int<strong>el</strong>ectuales? Pues,joder, que ejerzan su profesión, que piensen bien losconceptos, que piensen bien lo que hay que pensar,que reflexionen sobre cuáles son las causas de la tranquilidadde conciencia contemporánea… sobre cómoes posible esto… cómo es posible que exista la guerrade El Congo y todos tengamos un móvil en la mano yno nos hagamos ninguna pregunta… ¿qué entramadoestructural hay entre <strong>el</strong> móvil y la guerra de El Congo,y cuál es nuestra postura respecto de ese entramadoconceptual? Esas son las preguntas que es absolutamentenecesario que los catedráticos de ética –vamosa decirlo así por llamarles de algún modo- respondan.Eso es lo que tendría que responder por ejemplo <strong>el</strong>gran catedrático de ética español, Fernando Savater…pero sobre eso no dice ni mu… porque no puede… porqueno tiene ni idea entre otras cosas. Porque para esohay que saber economía y él no sabe economía. Ahorabien, Savater, mi vecina que votó al PP, yo, todos tenemosla obligación int<strong>el</strong>ectual de aprender economía. Yyo, por ejemplo, que soy negado para la economía,pierdo muchísimo tiempo intentando entender algo deeconomía y es un tiempo precioso que podía estar dedicandoa leer a Platón, que lo entiendo normalmentecon mucha más facilidad. Pero… joder… leo economíaporque sé que es mi obligación, porque sé que es asícomo hay que entender cuál es <strong>el</strong> tinglado estructuralen <strong>el</strong> que estamos todos metidos y por <strong>el</strong> cual muereconstantemente la gente.Es una <strong>ver</strong>güenza para este mundo que los únicos int<strong>el</strong>ectualesque se han tomado en serio <strong>el</strong> problema hayansido curas. Ellos inventaron <strong>el</strong> único concepto quedaba realmente en <strong>el</strong> clavo para entender lo que estápasando en la conciencia ética de occidente desde lasegunda guerra mundial. Los únicos int<strong>el</strong>ectuales quedieron con la clave han sido los curas de la teología d<strong>el</strong>a liberación, porque <strong>el</strong> concepto de “pecado estructural”es <strong>el</strong> concepto más interesante que ha parido <strong>el</strong> sigloXX en <strong>el</strong> terreno de la razón práctica, en <strong>el</strong> terrenode la ética. Otra cosa es que lo hayan pensado bien o lohayan pensado mal, pero, hombre, puestos a hablar deética… en un mundo en que las estructuras matan conmucha más eficacia y de forma mucho más masiva qu<strong>el</strong>as personas, joder, no busques cómo pecan las personas,busca cómo pecan las estructuras. Y piensa, en todocaso, qué responsabilidad tienes en que esas estructurasperduren.Pregunta: A mí me parece percibir –no sé si es algoconsciente, o si realmente es así- que en lo que acabasde decir hay una continuidad pero también una modificaciónrespecto de lo que planteabais Santiago Albay tú en Dejar de pensar y en Vol<strong>ver</strong> a pensar. Al menosla sensación que quedaba después de leer aqu<strong>el</strong>los textosera que los int<strong>el</strong>ectuales han dejado de pensar y,por eso, les decíais que volvieran a pensar. Ahora leañades un matiz: al principio de tu respuesta has dichoque hay muchos que lo hacen… pero resulta queesos no tienen un espacio público en <strong>el</strong> que exponer yexplicitar su posicionamiento. Esta cuestión… ¿suponeun matiz respecto de aqu<strong>el</strong>los textos o no?Carlos Fernández-Liria: Realmente no. Supone unmatiz respecto de la situación en que nos encontrábamosSantiago Alba y yo en aqu<strong>el</strong>la época. Creíamos entoncesque estábamos mucho más solos de lo que lo estábamosporque realmente nuestros únicos referentesint<strong>el</strong>ectuales eran los que salían en la prensa que leíamostodos los días. Es decir, no conocíamos a los millaresde int<strong>el</strong>ectuales que en este momento conocemos…pero resulta que en esa época no existía, por ejemplo,reb<strong>el</strong>ion.org, ni internet, ni existían muchas otras re-ISSN:1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comYOUKALI, 1 página 25 Filosofía y política
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