YOUKALI, 1 página 82 una no-polémicaLA OPERACIÓN DE LANZAMIENTO DE LAFORMA-MERCANCÍA REALISMO SUCIO ENEL CAMPO LITERARIO ESPAÑOL...tigación hace tiempo que se convirtió en un recogedero de adolescentes sin hueco en <strong>el</strong> mercado laboralY ACTUALIDAD DE LAS POÉTICAS COM-PROMETIDAS CON LA IDEOLOGÍA DE LACLASE DOMINANTE 1 por Antonio Orihu<strong>el</strong>a 2Dos tesis, cuando menos maledicientes, animan un reciente trabajo publicado en la revista digitalEspeculo por Juan Migu<strong>el</strong> López Merino: Sobre la presencia de Roger Wolfe en la poesía española(1990-2000) y revisión d<strong>el</strong> marbete realismo sucio, que creo necesario aclarar. Una: <strong>el</strong> fenómeno de lapresencia, ausencia o poltergeist de Roger Wolfe -desde ahora R.W.- en la poesía española de los añosnoventa. Y dos: desde la metodología perezosa que establece <strong>el</strong> neopositivismo, ¿con quién lleno <strong>el</strong> cajónd<strong>el</strong> realismo sucio para confirmar que mi ídolo tiene imitadores y seguidores?Si bien debo confesarles que <strong>el</strong> primero de los supuestos de Juan Migu<strong>el</strong> López Merino me interesa pocoo nada (<strong>el</strong> fenómeno de la presencia, ausencia o poltergeist de R.W. en la poesía española de los añosnoventa), han sido sus conjeturas en torno a la “revisión d<strong>el</strong> marbete realismo sucio” lo que sí me ha preocupadoy me ha decidido a escribir estas líneas para no seguir alimentando, como viene ocurriendodesde hace algunos años en casi todos los trabajos donde se ha tratado <strong>el</strong> tema, un error o confusión quetiene, cuando menos, tintes per<strong>ver</strong>sos. Éste, aquí, será mi empeño. Intentar demostrar cómo se quierehacer naufragar un conjunto de escrituras antagónicas, resistentes y críticas en la ciénaga de la producciónde discursos engendrados dentro de una de las más retrógradas excrecencias ideológicas d<strong>el</strong> postmodernismoneoliberal.Posmodernismo que, como <strong>ver</strong>emos, no sólo afecta al discurso d<strong>el</strong>/sobre <strong>el</strong> reseñado (R.W.), sino que ensu factura crítica también da lustre de presunción al trabajo de López Merino. A los datos me remito, puestras acabarnos de mostrar que sí es posible afirmar que no hay escu<strong>el</strong>as, sino sólo poetas (López Merino,2006:1), a continuación uno puede escribir 36 folios para demostrar justamente lo contrario.Los que salimos con vida de la Uni<strong>ver</strong>sidad hemos tenido siempre claro que la suerte, y cierta resistenciaepistémica, nos acompañaron. Igual que todos saben que los daños cerebrales son, en la mayoría de loscasos, irreparables, también nosotros somos conscientes que <strong>el</strong> mítico templo de la sabiduría y la inves-1 El presente artículo fue rechazado por <strong>el</strong> Dr. Joaquín Mª Aguirre, editor de Espéculo (UCM) revista que sí publicó <strong>el</strong> trabajoque dio origen a éste.2 Mi gratitud a Enrique Falcón que corrigió y mejoró este texto así como a David González, tan generoso y atento a todo lonuestro.ISSN: 1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comcuyo destino final, siempre aplazado, está a mitad de camino entre la fábrica de producción de funcionariosideológicos d<strong>el</strong> Estado y una agencia de turismo. De ahí que hoy, lejos de ser una sorpresa, uno puedaencontrar revistas uni<strong>ver</strong>sitarias con artículos tan sesudos como los de Juan Migu<strong>el</strong> López Merino, capaz,él solito, de plantearnos tesis tan aplastantes como la siguiente: “La poesía –la obra toda- de Wolfe naced<strong>el</strong> siguiente conflicto: la conciencia de la imposibilidad, en nuestras sociedades, de la utopía d<strong>el</strong> lenguajeespecíficamente poético. Pero esto no es nada especial. Toda la poesía d<strong>el</strong> siglo XX tiene su puntode partida en él (López Merino, 2006:1)”. Estupendo, pero entonces, si esto no es nada especial, si es lonormal en toda la poesía d<strong>el</strong> siglo XX, ¿qué sentido tiene dedicarle un texto de 36 páginas a quien se veenvu<strong>el</strong>to en su obra en <strong>el</strong> mismo conflicto que <strong>el</strong> resto de todos los poetas d<strong>el</strong> siglo XX? Visto así, habráque preguntarse entonces qué es lo que hace especial y diferente a un poeta que tiene los mismos problemasy conflictos que <strong>el</strong> resto de los poetas d<strong>el</strong> siglo XX. Realmente es difícil imaginar un arranque deinvestigación con tanto retroceso, más allá de que tal investigación no se justifique sino como una cuestiónmeramente sentimental entre autor y reseñado.En <strong>ver</strong>dad, les aseguro, que tendría que buscar mucho para encontrar un trabajo de investigación tandotado como éste dedicado a R.W., con tanta capacidad como para refutarse a sí mismo en las cuatro primerasproposiciones que es capaz de exponer, y todo en menos de medio folio. ¿Alguien da más?La siguiente cuestión que parece interesar a López Merino es la vieja obsesión taxonómica d<strong>el</strong> historicismopositivista hispano (como saben, la más pobre, perezosa e incapaz de todas las posiciones teóricas alas que uno puede echar mano para dotar a sus textos de cierto halo cientifista). En coherencia con <strong>el</strong>la,López Merino resu<strong>el</strong>ve la tarea con una finitud de nombres y casilleros más o menos ocupados y siempreabiertos a nuevas reorganizaciones y catalogaciones cada vez que algún critico literario necesiteengordar su currículo. ¿Para qué, si no, están las taxonomías, las genealogías y los fósiles directores?Empecemos por <strong>el</strong> primero de los encasillamientos, que López Merino recoge de Dámaso Alonso: poesíaarraigada <strong>ver</strong>sus poesía desarraigada. “Así, dentro de la poesía desarraigada (la que encara <strong>el</strong> conflictomoderno), se encontraría la poesía realista; y dentro de la poesía arraigada, las vanguardias, losesteticismos, los hermetismos, los tradicionalismos y los clasicismos (López Merino, 2006:2)”. Bien: de<strong>el</strong>lo cabe suponer que la poesía desarraigada (que no sabemos lo que es porque <strong>el</strong> autor no la define) debeser, por oposición a la arraigada, la que no encara <strong>el</strong> conflicto moderno. Bien también, pero los problemasno terminan aquí, nos quedaría por resol<strong>ver</strong> a qué se refiere López Merino por “moderno” y por“conflicto”. También tendría que explicarnos dónde se encuadraría esa poesía realista que no manifiestaconflicto alguno (y que les puedo asegurarque la hay) y dónde encuadrar aqu<strong>el</strong>las otrasescrituras conflictivas que se escribieron desdeposiciones de vanguardia (Maiakovski) osencillamente desde la más pura tradición d<strong>el</strong>a lírica hispana (ahí está <strong>el</strong> cancionero de laguerra civil), por no ir más lejos.La última y, desde luego, más p<strong>el</strong>iaguda cuestiónsería que <strong>el</strong> autor nos explicara cuál es <strong>el</strong>estatuto epistemólogico desde <strong>el</strong> que se parte,pues –al menos para <strong>el</strong> materialismo histórico–toda la escritura es realista, sencillamenteporque no hay escritura fuera de la realidad,como tampoco la hay fuera d<strong>el</strong> mundo.ISSN: 1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comYOUKALI, 1 página 83 una no-polémica
YOUKALI, 1 página 84 una no-polémicaCreo que para todos aqu<strong>el</strong>los decididos a pensar la crítica literaria fuera d<strong>el</strong> campo d<strong>el</strong> positivismo másgrosero, de la tautología y d<strong>el</strong> principio de autoridad, la propuesta de López Merino se torna, cuandomenos, risible.Pero la cosa no queda aquí: “La poesía de Wolfe es desarraigada y realista pero más allá de laModernidad. A esto la mayoría de los críticos lo llaman posmodernismo (López Merino, 2006:2)”. Sihan entendido algo, escríbanme para contárm<strong>el</strong>o. Vamos por partes: más arriba se ha definido la poesíadesarraigada como la que encaraba <strong>el</strong> conflicto moderno; bien, ahora hay que suponer que se refería alconflicto que lastra todo <strong>el</strong> proyecto de la Modernidad,es decir, a algo que López Merinono explica pero que podríamos resumir comola tensión entre los dos imaginarios “nuclearescuya lucha ha definido al Occidente moderno:la expansión ilimitada d<strong>el</strong> pseudodominiopseudoracional y <strong>el</strong> proyecto de autonomía;la primera parece triunfar en todalínea, mientras que la segunda parece sufrirun prolongado eclipse. La población se hundeen la privatización, abandonando <strong>el</strong> ámbitode lo público a las oligarquías burocráticas,empresariales y financieras. Surge unnuevo tipo antropológico de individuo definidopor su avidez, frustración y conformismogeneralizado (lo que en la esfera cultural sedenomina pomposamente posmodernidad) (Castoriadis, 1989)”. Así definidos los sujetos adscritos a laesfera cultural posmoderna, en tanto productores al servicio de su imaginario, serán los encargados, tambiéndesde la literatura, de asumir y no dudar en c<strong>el</strong>ebrar, cantar o escribir poemas a todo aqu<strong>el</strong>lo quecreen natural y no exigencia, no fruto, de las nuevas tensiones a las que la ideología burguesa somete alcuerpo social. Ellos serán los encargados de alejar a los ciudadanos de los asuntos públicos, persuadiéndolesde la inutilidad de su participación, c<strong>el</strong>ebrando la heteronomía, la pasividad y la reclusión sobre <strong>el</strong>ámbito de lo privado y tratando de producir <strong>el</strong> espejismo, grandioso y vacío, d<strong>el</strong> dominio de clase resu<strong>el</strong>toa base de chismes, cinismo, conformismo, irresponsabilidad y despreocupación por <strong>el</strong> estado de cosasexistentes.Esta temática tiene, claro está, sus jalones. Vamos a sintetizar cuáles son –en <strong>el</strong> campo literario posmoderno–los parámetros que se manejan hoy a la hora de encarar la producción de textos:La atomización social vista como algo positivo para que pueda emerger <strong>el</strong> individuo, máximo bien al quepuede aspirar cualquier sujeto (ya lo dice la publicidad: sé tu mismo, bebe pepsi-cola).Obsolescencia moral o sencillamente amoral (que se mueran los feos, que no quede ni uno).Sin memoria ni proyecto de clase.Ensimismados sociales (más allá de los suplementos culturales de la prensa burguesa donde se hable de<strong>el</strong>los) que transmiten la ilusión de autenticidad necesaria para la vida inauténtica espectacular.Y, finalmente, indiferentes ante la destrucción de toda la biosfera y a la situación de opresión, explotacióny degradación social que se vive bajo <strong>el</strong> imperio d<strong>el</strong> tardocapitalismo.Realmente, son muy pocos autores los que siguen defendiendo <strong>el</strong> proyecto de la Modernidad, donde seincubaron logros tan admirables como la pasión por la democracia, la libertad y los asuntos comunes. Noobstante, otros seguimos ahí, intentado no ceder ni a la hipnosis (Jorge Riechmann), ni a la codeinización(Enrique Falcón), creyendo en la posibilidad de la construcción revolucionaria de una sociedadISSN: 1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comdemocrática, autónoma, consciente de la necesaria gestión integral de los recursos planetarios y d<strong>el</strong> controlde la tecnología y de la producción puestas al servicio de una vida frugal y autolimitada.Queda claro pues que decir “La poesía de Wolfe es desarraigada y realista pero más allá de laModernidad. A esto la mayoría de los críticos lo llaman posmodernismo (López Merino, 2006:2)”,incluye un contrasentido de primer orden pues todas las escrituras posmodernas se caracterizan, antetodo, por la ausencia d<strong>el</strong> conflicto en términos modernos o, en cualquier caso, su conflicto estriba en estarpuestas al servicio de la ideología dominante, ideología a la que sancionan desde <strong>el</strong> conflicto contra losvalores de la Modernidad. Que a esta poesía López Merino la llame (parece que <strong>el</strong> único criterio quemaneja es de carácter personal, de gusto, algo también absolutamente posmoderno) neorralista, nosimporta tanto como si la llamara supercalifragilisticuespialidosa. ¿Qué más dará un ap<strong>el</strong>ativo u otromientras se mantiene imperturbada su forma-mercancía?Pero sigamos: con <strong>el</strong> trabajo d<strong>el</strong> estudioso Alfredo Saldaña, que “es quien mejor ha explicado esta característicawolfiana: La condena d<strong>el</strong> proyecto de la modernidad (López Merino, 2006:2)”, pudiera parecerque llegamos a un islote de coherencia después de un océano de tortura y derivas conceptuales. Nonos hagamos ilusiones: Saldaña, en una nueva confusión, llama moderno al proyecto posmoderno y,aunque la esencia de algunos de los postulados de éste quedan claros para <strong>el</strong> cada vez más perplejo lector(fin de la historia y de los grandes r<strong>el</strong>atos, muerte de Dios –sic- y de las ideologías), nos presenta aR.W. como un productor de textos que ha dejado atrás esas preocupaciones, cosa que no es cierta, puessus textos son productos de la ideología burguesa en su facción neoliberal y ultraconservadora, y ésa esla ideología que habla de la muerte de todas las demás, como tampoco ha perdido de vista <strong>el</strong> tipo de sujetoque debe construirse desde esa ideología, –repetimos: burguesa en su facción neoliberal y ultraconservadora:“<strong>el</strong> genio aislado, libre, poseedor de su propia razón, su propia alma, su propio gusto y susnormas (Rodríguez, 2001:22)”.Así nos lo confirman machaconamente desde <strong>el</strong> propio R.W., pasando por Jordi Gracia, Alfredo Saldaña,Juan Migu<strong>el</strong> López Merino y varios otros “estudiosos” a lo largo de las 36 páginas de fárrago que componen<strong>el</strong> texto matriz citado. “Los clásicos están bien pero siempre he pensado que unas cuantas lecturasclave, pero bien escogidas y asimiladas, son suficientes para dar a luz un genio si hay madera(Roger Wolfe, Carta inédita, 7-VI-1996 en López Merino, 2006:36)””sí puedo sentirme próximo a VanGogh, a Toulouse-Lautrec (entrevista de A. Piquero, 2004)”. ¿Habrá algo más triste que la idea de genioque ha labrado la ideología burguesa? El genio es, en última instancia, la expresión más acabada d<strong>el</strong> tipode sujeto que persiguen construir las r<strong>el</strong>aciones de producción capitalista. No hay sujeto más apreciadoy explotado que él. En ninguno como en él se cumple <strong>el</strong> axioma básico de todo <strong>el</strong> capitalismo: la transformaciónmás radical d<strong>el</strong> trabajo humano en plus valía. Los genios de R.W., como Van Gogh oToulouse-Lautrec, son las encarnaciones de la visión neoliberal d<strong>el</strong> artista productor de obras de Arte,individuos que aguardaron cola en <strong>el</strong> ejercito de reserva de los productores de capital simbólico para integrarse–neutralizados, descontextualizados y asimilados– en un mercado que habría de engordar con<strong>el</strong>los (¡y desde la caja de un banco!) los objetos y la historia d<strong>el</strong> espectáculo. ¿A esto es a lo que queremosaspirar con nuestro trabajo?Pero continuemos analizando nuevos retazos sobre la figura de R.W. y <strong>el</strong> realismo sucio: “La propuestaliteraria de R.W.... sus temas se hallan vinculados a sus propias experiencias en la vida e ignoran loslugares comunes... al margen de cualquier mod<strong>el</strong>o estético, ideológico, político o social dominante... querigen nuestro comportamiento en <strong>el</strong> mundo (Saldaña, 1996:265-267)”. Desgraciadamente, la propuestade Saldaña, López Merino, etc., sólo cuadraría al famoso poeta marciano que, aterrizando en su platillovolador, decidiera incorporarse a la comunidad poética. Tan sólo de él podríamos decir semejantescosas, puesto que <strong>el</strong> resto de los terrícolas poetas, en cuanto seres sociales, seguiríamos escribiendo sinISSN: 1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comYOUKALI, 1 página 85 una no-polémica
- Page 2 and 3: Youkali: revista crítica de las ar
- Page 4 and 5: YOUKALI, 1 página 6 Filosofía y p
- Page 6 and 7: YOUKALI, 1 página 10 Filosofía y
- Page 8 and 9: YOUKALI, 1 página 14 Filosofía y
- Page 10 and 11: YOUKALI, 1 página 18 Filosofía y
- Page 12 and 13: YOUKALI, 1 página 22 Filosofía y
- Page 14 and 15: YOUKALI, 1 página 26 Filosofía y
- Page 16 and 17: YOUKALI, 1 página 30 Filosofía y
- Page 18 and 19: YOUKALI, 1 página 34 Filosofía y
- Page 20 and 21: YOUKALI, 1 página 38 Filosofía y
- Page 22 and 23: YOUKALI, 1 página 42 Filosofía y
- Page 24 and 25: YOUKALI, 1 página 46 Filosofía y
- Page 26 and 27: YOUKALI, 1 página 50 Filosofía (y
- Page 28 and 29: YOUKALI, 1 página 54 Filosofía (y
- Page 30 and 31: YOUKALI, 1 página 58 Filosofía (y
- Page 32 and 33: YOUKALI, 1 página 62 Filosofía (y
- Page 34 and 35: YOUKALI, 1 página 66 Elementos de
- Page 36 and 37: YOUKALI, 1 página 70 Elementos de
- Page 38 and 39: YOUKALI, 1 página 74 Elementos de
- Page 40 and 41: YOUKALI, 1 página 78 Elementos de
- Page 44 and 45: YOUKALI, 1 página 86 una no-polém
- Page 46 and 47: YOUKALI, 1 página 90 una no-polém
- Page 48 and 49: YOUKALI, 1 página 94 una no-polém
- Page 50 and 51: YOUKALI, 1 página 98 una no-polém
- Page 52 and 53: YOUKALI, 1 página 102 una no-polé
- Page 54 and 55: YOUKALI, 1 página 106 una no-polé
- Page 56 and 57: YOUKALI, 1 página 110 una no-polé
- Page 58 and 59: YOUKALI, 1 página 114 una no-polé
- Page 60 and 61: YOUKALI, 1 página 118 Análisis de
- Page 62 and 63: YOUKALI, 1 página 122 Análisis de
- Page 64 and 65: YOUKALI, 1 página 126 Análisis de
- Page 66 and 67: YOUKALI, 1 página 130 Análisis de
- Page 68: YOUKALI, 1 página 134 Un clásico,