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Estatus del cine como producto cultural - Universidad de Manizales

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Cinematografíamúsica. Pareciera, incluso, que con susagudos pensamientos sobre lo musicalfuera un teórico <strong>de</strong> las bandas sonorasen su más fuerte expresión.Basta con recordar que nuestro autortenía un especial aprecio por la música.En sus Lecciones sobre metafísica <strong>de</strong> lobello, <strong>como</strong> en su obra capital El mundo<strong>como</strong> voluntad y representación, nosólo concluye con amplios análisis <strong>de</strong>dicadosa este tema, sino que separa aesta expresión artística <strong>de</strong> otras formashermanas, que aparecen con un menorcalibre. Podría pensarse que la músicaen Schopenhauer goza <strong>de</strong> una mayordignidad ontológica que otras artes. Sisu metafísica supone la existencia <strong>de</strong>dos niveles: voluntad y representación,siendo la primera el mundo en su <strong>de</strong>splieguenatural, y la segunda la capacidad<strong>de</strong> representar dicha voluntad pordiferentes medios, la música se ofrece<strong>como</strong> la voluntad misma objetivada. Noes una representación, sino el en sí <strong><strong>de</strong>l</strong>mundo <strong>de</strong>splegando otro pliegue <strong>de</strong> loreal. Un nivel tal vez más profundo, másesencial, más universal. Si las <strong>de</strong>másartes operan <strong>como</strong> copias <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo <strong><strong>de</strong>l</strong>a representación, la música es un eco <strong><strong>de</strong>l</strong>a voluntad, un susurro <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo en unlenguaje autónomo. “Así pues, la músicano es en modo alguno, <strong>como</strong> las <strong>de</strong>másartes, la copia <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as sino la copia<strong>de</strong> la voluntad misma cuya objetividadson también las i<strong>de</strong>as: por eso el efecto<strong>de</strong> la música es mucho más po<strong>de</strong>roso ypenetrante que el <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más artes:pues estas sólo hablan <strong>de</strong> la sombra, ella<strong><strong>de</strong>l</strong> ser”(Scopenhauer,2003, p.305).Schopenhauer incluso lleva esta tesis sobrela metafísica <strong>de</strong> la música más lejos.No sólo es la voluntad <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo la queadquiere melodía, una voz, sino que lamúsica misma podría existir sin el mundofenoménico, una especie ante rem, <strong>de</strong>cosa antes <strong>de</strong> la materialización. La músicapodría ser otro soporte <strong>de</strong> lo real sinnecesidad <strong>de</strong> cuerpos en que encarnarse,i<strong>de</strong>a que se compren<strong>de</strong> a partir <strong><strong>de</strong>l</strong>interés <strong>de</strong> nuestro filósofo <strong>de</strong> concebiruna metafísica cuando señala que: “…lamúsica, al trascen<strong>de</strong>r las i<strong>de</strong>as, es tambiéncompletamente in<strong>de</strong>pendiente <strong><strong>de</strong>l</strong>mundo fenoménico y lo ignora; podríaexistir aunque tal mundo no existiese enabsoluto, algo que no cabría <strong>de</strong>cir <strong><strong>de</strong>l</strong>resto <strong>de</strong> la artes” (Schopenhauer, 2004,p.289). Y esta provocativa i<strong>de</strong>a, en elfondo, supone fortalecer una metafísicaclásica, don<strong>de</strong> la materialización es unfenómeno secundario, incluso las i<strong>de</strong>as<strong>como</strong> forma <strong>de</strong> la materia, son <strong>de</strong>rivadas.Supone un mundo <strong>de</strong> vibraciones,ritmos, y temporalida<strong>de</strong>s. Y ello, quizá,sea una <strong>de</strong> las maneras más interesantes<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir al <strong>cine</strong>. Sin embargo, para noper<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista que es Schopenhauer elque está sentado en una sala oscura,tendríamos que <strong>de</strong>cir que el <strong>cine</strong> es impuro;que su relación icónica con lo quele sirve <strong>de</strong> referente lo hace <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rinevitablemente <strong>de</strong> la representación.La imagen funciona en una película<strong>como</strong> copia, sustituto, la banda sonora<strong>como</strong> voluntad, liberación, creación.Pero, siguiendo con esta hipótesis,nuestro filósofo <strong>de</strong> la voluntad, veríaalgo más allá <strong>de</strong> la copia fotográfica,vería la composición <strong><strong>de</strong>l</strong> movimiento,la duración haciéndose, el <strong>de</strong>venir <strong>de</strong> lavoluntad que se escapa a la fijación <strong><strong>de</strong>l</strong>a representación. Posiblemente vería al<strong>cine</strong> <strong>como</strong> los ritmos <strong><strong>de</strong>l</strong> montaje interno<strong><strong>de</strong>l</strong> plano, y <strong><strong>de</strong>l</strong> montaje general <strong>de</strong>cada película. Ritmos que tendría queasociar con la música que una películaes en su conjunto, música que <strong>de</strong>spliegano un simple mundo fenoménico sino lavoluntad <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo rompiendo el azar.Ritmos que juegan con el tiempo, loreconfiguran, extien<strong>de</strong>n y distien<strong>de</strong>n.26 <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Manizales</strong>

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