relato

con la profesora de Química, pero que aún no estaban los resultados, y
que era la profesora de esa otra asignatura la que iba a calificar la
prueba. Luego de cinco minutos de intercambio de palabras, me dice
que me haga cargo de la segunda hora. Le respondí con una pregunta:
¿no será mejor que tú continúes, así puedes despedirte? A lo que
despreocupada me dijo que ella lo creía mejor así. Mientras estas últimas
frases que estábamos intercambiando con la profesora, yo pensaba en
aquellos documentos que tenía en el bolso.
La profesora se despide diciendo que yo les voy a explicar por qué
cambiamos de profesor. Cuando cierra la puerta pido silencio…el silencio
se logró (creo que querían saber qué tengo para decirles). Les dije que
soy el nuevo profesor, como parte de la carrera docente me
correspondía tomar un grupo, y que elegí éste. Para asumir el rol docente
lo más rápido posible, les hablé sobre cómo iba a ser el mecanismo de
trabajo, lo que evalúo en el curso y de la posible instancia de examen.
Les explico en el pizarrón la diferencia entre fuentes históricas o
primarias, historiográficas o secundarias. Y qué relación tienen estas
fuentes con el oficio del historiador.
Luego les propongo una actividad. Les pido que armen 5 grupos
para trabajar en equipo (ese día la cantidad de alumnos no superaba los
18). Les entregue a cada grupo una fuente distinta. A un grupo le
entregue una pintura con sus respectivas referencias, a otros dos grupos
les di un artículo de un diario, a otro le di una fotografía, y al que restaba
le di un libro).
A partir de los criterios de clasificación de las fuentes, los alumnos
debían decir si la fuente era primaria o secundaria y por qué. Así como
también determinar cuál era la idea nodal de dicha fuente.
Luego de 15 minutos de actividad hicimos la puesta en común. Y
suena el timbre lo cual deja por fuera las conclusiones finales.