relato

La selección del recurso se sitúa dentro de la línea precedente. En cuanto
permite al alumno participar activamente del proceso de construcción
del conocimiento histórico.
A mi criterio las imágenes son un componente básico como estrategia
educativa. Sin embargo, soy consciente que en las clases de historia hay
una tendencia por priorizar las palabras, los discursos orales, y una
actividad docente conferencista, donde trasmite una gran cantidad de
información, predominantemente fáctica, dejando así al alumno
relegado a un papel pasivo. De todas formas hay índices de cambios
cualitativos en este sentido. Ya que poco a poco se van sumando
adeptos a nuevas formas de enseñanza. Más cerca de la realidad del
alumno, en búsqueda de un alumno creador, inventor, emotivo, con
ideas previas, en conclusión un ser completamente activo 7 .
Con el fin de atender también las inteligencias múltiples, la diversidad de
estrategias didácticas, permite más eficazmente buscar otras
dimensiones del conocimiento. Sobre esta cuestión Enrique Llorente
plantea que “…las imágenes producen nuevas formas de alfabetización,
de intercambio comunicativo, de pensamiento, pero la escuela se centra
en la alfabetización tradicional” 8 .
Recogiendo la afirmación precedente, no pretendo hacer una apología
de descartar por completo otros “sistemas simbólicos” (palabra, gráficos,
música, cartografía, esquema conceptuales) sino diversificar su uso. No
dar exclusividad. Ya que “cada sistema simbólico puede representar
distintas dimensiones de contenidos, exigir distintas cantidades de
actividad mental, provocar significados distintos, parece razonable que
provocará también aprendizajes distintos” 9 .
7
Reflexiones elaboradas en el primer parcial de Didáctica II.
8
LLORENTE, Enrique. Imágenes de la enseñanza, Revista psico-didáctica. Núm 009. España,
1999.Pág. 9
9
Ob cit. LLORENTE, Enrique. Pág 8