22.06.2016 Views

El niño con el pijama de rayas - John Boyne

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

y verdura. Cuando cerraba los ojos, sólo notaba vacío<br />

y frío alre<strong>de</strong>dor, como si se hallara en <strong>el</strong> lugar<br />

más solitario d<strong>el</strong> planeta. Era como <strong>el</strong> fondo <strong>de</strong> la<br />

nada.<br />

En Berlín la gente sacaba mesas a la calle, y a veces,<br />

cuando Bruno volvía caminando <strong>de</strong> la escu<strong>el</strong>a<br />

<strong>con</strong> Karl, Dani<strong>el</strong> y Martin, había hombres y mujeres<br />

sentados a aqu<strong>el</strong>las mesas, tomando bebidas espumosas<br />

y riendo a carcajadas; la gente que se sentaba a<br />

aqu<strong>el</strong>las mesas <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> ser muy graciosa, pensaba<br />

él, porque dijeran lo que dijesen siempre había alguien<br />

que se reía. Sin embargo, la casa nueva tenía<br />

algo que hizo pensar a Bruno que allí nunca se reía<br />

nadie; que no había nada <strong>de</strong> qué reírse y nada <strong>de</strong> qué<br />

alegrarse.<br />

—Me parece que nos hemos equivocado —opinó<br />

Bruno unas horas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su llegada, mientras<br />

Maria <strong>de</strong>shacía las maletas en <strong>el</strong> piso <strong>de</strong> arriba. (María<br />

no era la única criada en la casa nueva: había otras<br />

tres que estaban muy flacas y casi nunca hablaban entre<br />

<strong>el</strong>las, salvo esporádicos susurros. También había<br />

un anciano que, según dijeron a Bruno, se encargaría<br />

<strong>de</strong> preparar las hortalizas todos los días y servirles la<br />

comida en <strong>el</strong> comedor, y que parecía muy <strong>de</strong>sdichado<br />

y un poco malhumorado.)<br />

—A nosotros no nos correspon<strong>de</strong> pensar —dijo<br />

Madre mientras abría una caja que <strong>con</strong>tenía un juego<br />

<strong>de</strong> sesenta y cuatro vasitos que los abu<strong>el</strong>os le habían<br />

regalado cuando se casó <strong>con</strong> Padre—. Ciertas personas<br />

toman las <strong>de</strong>cisiones por nosotros.<br />

21

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!