El niño con el pijama de rayas - John Boyne

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hasta que amaine y que luego podré marcharme a casa. Shmuel se pegó cuanto pudo a Bruno y lo miró con cara de miedo. —Lamento que no hayamos encontrado a tu padre —dijo Bruno. —No pasa nada. —Y lamento que no hayamos podido jugar, pero lo haremos cuando vayas a visitarme. En Berlín te presentaré a... ¿cómo se llamaban? —se preguntó, y sintió frustración porque se suponía que eran sus tres mejores amigos para toda la vida, pero ya se habían borrado de su memoria. No recordaba ni sus nombres ni sus caras—. En realidad —dijo mirando a Shmuel—, no importa que me acuerde o no. Ellos ya no son mis mejores amigos. Miró hacia abajo e hizo algo poco propio de él: le tomó una diminuta mano y se la apretó con fuerza. —Tú eres mi mejor amigo —dijo—. Mi mejor amigo para toda la vida. Es posible que Shmuel abriera la boca para contestar, pero Bruno nunca escuchó lo que dijo porque en aquel momento se oyó una fuerte exclamación de asombro de todas las personas del pijama de rayas que habían entrado allí, y al mismo tiempo la puerta se cerró con un resonante sonido metálico. Bruno arqueó una ceja; no entendía qué pasaba, pero dedujo que tenía que ver con protegerlos de la lluvia para que la gente no se resfriara. 212
Y entonces la larga habitación quedó a oscuras. Pese al caos que se produjo, de algún modo Bruno logró seguir sujetando la mano de Shmuel; no la habría soltado por nada del mundo. 213
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John Boyne nació en Dublín, Irlan
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Título original: The Boy in the St
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El descubrimiento de Bruno Una tard
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en el comedor cuando ella llegó. L
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—¿Y tenemos que ir todos? —Por
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de que Bruno incumpliera las normas
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Bajaba desde el último piso hasta
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La casa nueva Cuando vio su casa nu
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y verdura. Cuando cerraba los ojos,
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Bruno no sabía qué significaba «
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—Yo no soy nadie para opinar sobr
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—Aparte de eso, no veo qué otra
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Tenía una vasta colección de muñ
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a la idea de pasar todo un mes all
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Gretel se había detenido en el umb
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quizá más allá hubiera algún cl
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—Esto debe de ser el campo —con
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ían regresar a Berlín. Pero ella
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Louise se bañan todas las mañanas
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Madre no se percataba de que la cri
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cer, Bruno oyó un gran alboroto pr
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En Berlín, Bruno había estado en
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que sólo fuera un instante no tend
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horrible donde no había nadie con
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los labios y desvió la vista. No l
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—¿Ah, no? —dijo, sin entender.
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Acababa de decirlo cuando María en
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—No creo que tu padre esté de ac
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pertando el apetito, pero miró a M
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—¿Cómo puede qué? Un portazo e
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Bruno se quedó mirándola. Había
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—¿Y a Padre qué le pasó? —No
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La mayoría de los días, el joven
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—El único neumático de recambio
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—¡Eh, tú! —gritó, y añadió
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Luego se tumbó boca abajo sobre el
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la primero con el dedo para asegura
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hombre lo había levantado del suel
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—Pero si acaba de decir... Antes
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8 Por qué la abuela se marchó fur
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no también porque nada le gustaba
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casa, y daba la impresión de que e
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—¿Y yo? ¿Estoy guapo con mi dis
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9 Bruno recuerda que le gustaba jug
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A herr Liszt le gustaban mucho la g
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Y a continuación, antes de poder c
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Salió de la casa, fue a la parte d
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Bruno aminoró el paso cuando vio a
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—Vivo en la casa que hay a este l
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divertían juntos en Berlín y se d
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—Pues en Europa —dijo Shmuel. B
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ni Gretel estaban invitados a la ce
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el cabello negro, muy corto, y un b
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—Ha sido un placer conoceros —d
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—Llevamos los brazaletes durante
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había visto. Nosotros nos subimos
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—Será mejor que vuelva —dijo.
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—Verás —dijo Bruno, escogiendo
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hablando de Pavel, el hombre que no
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te y hacen lo que él les manda. El
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la pared y se quedaba inmóvil, sin
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que disculpar a mi hermana, tenient
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—Mi padre y yo no estamos muy uni
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tella de las manos y derramó parte
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otro lado, pero Shmuel siempre cont
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—Tengo un amigo nuevo —empezó
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