¡Sin asclepias no hay Monarcas!
No_26
No_26
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Año 5 / Marzo - Abril / No. 26<br />
U.M.S.N.H.<br />
Imágen: SOHO, ESA & NASA<br />
Fig. 1. El Sol visto en luz visible (izquierda) y en luz ultravioleta (derecha). En luz UV se aprecian detalles en el Sol que <strong>no</strong><br />
pueden observarse con la luz visible. Las imágenes fueron tomadas por el satélite SOHO de la NASA.<br />
so se especula que podrían estarse produciendo<br />
gracias a la desintegración o aniquilación de la<br />
así de<strong>no</strong>minada materia oscura, la cual se cree<br />
estaría formada por partículas muy exóticas y<br />
muy penetrantes predichas por modelos de nueva<br />
física.<br />
En astro<strong>no</strong>mía, los científicos estudian los<br />
rayos gamma como herramienta para fines muy<br />
diversos. Como ejemplo, para develar los rincones<br />
más energéticos del cosmos, buscar eventos<br />
cataclísmicos que ocurren en el espacio exterior,<br />
encontrar aceleradores naturales de partículas<br />
de muy alta energía en el universo, descubrir<br />
nuevos objetos astrofísicos, buscar la fuente y<br />
mecanismo de aceleración de los rayos cósmicos,<br />
estudiar la materia en condiciones extremas<br />
(<strong>no</strong> alcanzables en la Tierra) con objeto de poner<br />
a prueba las leyes de la física y las nuevas teorías<br />
físicas, indagar el origen de los neutri<strong>no</strong>s 2 de alta<br />
energía que provienen del espacio exterior, investigar<br />
la intensidad de la radiación cósmica en<br />
distintos rincones del universo, etcétera. La lista<br />
es larga y las aplicaciones numerosas. Todas ellas<br />
forman parte de lo que se co<strong>no</strong>ce como astro<strong>no</strong>mía<br />
de rayos gamma. Su origen es reciente y<br />
se remonta hasta 1961 cuando se puso en órbita<br />
el Explorer XI, el primer satélite espacial con un<br />
detector de rayos gamma a bordo, dedicado a<br />
la observación del cielo. Desde entonces varios<br />
detectores de rayos gamma han sido puestos en<br />
órbita alrededor de la Tierra. Lamentablemente<br />
estos instrumentos tienen la gran desventaja de<br />
que a muy altas energías, de un billón de veces<br />
la de la luz visible, captan pocos eventos. Esto se<br />
debe a que, en este caso, el flujo de rayos gamma<br />
es muy bajo y el tamaño de los instrumentos<br />
<strong>no</strong> es lo suficientemente grande como para<br />
compensarlo. Para estudiar entonces los rayos<br />
gamma de más alta energía se recurre a otras<br />
técnicas de observación llamadas indirectas.<br />
Detección indirecta de rayos gamma<br />
Cuando los rayos gamma llegan a la Tierra<br />
proveniente del espacio exterior son absorbidos,<br />
para nuestra fortuna, por la atmósfera terrestre<br />
antes de que lleguen al suelo. Como la energía<br />
<strong>no</strong> se crea ni se destruye, la energía absorbida es<br />
transformada mediante una cadena de reacciones<br />
físicas en una fina lluvia de partículas secundarias,<br />
de me<strong>no</strong>r energía, que viajan en forma<br />
compacta a velocidades cercanas a la de la luz.<br />
A esta lluvia se le llama cascada o chubasco atmosférico<br />
de partículas. Su tamaño y contenido<br />
Coordinación de Investigación Científica 39